Si hay algo de lo que podemos presumir en este país es de tener ingenio. Imaginación aplicable a la vida en general y a los negocios. En pocos años se han generado una multitud de startups, fruto del esfuerzo de los emprendedores. Cabify es una de ellas. Esta startup bebió de las fuentes de otras empresas de VTC, como Uber, y se ha adaptado al medio, al menos eso es lo que consideran los expertos.
Los modelos de ciudad están cambiando. En pocos años estamos asistiendo a nuevas formas de movilidad, sobre todo en las grandes urbes, y ese es el gran debate. La economía digital ha venido para quedarse, aunque se está encontrando con algunas trabajas legales fruto de la inexperiencia. España está a la vanguardia de las nuevas tecnologías aplicables a la movilidad, solo que poder utilizarlas.
Catedráticos de economía, sociólogos, juristas y sindicalistas se han puesto de acuerdo en defender la labor de Cabify en España. Lo han hecho este jueves, en un foro organizado por Cinco Días, dos semanas después de que el Gobierno aprobara el Real Decreto ley, en el que el Ejecutivo desplaza a las CCAA y a los ayuntamientos la gestión de las VTC, y establece una moratoria de cuatro años, como modo de indemnización a los afectados, para que pueden seguir explotando las licencias durante ese periodo temporal. A partir de ese momento la competencia será interurbana, aunque dependerá de cada caso.
El Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, José María O´kean, se muestra muy crítico con el sector del taxi. Les acusa de ser un oligopolio y de frenar el desarrollo. No existe un proyecto de transformación de país en tanto en cuanto el Estado quiere legislarlo todo. “En España no queremos competir”, sentencia.
Su criterio se basa en que las VTC han cambiado el modelo de trasporte, se han acercado a las demandas actuales, se han puesto las pilas y ofrecen un servicio mejorado. Están sabiendo adaptarse a una sociedad que prefiere pagar por experiencias antes que por objetos materiales. Los tiempos están cambiando y el país está preparado para el cambio, sólo que siempre existen trabas legales, dice. Una de ellas es el ataque a Cabify, una empresa que fuera de nuestras fronteras es un ejemplo, un modelo de negocio, rentable y sostenible.
Tampoco está de acuerdo con el Decreto ley el Catedrático de Derecho Administrativo de la Universidad Complutense de Madrid, Santiago Muñoz. Bajo su criterio, esta norma no suponía una urgente necesidad. Con él se ha producido una lesión de los derechos de las VTC, y matiza: “a quien se expropia hay que darle una compensación económica de aquello de lo se le priva. La prórroga no es una indemnización justa, ya que está pensada como amortización de la inversión, ya que no se compra para eso sino para explotarlo o venderlo”. Este recorrido terminará en los tribunales y se demorará en el tiempo. No va a ser tan sencillo.
Para el arquitecto, sociólogo y Premio Nacional de Urbanismo, José María Ezquiaga, la sociedad está preparada para el cambio. Su ideal de ciudad es una en la que la salud no esté reñida con las costumbres. Las ciudades tienen que adaptarse a la restricción de tráfico, y el urbanismo se va a redefinir respecto a la salud. El futuro de las VTC es el coche compartido, donde el usuario decida si viaja solo o con más personas y que pueda repartir el coste del trayecto. Todo va muy rápido, es una trasformación en el modo de vida. Esto ya ha llegado, y está instaurado en otros lugares del mundo, matiza.
CABIFY, MODELO DE NEGOCIO
En los últimos días la startup española Cabify ha recibido apoyos por parte de empresarios españoles. Durante un foro celebrado en la pasada edición del South Summit, la feria del emprendimiento que se celebró del 3 al 5 de octubre en Madrid, Kike Sarasola, CEO de Room Mate, Meini Spenger, CEO de MásMóvil, y Juan de Antonio, CEO de Cabify, hicieron balance de las trabas gubernamentales a la hora de emprender y de poder desarrollar una empresa con la normativa vigente. Esta semana en un foro de telecomunicaciones se ensalzó la figura de Cabify como modelo de desarrollo tecnológico. No obstante, está presente en 13 países y en aproximadamente 50 ciudades, y está en plena expansión. Por ello, Mariano Silveyra, regional manager Europe de Cabify, señaló en el foro sobre movilidad que el panorama actual “no es optimista”.
Para Silveyra el Gobierno ha creado un problema donde no lo había. Cree que el Ejecutivo no debe redactar una ley con “oscurantismo y en dos días”, y pone el ejemplo a Portugal, país en el que, aunque el trasporte está liberalizado, ha desarrollado una nueva ley, consensuada durante un año y medio con todas las partes, incluidos los usuarios. En España, señala, hay mucha capacidad de creación, pero se necesita un empujón desde las instituciones, al igual que en otros países donde sí se fomenta el crecimiento. No hay que ir fuera a buscar el talento porque lo tenemos aquí. “Hay una oportunidad y la estamos dejando pasar”, argumenta.
Silveyra concluyó su intervención señalando que esta startup ha creado 15000 empleos en España y que ha contribuido a la contratación de personas en riesgo de exclusión (parados de larga duración, etc.), y apunta que esta empresa nació con vocación de creer y expandirse. Para terminar, lanzó una pregunta: “¿Cómo puede ser que una compañía española tan potente esté vetada?”
EL TAXI CONTRA TODOS
Desde el taxi continúan con su particular manía persecutoria. Emilio Domínguez, abogado de Fedetaxi, la asociación gremial mayoritaria, aseguró que los únicos perjudicados con toda esta batalla son los taxistas, a quienes no han indemnizado a pesar de la irrupción de los nuevos modelos de movilidad. “El taxi es la víctima, a quien hay que compensar”, sentencia.
Domínguez considera que el conflicto se libra entre grandes multinacionales y autónomos, y que en esa crisis es el taxi quien sale perdiendo por la hiperregulación. Así mismo, matiza que este gremio quiere competir en igualdad y que para ello necesita que se aprueben una serie de medidas, tales como el taxi compartido o la precontratación, por ejemplo. “El taxi es el bar de Manolo, el de toda la vida. Las VTC son las franquicias”, concluye.