sábado, 23 noviembre 2024

Santander Wealth Management & Insurance detecta “interesantes” oportunidades en bolsa para 2022

Santander Wealth Management & Insurance, que integra los negocios de gestión de fondos de inversión, banca privada y seguros de Banco Santander, destaca que para el próximo año existen “interesantes” oportunidades en el ámbito de la innovación, la sostenibilidad y los mercados privados. “En un entorno de transición y disrupción como el que nos encontramos, la gestión activa de las inversiones cobra una especial relevancia”, señala Víctor Matarranz, responsable global de esta división, en la carta de presentación del Informe de Perspectivas de Mercados 2022 titulado Invirtiendo en un mundo en transición. Matarranz añade que, en este contexto cambiante, adaptar las inversiones “identificando las tendencias y sectores beneficiados por los cambios, es clave para optimizar el binominio rentabilidad riesgo”.

La entidad ve probable que las bolsas registren rendimientos de un solo dígito (por debajo del 10%) en 2022, pero claramente superiores a las rentabilidades ofrecidas por los bonos y la liquidez. Sus estimaciones de beneficio para el próximo año siguen siendo sólidas, aunque reconocen que es natural que se produzca una desaceleración respecto a los elevados niveles observados en los primeros trimestres de este año. Por sectores, Santander mantiene buenas perspectivas para el sector financiero, ya que se encuentra en una buena posición para aprovechar las previsibles subidas de tipos de interés, y el sector salud. También tiene una posición positiva en cuanto a la exposición a temáticas de innovación con altas tasas de crecimiento y márgenes resilientes, como ciberseguridad, transición energética, inteligencia artificial e internet de las cosas.

Victor Matarranz responsable de la division de Santander Wealth Management Insurance. Merca2.es
Víctor Matarranz, responsable de la división de Santander Wealth Management & Insurance.

Además, el banco apunta la necesidad de posicionarse en sostenibilidad, ya que “la presión regulatoria y de la sociedad exige un fuerte compromiso para alcanzar el objetivo de emisiones cero. La sostenibilidad es probablemente la tendencia y la oportunidad más importante en nuestro radar de inversiones dado el impresionante nivel de flujos de inversión de los sectores público y privado que van a canalizarse para optimizar factores medioambientales”. Por ello, consideran muy importante incorporar la sosteniblidad como un factor clave en la construcción de carteras y posicionarse en las compañías con estrategias de éxito en aprovechar las oportunidades de esta transición.

Otra de las áreas con potencial de crecimiento, según la entidad, son los mercados privados. “Los inversores están incorporando progresivamente los mercados privados para ampliar el conjunto de oportunidades de inversión y captar la prima de iliquidez. La flexibilidad de los gestores de carteras de private equity y private debt les permite explotar múltiples oportunidades en el entorno de mercado y economías en transición que prevemos para los próximos años. La escasez de rendimiento de los activos cotizados puede impulsar la inversión en activos diferentes a los tradicionales”, señalan en el informe.

Previsiones macroeconómicas

En cuanto a las previsiones macroeconómicas, Santander Wealth Management & Insurance considera que en 2022 el escenario de crecimiento seguirá siendo positivo, aunque “de creciente complejidad”, al enfrentarse los mercados “a una difícil transición hacia un entorno de mayor inflación, menor crecimiento y menor apoyo de las políticas monetarias”. A pesar de esta desaceleración, la entidad espera un crecimiento del PIB de la economía global superior a su nivel tendencial: del 5% para este año y de más del 4% para 2022.

La entidad subraya, además, que la actividad económica cuenta con el apoyo del elevado nivel de ahorro acumulado por los hogares durante la pandemia, el buen momento del mercado laboral y los positivos niveles de confianza empresarial respecto a los planes de inversión. Por otra parte, cree que las presiones por el lado de la oferta deberían disminuir en los próximos meses a medida que mejore la disponibilidad de semiconductores, se resuelvan los cuellos de botella en el transporte, los precios de la energía se reduzcan y la escasez de mano de obra sea inferior.

Entre los principales riesgos señala la nueva variante Ómicron del virus Covid-19, más contagiosa que las anteriores, así como un entorno no transitorio de inflación que tensione las curvas de tipos de interés globales. “Esperamos subidas de los tipos de interés, aunque retrasadas respecto al aumento de inflación, con el consiguiente efecto negativo en los rendimientos reales de liquidez y renta fija de alta calidad crediticia”, explican. En su escenario central, la entidad contempla un nivel de inflación más elevado que en la época pre-pandemia durante los próximos dos años y el inicio de un proceso moderado de subidas de tipos (en Estados Unidos para finales de 2022 y en la zona del euro para 2023).

El informe incluye unos consejos esenciales para invertir en este “ciclo de transición”, como mantener el nivel de riesgo mientras continúe el ciclo de crecimiento. En este contexto, los activos de riesgo (crédito y renta variable) son muy sensibles a la actividad económica y seguirían superando en rentabilidad a las alternativas más seguras (liquidez y deuda pública), indican. Y añaden que la recuperación todavía tiene recorrido, y aún es pronto para infraponderar el riesgo de mercado en las carteras, a pesar de que el mejor momento del ciclo para el mercado ya ha pasado. Su propuesta es mantener el nivel de riesgo con un enfoque progresivamente defensivo que se podría reforzar en caso de un revés inmunológico.

En segundo lugar, recomienda gestionar el impacto de la inflación y buscar retornos reales. En este sentido, señala que las economías no volverían a los años 70. “No creemos que el mundo se dirija a la estanflación, aunque es probable que las presiones inflacionistas se mantengan durante un periodo prolongado”, afirman, por lo que aconsejan enfocarse en los rendimientos reales netos de inflación y explorar vías de diversificación de sus inversiones en busca de protección contra la propia inflación.

Otra estrategia que proponen es la preferencia por estrategias de inversión flexibles en renta fija debido a la necesidad de estar preparados ante la volatilidad en los mercados de bonos a medida que las políticas monetarias pasen a ser menos acomodaticias. “Mantenemos nuestra preferencia por el riesgo de crédito (se espera que los impagos corporativos sigan siendo muy bajos), pero prevemos la necesidad de pivotar hacia otros tipos de riesgo a medida que avance el ciclo y se estrechen los diferenciales”, afirman.

Por último, aconsejan seleccionar compañías con capacidad de defender márgenes, ya que el repunte no tan temporal de la inflación está creando ganadores y perdedores en cuanto a la capacidad de defender unos márgenes de beneficios muy elevados (entre las más favorecidas menciona aquellas empresas con poder de fijación de precios y capacidad de traspasar los mayores costes al consumidor) e incorporar inversiones alternativas para diversificar y mejorar la rentabilidad a los que aportan en estos momentos los tradicionales.


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