Sin ninguna duda, las empresas de reparto a domicilio han sido las grandes protagonistas de este año. De todas ellas, destacan las empresas de entrega de comida como Glovo o Delivery. Sin embargo, para ellas ha sido un año especialmente intenso con la aprobación de la Ley Rider, lo que les ha hecho cambiar todo su sistema de trabajo.
A principios del mes de agosto, el ministerio liderado por Yolanda Díaz hacía oficial la entrada en vigor de la denominada Ley Rider, después de meses anunciando su llegada. A pesar de que a las empresas de ‘delivery’ no les pilló de nuevas, casi ninguna había hecho los deberes antes de esta cita.
Esta norma, consensuada con los sindicatos y la patronal, recoge varios puntos en favor de los riders. Lo más importante: con esta ley se reconoce la relación laboral entre la empresa y sus trabajadores después de años de lucha. Esto significa que, desde este verano, los riders dejaron de ser falsos autónomos y se convirtieron en trabajadores por cuenta ajena, con los derechos sociales que esto implica.
Pero no solo se quiso regular la relación laboral entre trabajador y empresa, también el conocimiento que estos tenían de las plataformas con las que trabajan. Es decir, la ley les otorga la oportunidad de conocer las reglas de los algoritmos y los sistemas de inteligencia artificial que pueden perjudicar sus condiciones laborales. Además, pueden consultar el acceso y mantenimiento del empleo y sus perfiles. Esta medida se debe a que, legalmente, todo trabajador tiene derecho a conocer las razones de aquellas decisiones que pueden afectarle.
Nuevos actores como Getir han entrado en España para liderar el sector del ‘delivery’
SALIDA DE DELIVEROO
La entrada de la Ley Rider, sumada a los problemas de ingresos de ciertas empresas provocaron un baile de sillas. La primera en mover ficha fue Deliveroo, que anunció su salida de España nada más aprobarse la ley. Según ellos, los costes que tendrían que asumir con la nueva norma les ahogarían.
Sin embargo, la realidad era muy diferente. La competencia que estaba viviendo con Glovo y Uber estaba arrinconando a Deliveroo a la tercera posición del mercado, lo que reducía sus ingresos. Tras varios amagos, finalmente los británicos finiquitaron sus operaciones en España a finales de noviembre.
La primera en dar el paso fue Glovo. La intención de la compañía española era contratar a 2.000 riders en las grandes ciudades donde tienen más clientes y, por ende, mayor margen de negocio. Para completar a estos trabajadores, tenía pensado seguir operando con 8.000 autónomos en el resto de lugares. La empresa argumenta que estos autónomos tendrán mucha más flexibilidad que antes. Esta decisión no ha sido nunca aceptada por los sindicatos. Desde verano, Glovo ha ido haciendo movimientos en este sentido, como la compra de Lola Market.
ENTRADA DE NUEVOS ACTORES
En principio, la tarta tras la salida de la compañía británica se la iban a repartir Glovo, Just Eat y Uber Eats. Sin embargo, nuevos operadores extranjeros han visto una oportunidad en España y han decidido introducirse en el mercado para hacerse con la mayor cuota del mercado español.
Una de las que más ha destacado es la turca Getir, haciendo temblar los cimientos del ‘delivery’. Las calles de Madrid y Barcelona, únicas dos ciudades hasta el momento en las que se ha implantado la empresa turca, se están tiñendo de repartidores vestidos de morado y amarillo. Esta compañía es pionera en el mundo en la compra online ultrarrápida. Getir promete llevarte a casa en un plazo de diez minutos productos típicos de supermercado.
Además, desde su implantación en nuestro país, Getir ha seguido a rajatabla la ley. La compañía turca tiene un total de 300 repartidores, todos ellos con contrato indefinido. La empresa turca quiere ser mejor que sus rivales, principalmente Glovo, no solo en la inmediatez de las entregas, sino en el trato a sus empleados.
La última en sumarse al negocio español ha sido Rocket, que también cumple con la normativa. Para las tres ciudades en las que está presente, los usuarios pueden encontrar en su app una selección de más de 250 restaurantes. Además, la empresa con sede en Ámsterdam afirma que se distinguen en el sector «porque ofrecen ventajas activas para los usuarios como los costes de entrega cero, la ausencia de pedido mínimo, la oferta de todos los platos a todos los presupuestos y ofertas».
CONVENIO COLECTIVO JUST EAT
Por su parte, Just Eat llevaba negociando con los sindicatos el primer convenio colectivo para los riders. Después de meses de negociaciones, hace unos días por fin veía la luz este documento. La compañía de reparto a formalizado con UGT y Comisiones Obreras un convenio de empresa y se convierte en la primera gran plataforma de reparto de comida a domicilio en formalizar un acuerdo marco de relaciones laborales de este tipo.
El texto, que será de aplicación en todo el territorio nacional y entrará en vigor el próximo mes de enero, tiene la ambición de convertirse en el «punto de partida» para una futura negociación homogénea en este sector de actividad.
«Con esta firma se busca ir un paso más allá de la Ley Rider en la regulación del futuro del trabajo en nuestro país y responder a las necesidades que el proceso de digitalización ha originado en el mercado laboral, en especial en el sector de las plataformas digitales», aclararon ambas partes.