La central nuclear de Almaraz es uno de los pulmones económicos del deprimido nordeste cacereño y Guillermo Fernández Vara es consciente de su importancia en el tejido laboral extremeño. Los dos reactores nucleares que componen la central ayudan a Campo Arañuelo, comarca natural que al igual que La Vera sobreviven gracias a la producción de tabaco.
Ambas comarcas cultivan más del 90% de la producción estatal de esta planta, pero la desincentivación promovida por Europa, que decidió cortar ayudas, solo se ha compensado en parte con un acuerdo con Altadis que ha ayudado a recobrar la respiración en el sector.
FERNÁNDEZ VARA APUESTA POR ALMARAZ
Aun así el tabaco es insuficiente para impulsar una comarca capitaneada por Navalmoral de la Mata, por lo cual Almaraz necesita seguir viva para mantener a raya al fantasma de la miseria y la despoblación. Es por ello que mantener el impacto económico de la central nuclear propiedad de Iberdrola, Unión Fenosa y Endesa es de vital importancia.
Esta semana Guillermo Fernández Vara dejaba claro que no iba a tener ningún tipo de complicidad con el Gobierno pese a su afinidad socialista y se mostró rotundo en la Asamblea de Extremadura: «Evidentemente yo no voy a permitir que se tome ninguna decisión sobre nada que sea nuclear para Extremadura sin que la alternativa esté; nosotros no somos ni Garoña ni Zorita. Yo no voy a permitir que me prometan, o está la alternativa o no se cierra».
BREVE HISTORIA DE ALMARAZ
La central nuclear de Almaraz, sita en una localidad homónima, se levantó en los años setenta y comenzó su actividad en 1983. Su existencia ha sido valiosa durante más de tres décadas y prueba de ello que es que estos dos reactores extremeños producen alrededor del 25% de la producción nuclear española, que a su vez ha sido la principal fuente de electricidad en nuestro país en los últimos siete años.
Existe una gran preocupación en Almaraz pese a que en 2017 batieran el récord de producción porque su vida se agotaba en 2010 y consiguió salvar su actividad gracias una prórroga concedida hasta 2020, por lo cual el año que viene toca pedir renovación y desde la Junta de Extremadura son conscientes de que la hoja de ruta gubernamental se sitúa en contra de sus intereses pese a que Almaraz podría alargar su vida hasta 2040 si se tienen en cuenta algunos dictámenes del Consejo de Seguridad Nuclear.
EL CALENDARIO CONTRA ALMARAZ I Y II
Guillermo Fernández Vara no se achica y está dispuesto a plantar batalla contra la ministra de Transición Energética. El presidente extremeño conoce de primera mano que el plan del Gobierno es cerrar Almaraz I en 2020 y liquidar la energía nuclear en nuestro país con la sucesión de clausuras en Ascó I (2022), Almaraz II (2023), Cofrentes (2024), Ascó II (2025), Vandellós II y Trillo (ambas en 2027).
El Gobierno central todavía no ha explicado su alternativa a la energía nuclear, teniendo en cuenta la volatilidad y dificultad en el almacenamiento de las renovables. Desde La Moncloa siguen una hoja de ruta similar a la de Alemania, país donde se ha dado la paradoja de que sin nuclear han subido las emisiones de CO2 por la decisión de contrarrestar este medida quemando carbón.
EXPECTACIÓN EN ALMARAZ
Guillermo Fernández Vara se verá las caras el próximo 15 de octubre con Teresa Ribera y le hará llegar una petición: Extremadura necesita un plan de reconversión para no destruir más de 800 puestos de trabajo en una zona deprimida. El presidente intentará conseguir una alternativa anteponiendo los intereses de la Comunidad Autónoma por encima del partidismo, ya que La Moncloa está controlada por sus compañeros socialistas y el Ayuntamiento de Almaraz está en manos del PP desde 2004.
EXTREMADURA NECESITA UN PLAN DE RECONVERSIÓN INDUSTRIAL PARA COMPENSAR EL POSIBLE CIERRE DE ALMARAZ
Aun así el cambio en el Gobierno central no le ha venido mal al presidente extremeño, tal y como reconocía hace unos días en una entrevista en Huffington Post: «En Extremadura en cuatro meses, en 100 días, han ido más ministros que en mil días fueron los anteriores. Yo he tenido la oportunidad de, sin tener que venir a llamar a las puertas de Madrid, poder hablar con muchos ministros y otros que van a venir en los próximos meses. Y eso significa, aunque sólo sea un gesto, un cambio en la manera de hacer las cosas».
NUCLEAR Y CARBÓN
Fernández Vara quiere el Gobierno central le ofrezca una reconversión para Almaraz similar a la que disfrutaron algunas regiones asturianas y aragonesas que vivían del carbón. El presidente señaló que «es preciso elaborar una Ley de Cambio de Climático, fijar un calendario de cierre de las centrales nucleares en el Parlamento y contar con una alternativa económica antes de que Almaraz finalice su actividad»
El presidente pretende que la transición no sea traumática y Yolanda García, delegada del Gobierno en Extremadura, le apoya en sus exigencias: «En esa transición hacia la energía verde, la nuclear tiene que tener un plan alternativo. No se cerrará la central de Almaraz sin un estudio previo de alternativas a la zona para que esa riqueza que hoy genera esta planta pueda ser sustituida por medidas y planes que permitan mantener el empleo y la actividad económica».