Estamos ante una transición hacia una movilidad sostenible. El vehículo eléctrico es el futuro, al menos para los consumidores. En la actualidad, el sector automovilístico supone cerca de un 10% del Producto Interior Bruto (PIB) español. Pero esto podría cambiar. Los fabricantes tienen que adaptarse a una nueva era y quizá ya lleguen tarde. Miles de puestos de trabajo están en juego. El coche eléctrico se posiciona como el inicio del fin de la industria automovilística en España.
Casi un 60% de los directivos pertenecientes al sector de la Movilidad Sostenible opina que la industria nacional reducirá su producción “gravemente” debido a la llegada del coche eléctrico, según datos del Primer Observatorio Grant Thornton de Movilidad Sostenible. Unas cifras que adelantan lo que puede llegar a ocurrir. Sin embargo, el 82% piensa que los fabricantes harán las inversiones necesarias para adatarse a las nuevas motorizaciones. Aunque parece que no serán suficientes.
“Estamos en un momento de cambio estructural. La industria automovilística va a seguir siendo protagonista. Se va a producir una transformación total. Ya no podemos hacerlo solos, ni la administración, ni las empresas. Tenemos que trabajar juntos, tanto los fabricantes, como los distribuidores y los sindicatos, para seguir siendo el segundo fabricante de vehículos en Europa”, ha afirmado el secretario general de Industria y de la Pyme, Raúl Blanco.
Los coches eléctricos, híbridos e híbridos enchufables serán las principales motorizaciones del futuro, según siete de cada diez directivos. No obstante, la mitad de ellos cree que dentro de diez años todavía habrá hueco para los modelos diésel. Además, casi un 65% afirma que la gasolina seguirá formando parte importante del mercado automovilístico.
“A pesar de lo que se pueda intuir, el sector de la Movilidad Sostenible apuesta claramente por la fabricación de automóviles en nuestro país. Esto asegura que el sector va a continuar siendo una parte relevante del PIB industrial del país. La reciente creación del Consejo Estratégico de Automoción con su Mesa de Movilidad Sostenible es un paso imprescindible para que las plantas españolas fabriquen cada vez modelos más sostenibles”, ha asegurado la socia de Automoción y Movilidad de Grant Thornton, Mar García.
IMPACTO DEL COCHE ELÉCTRICO EN EL EMPLEO
No son pocos los que han alertado de que la implantación del vehículo eléctrico en las plantas españolas supondrá una reducción del empleo. Esto no es solo debido a que se produzcan menos vehículos, sino a que los coches eléctricos necesitan menos mano de obra.
La Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA) ha asegurado que un cambio apresurado hacia el coche eléctrico tendrá un “profundo impacto” en el empleo. Según el propio organismo, la producción y el mantenimiento de vehículos eléctricos con batería requieren menos personal que los convencionales, dada su menor complejidad mecánica y por poseer menos piezas.
Con datos de ACEA, se espera que los proveedores de automoción de Europa produzcan cerca de un 38% menos de piezas y componentes para el coche eléctrico, en comparación con una pérdida de alrededor del 17% para los fabricantes de vehículos.
“Los fabricantes de automóviles están ansiosos por moverse tan rápido como puedan hacia los vehículos cero emisiones. Sin embargo, toda la cadena de suministro de la automoción europea deberá transformarse a un ritmo manejable, que proteja el empleo y la viabilidad a largo plazo del sector”, ha apuntado el secretario general de Acea, Erik Jonnaert.
ANFAC MARCA OBJETIVOS
La pérdida de peso como segundo fabricante europeo de vehículos parece que preocupa al sector. Una mala adaptación al coche eléctrico haría que otros países, que han sabido modificar su industria más rápido, acabaran compitiendo con el mercado nacional. La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles ha explicado que España necesita incrementar la fabricación del vehículo eléctrico alcanzando al menos las 500.000 unidades de turismos producidas al año para el 2030.
Esta cantidad es fruto de plantear un escenario en el que, para 2030, el vehículo eléctrico tenga una cuota de mercado del 30% en los países de la Unión Europea. España representa el 12% del mercado europeo. Por ello, con una producción de unas 500.000 unidades, las plantas españolas estarían alineadas con las demandas sociales.
“España tiene la oportunidad de posicionarse como líder en el nuevo escenario de movilidad. Las fábricas españolas tienen que estar preparadas ante un aumento de demanda de los vehículos eléctricos y ser competitivas en este nuevo entorno combinando la introducción masiva de estos vehículos sin abandonar la producción de modelos de bajas emisiones”, ha afirmado el vicepresidente de Anfac, Mario Armero.