BBVA y Banco Santander son dos ‘rara avis’ en el mercado bancario español. Así, mientras el resto del sector malvive con un rendimiento exiguo, por debajo del coste del capital, ambas entidades norteñas están cómodamente instaladas en rentabilidades de doble dígito. La razón no tiene que ver con una mejor gestión, grupos más capaces o mayor poder en España. La respuesta esta a miles de kilómetros, en el otro lado del océano Atlántico, en sus negocios en Latinoamérica. De hecho, el sector en la región es el más rentable del mundo, pero eso podría estar a punto de cambiar.
Norman Müller, cofundador de Fondeadora, una de las fintech más exitosas de México, se hace ver como un aliado de la gran banca. De hecho, recientemente tendía la mano a las entidades afincadas en la región: «Nuestro competidor es el efectivo, no son los bancos». Y así parece ser. El país azteca es uno de los menos bancarizados del mundo. Hasta el punto de que solo el 37% de la población mayor de 15 años tiene una cuenta bancaria, según el Banco Mundial, eso supone estar por debajo de países como Kenia. Pero la amabilidad de Müller esconde una sombra amenazadora.
Y también una advertencia para una larga lista de entidades en la que se encuentra casi en primer lugar BBVA y Banco Santander. Así, el propio Müller reconocía con una sonrisa imposible de disimular que el 60% de las 250.000 cuentas captadas en su primer año provenían usuarios «infelizmente bancarizados». Incluso, su propio eslogan es un disparo a la línea de flotación de las firmas tradicionales: ‘La mejor tarjeta, sin todo lo cruel de los bancos’. Además, el aviso no viene de un un cualquiera, de hecho, Müller cuenta con el respaldo del brazo inversor del todopoderoso Alphabet, Google.
LOS COMPETIDORES ACORRALAN A BBVA Y BANCO SANTANDER
Aun así, Fondeadora no es la única, ni mucho menos la mayor amenaza para BBVA o el Santander. En México, el ecosistema tecnológico, especialmente en el caso de las fintech, está en plena ebullición, después de que el Gobierno azteca introdujese una ley para dar alas a la industria tecnológica financiera, en 2018. Así, el pasado mes de septiembre otra startup mexicana, Konfio, se convirtió en unicornio, al superar la valoración de 1.000 millones. La firma se especializa en algoritmos de calificación crediticia basados en big data para otorgar préstamos a pequeñas empresas a un precio más económico que los bancos regulares.
Credijusto es otra fintech mexicana que se ha especializado en créditos a empresas y ya ha desembolsado más de 600 millones, según sus propios datos. Por su parte, la lista solo en México de fintechs reconvertidas a neobancos no ha parado de crecer y sobresalen nombres como Klar, Albo, Flink, RappiPay o los propios Konfio y Fondeadora. Aunque en ese listado sobresale uno en especial: la firma brasileña Nubank. El neobanco cuenta con casi 50 millones de usuarios y se ha convertido en el banco digital más grande del mundo, tras empezar a cotizar en la bolsa de Nueva York recientemente con el respaldo de Warren Buffett.
En la actualidad, su valor cercano a los 30.000 millones de euros se acerca al de BBVA. Una valoración que no solo se sustenta en México, de hecho, dónde realmente es un líder indiscutible es en Brasil. En la región carioca Nubank ya ha empezado a destronar a Banco Santander y otras firmas bancarias aprovechando sus fortalezas digitales. Pero al igual que ocurre en el país azteca, la banca tradicional está flanqueada por otro buen número de competidores que no para de crecer.
EL PAPEL DEL CAPITAL RIESGO EN LAS FINTECHS LATINOAMERICANAS?
Esa lista se podría extender a otros muchos países en los que están presentes BBVA o Banco Santander como Argentina o Colombia. En el primero sobresalen firmas como Ualá, una fintech argentina valorada en 2.500 millones, y sobretodo Mercado Pago, el brazo financiero de Mercadolibre, la startup (conocida como el Amazon argentino) más grande de toda Latinoamérica. Pero todo ello lleva a una pregunta más que razonable: ¿De dónde salen todas esas firmas? Y casi todavía más importante ¿Quién las financia? Aquí entra una de las claves: la avalancha de recursos que llegan del capital riesgo.
Unos años atrás parecía impensable que la región de Latinoamérica pudiese contar con un número elevado de los llamados unicornios. Al fin y al cabo, se veía como una región casi subdesarrollada y alejada de la tecnología, como demuestra la pobre bancarización de países que se suponen más desarrollados como México. Pero en los últimos años esa tendencia se ha invertido a golpe de talonario de los fondos de capital riesgo. Las firmas de inversión privado han regado el jardín de ideas de la región dando lugar a una fértil cosecha. En la actualidad, ya hay más de 27 unicornios frente a los cuatro de 2018.
Además, los inversores pusieron la mirada en un sector en concreto: el de las fintechs. Así, se calcula que en 2021 se cerraron 952 acuerdos en Latinoamérica en 2021 por valor de 20.000 millones de dólares, lo que supone cuatro veces más que en 2019, según los datos de CB Insights. Y de ese total hasta un 40% tuvo como protagonista al sector de la tecnología financiera, multiplicando con fuerza su valor. De hecho, el Banco Interamericano de Desarrollo calcula que el valor del sector tecnológico en la región ha crecido de 7.000 millones en 2010 a 221.000 millones en 2020.
BBVA Y BANCO SANTANDER SE ESTÁN EMPEZANDO A QUEDAR SIN TIEMPO
Obviamente, el capital riesgo apunta la más que rentable atalaya bancaria de las entidades tradicionales. El sector bancario Latinoamericano tiene un retorno sobre el capital estimado de entre el 13 y el 15%, lo que le convierte en el más rentable del mundo. Además, con bastante diferencia que la mayoría de las regiones desarrolladas. Pero esos grandes márgenes no son el resultado de la eficiencia, de hecho, los gastos operativos, en relación con los activos, son más altos que en otras partes del mundo. Una vía que las fintechs están utilizando para ganar terreno.
Las tasas de interés, y los precios de los productos, es otra abertura. El diferencial entre las tasas que los bancos pagan a los depositantes y cobran a los prestatarios fue del 7% en comparación con la media global del 5% en 2018 (los últimos datos disponibles del Banco Mundial). A lo que se añade una población poco bancarizada, pero que sin embargo sí tiene acceso continuo al móvil. La conjunción de todo ello, supone un mercado ineficiente con altos retornos, el sueño de cualquier emprendedor tecnológico e inversor de riesgo. De ahí, el crecimiento desaforado tanto de empresas como de dinero.
En la otra parte de la película están las firmas tradicionales como Banco Santander y BBVA que pueden ver como su gallina de los huevos de oro empieza a desvanecerse. Además, el tiempo se les está agotando. En Brasil, la entrada en vigor de CoDi, una plataforma de transacciones P2P sin comisiones, aumentará la competencia en el mercado de servicios financieros, cree Nubank. En México, la apertura se está dilatando algo más, pero en menos de un año y medio la competencia será feroz. Pese a todo, es difícil que tanto Santander como BBVA pierdan su importancia en los mercados, pero mantener unos márgenes tan abultados será otra cosa.