No son buenos tiempos para el consumo eléctrico ni para las compañías tradicionales. El precio de la luz es desde hace meses protagonista inamovible en los titulares de las noticias y en la lista de preocupaciones urgentes de los españoles. Vamos acumulando récord tras récord en la factura eléctrica (la tarifa se ha triplicado desde 2019), en una especie de escalada imparable frente a la que el ciudadano medio nada puede hacer. Y, lo peor, ni el gobierno ni las grandes compañías eléctricas parecen ser capaces de resolver el gran problema: la dependencia energética. Pero, ¿realmente tiene solución? Las voces de los expertos claman cada vez con más fuerza y convencimiento que, en este contexto, la única salvación posible para nuestra factura y nuestra economía está en la apuesta por las energías renovables, en la autoproducción e incluso en la exportación.
Una de esas voces expertas es la de Rolwind, empresa española pionera en el desarrollo de energías renovables, que lleva desde hace 15 años en este mercado y lo conoce muy bien. Para Rolwind, las energías limpias son las salvadoras de la terrible situación actual no sólo por los proyectos que se desarrollan de autoconsumo y de off-grid (desconectados de la red general), tanto de viviendas aisladas como de complejos mayores, sino sobre todo porque España es el sol de Europa y lo tenemos todo para darle la vuelta a la tortilla: tecnología, personal cualificado, empresas, terreno, seguridad administrativa. Debemos dejar de importar la mayoría de la energía que necesitamos, producir energías verdes en grandes cantidades y ser incluso nosotros quienes empecemos a exportarla a otros países. Una oportunidad de oro que no podemos desaprovechar.
Compramos a otros países el 74% de la energía que consumimos
La raíz del problema reside en que España apenas produce una cuarta parte de la energía que necesita para funcionar en su día a día. Esta excesiva dependencia energética implica, por una parte, que no controlamos el precio de la electricidad que importamos, y por tanto estamos a merced de la inestable situación geopolítica y de los vaivenes de los mercados (más caros que nunca en su historia: el petróleo +72% y el gas natural +47% en el último año); y por otra parte, que la energía que consumimos sigue basándose principalmente en combustibles fósiles, que continúan deteriorando el medio ambiente y retrasando la descarbonización. Esa transición verde que tanto queremos y tanto necesitamos en España y en Europa.
La buena noticia: las renovables también han batido records en 2020
Según datos de Red Eléctrica Española en su Avance del Informe del Sistema Eléctrico Español 2020, las energías renovables también aportan cifras de máximos históricos: el 44% de la demanda energética de los españoles el pasado año fue de origen renovable (también máximos en eólica, 21.9%, y en fotovoltaica, 8%). Un crecimiento del 7.2% respecto a 2019 en potencia limpia (casi 60.000 MW) y un incremento aún mayor, 12.8%, de producción a partir de recursos naturales (110.450 GWh). La tendencia es imparable, aunque aún queda mucho camino verde que recorrer, teniendo en cuenta que los combustibles fósiles (gas, petróleo, carbón, diésel, etc.) todavía pesan en nuestro mix energético y en nuestra factura un 28.9% y la energía nuclear un 23%.
A la vista de estos datos, está claro que las renovables tienen un papel cada vez más destacado como fuente de energía limpia para los consumidores y también como barrera de contención frente a la situación geopolítica internacional y la volatilidad de los mercados de materias primas fósiles.
Una apuesta por la energía limpia que aporta otros muchos beneficios, además de la autonomía energética, como apuntan los expertos de Rolwind: para empezar, dinamiza la economía del país y facilita la implantación de un plan de energético independiente y, por tanto, controlable; también ayuda a democratizar el acceso a la energía: facturas más baratas, posibilidad de autoconsumo; más conciencia ecológica, consumo más racional y mayor eficiencia energética; y además permite al consumidor particular ahorrar energía, almacenarla, venderla o intercambiarla. Y otro importante beneficio: los proyectos de generación de energía impulsan el empleo local allá donde se desarrollen; y, en el caso concreto del medio rural, su implementación supone además unos ingresos seguros y continuados –y tan necesarios–, especialmente para los pequeños propietarios agrícolas; es incluso una nueva fuente de repoblación para la España deshabitada, ya que fija población tanto por empleos directos en la construcción y el mantenimiento, como por ingresos de los ayuntamientos en impuestos anuales. Un campo en el que Rolwind tiene amplia experiencia directa, sobre el terreno.
España: pasar de la dependencia energética a liderar el mercado renovable
La batería de medidas que ha tomado el gobierno estos últimos meses para reducir el impacto de esa subida descontrolada en la factura eléctrica (rebaja del IVA, extraer los beneficios extraordinarios obtenidos por las tecnologías de generación no emisoras, suspensión del impuesto de generación, limitar la subida de la tarifa regulada del gas natural, etc.) son medidas temporales e insuficientes que no han convencido ni a empresas energéticas ni a consumidores; incluso la Fundación Renovables las ha calificado de “parches”.
Para la mayoría de expertos, entre ellos Rolwind, la única solución real y a largo plazo pasa por potenciar la producción nacional, apostar seriamente por el autoabastecimiento energético sostenible que asegure el suministro e incluso permita escalar su comercialización, exportar energía a otros países. Una reforma integral que acelere de manera ordenada y regulada la transición energética, estimulando en primer lugar el incremento de la capacidad instalada de las energías renovables pero también impulsando el hidrógeno verde, promoviendo el autoconsumo, las comunidades energéticas y ciudadanas, la movilidad verde… y, fundamental, potenciando la investigación y desarrollo de sistemas de almacenamiento.
Vamos por buen camino. A finales de 2020 España contaba con 59.108 MW verdes instalados, el octavo país con mayor capacidad renovable a nivel mundial. Un atractivo extra para los inversores, que consideran España uno de los diez países más atractivos en los que invertir en energía verde (según ranking elaborado por EY). Tenemos una media de 2.500 horas de sol al año y potentes recursos eólicos por toda nuestra geografía, de Galicia al Estrecho de Gibraltar; tenemos la industria y la tecnología, empresas especializadas y competitivas; una seguridad administrativa de la que carecen otros países del Mediterráneo; y tenemos también la necesidad urgente de independizarnos. Ser dueños de nuestra estrategia energética. Y eso solo es posible, como bien nos recuerda Rolwind, acelerando la transición hacia un modelo basado en las energías renovables, limpias, baratas e independientes.
Rolwind, a por los objetivos 2030
Esta apuesta firme, continuada -y con la imprescindible ayuda de los fondos europeos- es la única alternativa para convertirnos en una España verde y autónoma, que priorice las energías limpias de cara a los objetivos 2030 y aproveche la gran oportunidad que nos ofrecen para liderar el mercado de las renovables en Europa. El reto es pasar de importar la mayor parte de la energía que consumimos a poder venderla a terceros. La clave está en que las Administraciones Públicas, la sociedad civil y las empresas se comprometan con este futuro verde y empujen en la misma dirección.
Empresas altamente comprometidas como Rolwind, que contribuye desde hace 15 años a impulsar el papel de España en la carrera de las energías limpias, el desarrollo sostenible y el consumo responsable. Una apuesta por un mix energético renovable global que abarca energía eólica, fotovoltaica, hidrógeno verde, storage y puntos de recarga para vehículos alternativos. Los cinco ases imprescindibles para llegar a ese futuro verde e independiente que tenemos al alcance de la mano.