Al norte de Madrid, en el municipio de Valdemaqueda, Endesa reforestó en 2016 un terreno de 20 hectáreas arrasado por el incendio de 2012 que afectó a un gran número de hábitats y especies como el águila imperial, el buitre negro o la cigüeña. Bosque Endesa Atalaya, cumple cinco años desde su implantación.
Esta reforestación de Endesa, que se convirtió en un proyecto pionero en el sector energético y por el que la compañía obtuvo en 2017 la inscripción en el registro nacional de Huella de Carbono Compensación y Proyectos de Absorción del MITERD, se enfrenta ahora a la verificación oficial de la buena salud del proyecto.
La Oficina Española de Cambio Climático (OECC) del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) ha solicitado evidencia del buen estado y crecimiento del bosque plantado en 2016, y para ello Endesa va a utilizar un sistema de nuevo innovador: el uso de un dron asociado a un software que identifica las plantas y su estado, acompañado de un muestreo físico del terreno para corroborar los datos obtenidos en el vuelo.
A través de este sistema se podrá saber el estado de los pinos piñoneros fresnos, sauces, madroños y encinas plantados en 2016, que ocupan una superficie de 20 hectáreas reforestadas.
La metodología del inventario consiste en evaluar la evolución de la siembra y plantación del Bosque Endesa mediante un muestreo estadístico simple mediante parcelas circulares de radio conocido en las zonas repobladas utilizando orto-imágenes tomadas por un Dron DJI Mavic 2 Zoom. Estos puntos de muestreo se eligen en una malla regular cada 100 metros en cada zona para poder tomar datos estadísticamente significativos.
Se realiza un vuelo con el mencionado dron a una altura constante de 10 metros ya que es la que mejor calidad de imagen ofrece, permitiendo poder realizar ortomosaicos en cada punto de 20 m2.
Mediante técnicas de fotointerpretación se realiza el recuento de los puntos de plantación identificados en cada parcela de muestreo y se verifica la supervivencia y la especie de cada planta presente.
Dado que a priori la calidad de las imágenes tomadas no permite identificar especies, se realiza un inventario por los técnicos a pie de campo, que pueda contrastar datos de al menos de un 5% de las plantas existentes en cada zona.
Demostrar el buen estado de esta iniciativa supone todo un hito para que las empresas privadas sean partícipes de la recuperación de los ecosistemas de una forma ejecutiva y rápida, porque el planeta cuenta con espacio para plantar 1 billón de árboles que absorberían entre 300 y 400 gigatoneladas de CO₂, un tercio de las emisiones generadas por el hombre desde la era preindustrial. Captar ese CO₂ nos daría más tiempo para llevar a cabo la transición ecológica.
BOSQUE ENDESA
Endesa, dentro de su Plan de Sostenibilidad y en su compromiso contra el cambio climático, ha querido contribuir de forma práctica a la mitigación global de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y lo ha hecho mediante su iniciativa Bosque Endesa.
El proyecto, que nace con el objetivo de reforestar y restaurar terrenos incendiados a través de la plantación de especies autóctonas, contribuyendo a recuperar el capital natural, a reducir CO₂ y a dinamizar la economía local, cuenta con cuatro proyectos: el Bosque Endesa Atalaya (Madrid); Bosque Endesa Doñana (Huelva); Bosque Endesa Teruel y Bosque Endesa Baleares.
El Bosque Endesa genera un triple beneficio ambiental, económico y social en el entorno donde se desarrolla, por lo que se puede considerar un referente en sostenibilidad. El impacto ambiental de esta restauración es muy positivo puesto que favorece la recuperación de un entorno arrasado por el fuego, y contribuye a la mitigación y adaptación del cambio climático.
Estos nuevos bosques están más adaptados frente al cambio climático y se reduce el riesgo de incendio, además de permitir recuperar el capital natural, la biodiversidad y los servicios ecosistémicos que aportan a la sociedad.
Dentro del ámbito económico se contribuye a dinamizar la economía local, ya que la recuperación de un bosque ayuda a generar actividad adicional asociada al aprovechamiento de los recursos y servicios que éste proporciona, lo que favorece la generación de empresas y cooperativas dedicadas al turismo, caza/pesca o al aprovechamiento y gestión forestal sostenible.
En lo social, los proyectos de la iniciativa contribuyen a fomentar el empleo local, ya que en la contratación de personal tanto para la obra de plantación como para el mantenimiento se da prioridad a personas desempleadas, jóvenes, mujeres, mayores de 45 años o bien con riesgo de exclusión social en el entorno del proyecto.