La confianza es una de las virtudes más difíciles de ganar en el ámbito de los seres humanos. Una vez adquirida se debe devolver con creces a quienes depositan en ti toda su fe.
A lo largo de la historia se han desarrollado diferentes formas de gobierno: dictadura, monarquía, república y democracia, entre otros. El mejor, el más sano, es aquél que menos muertos ha ocasionado entre sus habitantes. El sistema democrático es uno de los menos malos para las organizaciones sociales de los humanos. Los ciudadanos elegimos a nuestros representantes para diseñar las leyes y a quienes ejecutan sus preceptos.
La democracia parlamentaria es el sistema escogido por los españoles desde 1978. Nuestra Constitución establece que la Presidencia del Gobierno queda depositada en aquél candidato que obtiene la confianza de la mayoría de los diputados del Congreso.
Además del resultado de los comicios, la moción de censura es otro instrumento parlamentario para cambiar de presidente del Poder Ejecutivo. Es en esta situación donde España lleva más de 100 días. El candidato Pedro Sánchez Pérez-Castejón logró aglutinar una mayoría de apoyos, para sumar a los 84 diputados del Partido Socialista Obrero Español, y convertirse en líder de un ¿proyecto?
Uno de los principales aspectos para presentar la moción es tener un plan de gobierno. Quizá al ser la primera oportunidad de triunfo para cambiar el poder ejecutivo, el candidato recibió el cargo como caído del cielo a peso de plomo. Tan inesperado fue que hubo todo un baile de candidatos a formar parte del consejo de ministros. De igual forma la inexperiencia y la fe en el ser humano se olvidó de hacer una pequeña búsqueda en fuentes abiertas. Ese descuido fue causa de la dimisión de dos ministros en tan breve periodo de tiempo.
Si de algo se caracteriza este país es de un cariño por las investigaciones para intentar conocer la verdad, con honrosas excepciones como los más de 300 asesinatos de ETA o las contradicciones de los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid. Sin embargo, cuando el objetivo es la llamada clase política, cuyos miembros están prestos a meter la viga en el ojo del contrario/enemigo y no ver el doctorado en el propio, la prensa es implacable. ¡Bien por ello!
Gracias a la hemeroteca de los buscadores de noticias, cuya función es más sencilla respecto a tener que hojear cientos de hojas de papel atrasado, se descubre a los mentirosos. Esos fulanos tienen avidez por realizar declaraciones de lunes a viernes y continuar sábados, domingos, festivos y puentes para intentar ser portada de los medios de comunicación. Sus afirmaciones, esas promesas acarrean dolores de cabeza a sus jefes de prensa. Sin éstos, sin su ayuda, son una suerte de personas más que vulnerables.
Sánchez Pérez-Castejón acumula una serie tan contradictoria de opiniones como de afirmaciones. La primera fue la inexactitud de su promesa para convocar elecciones al llegar a ocupar el Palacio de la Moncloa. Evidentemente es una facultad de su cargo. Sin embargo, faltaba un detalle especial: ¿cuándo ejercería esa prerrogativa propia?
Por una parte conserva una herencia envenenada de los apoyos recibidos. BILDU y el PNV propugnan una acercamiento y liberación de presos terroristas en breve tiempo, así como un bocado mayor de los presupuestos generales del estado.
Los separatistas catalanes -ERC y PdCat, o cualquier forma heredera de CiU- buscan arrancar el procedimiento de separación respecto de España. Además, con un amplio movimiento de acoso, propaganda e incidentes pretenden la liberación de sus antiguos dirigentes, quienes permanecen en prisión preventiva acusados de delitos de rebelión, sedición y malversación de caudales públicos entre otros, que conllevarían más de 20 años de condena. Algunos ministros se han mostrado contrarios a la permanencia en prisión provisional de los presuntos delincuentes. Puede se trate de una forma de presionar, incluso de ir avanzando los planes del futuro cercano, si llegara a recaer una condena penal sobre dichos malandrines. ¿Recuerdan la separación de poderes en un estado democrático?
El aliado más incómodo es quien pretende lavar más rojo en materia ideológica, llegando a morado en su pendón: Podemos. Su modelo bolivariano al estilo venezolano llevaría a una destrucción del modelo de estado, tanto en lo social, económico y de derecho, según ha ocurrido en el país sudamericano. Las propuestas económicas abocarían a un riesgo económico de primer grado para las cuentas públicas, así como un grave riesgo a la economía de la mayoría de las familias. Disfrazados de atacar a las rentas más pudientes, pretenden gravar los impuestos al ahorro, al consumo de combustible diesel y penalizar la adquisición de propiedades inmobiliarias, por poner varios ejemplos. Es decir, situar en grave riesgo la libertad de los ciudadanos con sus ahorros.
Aquella confianza entregada al candidato en la moción de censura debe de serrefrendada o reparada en elecciones generales. Es necesario para mantener la honorabilidad del cargo que ocupa, frente a los casos de mentiras, dudas y contradicciones que periódicamente se producen en los miembros del ejecutivo. Me viene a la memoria la afirmación de un político hace catorce años:
—Los españoles se merecen un gobierno que no les mienta -dijo Alfredo Pérez Rubalcaba, el día 13 de marzo de 2004, tras aquellos fatídicos atentados.
Ese político, miembro del Partido Socialista Obrero Español, decía saber “todo de todos”, mientras ahora pocas cosas llegamos a entender de todos, todos. ¡Quién nos iba a decir que íbamos a estar de acuerdo con Pérez Rubalcaba, Alfredo de nombre!