La presión sobre el consejo de administración de Iberdrola para que fuerce al presidente y consejero delegado, Ignacio Sánchez Galán, a ceder parte de su poder, tiene una razón de peso y no se encuentra en España. La gestora BlackRock, que es quien capitanea este proceso de transformación de la cúpula de la empresa energética, teme que los líos judiciales en los que está inmersa la compañía acabe pasando factura a la expansión de Iberdrola en Estados Unidos (EEUU), país en el que el grupo español ha puesto sus esperanzas de crecimiento para los próximos años.
Según han confirmado fuentes financieras del entorno de la gestora que preside Larry Fink, el Caso Villarejo ha propiciado una revisión de la posición que tiene este gigante financiero en el IBEX; con un protagonista destacado: Iberdrola.
Los técnicos de BlackRock que analizan las multinacionales españolas consideran que la crisis reputacional de la eléctrica –imputada como persona jurídica y también el propio Sánchez Galán– le puede generar problemas legales en EEUU. Sobre todo después de que regulador del mercado eléctrico de Nuevo México haya citado esta cuestión como una de las razones prioritarias para rechazar la adquisición de la firma PMN Resources por parte de Avangrid, filial de Iberdrola en el país.
En concreto, la resolución de la comisión regulatoria estatal (que ha sido recurrida por el grupo español en los tribunales) indica que existen una serie de problemas que desaconsejan la operación, entre los cuales está la elevada deuda del grupo español y el riesgo reputacional que conlleva la imputación de su presidente y consejero delegado.
Durante la reunión que mantuvieron los miembros de esta comisión, tras la cual votaron todos en contra de permitir la adquisición, el presidente de la misma, Stephen Fischmann, indicó que el regulador «no puede permitirse el lujo de descartas los posibles problemas» derivados este culebrón judicial que tiene al excomisario José Manuel Villarejo como protagonista.
Los trabajos que presuntamente realizó para Iberdrola son variados y van desde el espionaje a políticos y empresarios rivales a acciones contra organizaciones ecologistas, sindicales e incluso a accionistas díscolos.
Precisamente, lo que teme BlackRock, que es el segundo mayor accionista de Iberdrola, es que alguno de estos accionistas minoritarios puedan presentar algún tipo de acción legal en EEUU que traslade la crisis reputacional al otro lado del Atlántico. Y si por algo se ha caracterizado en los últimos tiempos Sánchez Galán es por aumentar su número de enemigos, también dentro del capital de la compañía.
«no es de recibo que un presidente y consejero delegado de una multinacional esté imputado y no haya dimitido»
Desde el punto de vista del gobierno corporativo no es de recibo que un presidente y consejero delegado de una multinacional esté imputado y no haya dimitido, ni siquiera cedido el testigo mientras dure la causa judicial. Esto en España puede que no tenga importancia, a tenor de lo sucedido con otros imputados del IBEX, pero en EEUU estas cosas se toman más en serio«, señalan las fuentes consultadas.
Sánchez Galán está en estos momentos a la espera de lo que determine el juez tras haber declarado el pasado martes en la Audiencia Nacional negando haber conocido, autorizado u ordenado la firma de contratos con las empresas de Villarejo, agrupadas en torno al grupo Cenyt.
El presidente de Iberdrola dijo no saber nada de las quince facturas que están en el sumario del caso, a pesar de que existen indicios de que una parte de ellas fueron aprobadas por el comité ejecutivo que él dirige desde el año 2001, cuando fue nombrado vicepresidente ejecutivo y consejero delegado, siendo posteriormente ascendido a presidente en 2006.
LA DECLARACIÓN DE GALÁN ANTE EL JUEZ
Durante su comparecencia en el banquillo de los acusados, Sánchez Galán negó haber encargado espiar a sus rivales Florentino Pérez o Manuel Pizarro y, de hecho, dijo ser una víctima de los trabajos de inteligencia del ex comisario. Recordemos que el directivo español está imputado por presuntos cohecho activo, delito contra la intimidad y falsedad en documento mercantil. Su estrategia de defensa es culpar al que ya ex responsable de Seguridad de Iberdrola, Antonio Asenjo, que era quien hablaba directamente con Villarejo.
En varios audios que están en el sumario del caso, existen grabaciones de reuniones entre el ex comisario y Asenjo en las que se refieren a Sánchez Galán como «el jefe», «don Ignacio» o «el señorito» y el jueZ deberá determinar si los acuerdos pactados en estos encuentros eran con conocimiento del presidente aludido en ellas. Según han confirmado fuentes jurídicas el directivo intentó evitar el tradicional paseillo a los juzgados solicitando declarar por videoconferencia (con la pandemia como excusa) pero el juez Manuel García Castellón –con quien mantiene una guerra soterrada desde hace meses– desestimó la solicitud.
«Todo el mundo da por hecho que en Iberdrola no se mueve ni un pelo sin que lo sepa el presidente»
Se da la paradoja de que el propio carácter de Sánchez Galán es su peor enemigo, ya que en el empresariado español se sabe desde hace años que su capacidad ejecutiva en el grupo que dirige es muy elevada y que tiene un papel determinante en las decisiones estratégicas de la compañía. «Todo el mundo da por hecho que en Iberdrola no se mueve ni un pelo sin que lo sepa el presidente», apuntan fuentes del sector eléctrico español.
Y es precisamente eso lo que quiere cambiar BlackRock, que deberá buscar el apoyo del primer accionista de Iberdrola para conseguir su objetivo. El fondo soberano de Qatar es quien ostenta la mayor parte del capital del grupo español y en los últimos tiempos ha respaldado el mantenimiento de Sánchez Galán al frente, aunque ahora las tornas podrían cambiar.
Al fin y al cabo Qatar Investment Authority lo que busca es que suba el valor de la acción de Iberdrola, algo que hasta que llegó la pandemia estaba fuera de toda duda pero que en los últimos meses no se está produciendo. Desde enero de 2021 la cotización ha caído cerca de un 20%. «Si BlackRock decide dar un golpe de mano el fondo catarí le seguirá, así como Norges Bank, que es el tercer accionista», indican las fuentes consultadas.
LA IMPORTANCIA DE EEUU Y EL ‘PLAN BIDEN’
La importancia del mercado estadounidense para Iberdrola es cada vez más importante, por lo que es comprensible que la gestora de Larry Fink quiera asegurarse que los líos judiciales de la matriz no salpiquen a Avangrid.
El grupo español ha ha crecido considerablemente en las últimas dos décadas operando en EEUU y su filial, que comenzó a cotizar en la Bolsa de Nueva York hace seis años, está presente en 25 estados y gestiona más de 8.000 MW de capacidad de generación y más de 170.000 kilómetros de líneas eléctricas. Ha firmado contratos con empresas de servicios públicos en Nueva York, Connecticut, Maine y Massachusetts, dando servicio a una población de 7 millones de personas, con 3,3 millones de clientes directos, según los datos de la propia compañía.
Además, en los últimos días el grupo ha acelerado la toma de control de la cartera de eólica marina que compartía con CIP en el país, de forma que se ha convertido en líder del mercado norteamericano de eólica marina, con 4.900 MW de proyectos en cartera.
Y esto puede ser sólo el principio, ya que Iberdrola es una de las empresas españolas más interesadas en recibir una parte de las inversiones del plan de infraestructuras de la Administración Biden, en cuya firma estuvo presente. De hecho fue la única compañía española que estuvo representada en al acto celebrado en el Jardín Sur de la Casa Blanca. No asistió el imputado Sánchez Galán, sino el CEO de Avangrid, Dennis Arriola.