“Mejorar el día a día de las personas y su entorno más cercano”. La frase es de Nirav Tolia, cofundador y CEO de Nextdoor. ¿Cómo? Uniendo a los vecinos, facilitando las relaciones entre ellos, y fomentando la convivencia ciudadana. Una idea que enamoró tanto al fundador de Amazon, Jeff Bezos, como a los de Google, Larry Page y Serguei Brin.
Desde su fundación en 2011, la aplicación en la que los vecinos crean comunidades privadas en línea donde se conocen, hacen preguntas e intercambian consejos y recomendaciones ha conseguido inversiones por valor superior a los 250 millones de dólares.
Bezos Expeditions, la empresa inversora del fundador de Amazon (cuya fortuna es de 112.000 millones de dólares según Forbes) es una de las que depositado sus dólares en Nextdoor. También lo ha hecho en otras compañías como Google, Airbnb o Uber. La propia Google, a través de Google Ventures, el instrumento que apoya la innovación y promueve a empresas jóvenes o startups del gigante tecnológico, ha hecho lo propio.
Nextdoor ha recibido más de 250 millones de dólares de inversores como Jeff Bezos o Larry Page
No son los únicos inversores que han puesto los ojos en Nextdoor: Benchmark Capital (que invirtió, por ejemplo, en Twitter), Greylock Partners (Linkedin), Kleiner Perkins, Caufield & Byers, Tiger Global Management (Facebook, Zynga –también es el hedge fund que atacó a DIA), Shasta Ventures, Axel Springer, o Comcast Ventures, entre otros.
AMAZON Y LA UTILIDAD DE NEXTDOOR
Lo curioso de Nextdoor es que sus inicios se debieron a un boquete. “Había que solucionar el problema y Facebook no era la red que podía movilizar a los vecinos afectados así como a los tenderos de la zona”, recuerda Nirav Tolia.
¿En qué se diferencia de Facebook u otra red social? En que es privada y se autentica que la persona realmente vive en ese barrio (se le llama al número fijo de la dirección para certificarlo, al móvil o mediante correo).
“Las conversaciones son siempre privadas, como si hablaran en la puerta de sus domicilios. Todo se centra en el barrio que uno vive limitando de esta manera el público, algo que no hacen ni Facebook ni Twitter”, apunta Sarah Leary, cofundadora y responsable de marketing.
¿Y de qué ‘hablan’? Aquí el universo es de lo más amplio. Por ejemplo, recomendaciones para encontrar un canguro de fin de semana, encontrar una mascota perdida, la solicitud de una herramienta para hacer una chapuza, vender mobiliario de la casa, celebración de fiestas o mercadillos, o cómo ayudar en caso de una desgracia.
Las conversaciones de bario solo son accesibles para los vecinos con una dirección verificada en ese vecindario. Todos los sitios web de Nextdoor están protegidos por contraseña y el contenido del barrio y la información de los miembros no se puede encontrar en Google ni en otros motores de búsqueda.
Es lo que ocurrió cuando, el pasado año, ardió la Torre Grenfell en Londres. Los vecinos apuntados en Nextdoor ayudaron a las personas que se quedaron sin casa. O cuando el huracán Harry arrasó parte de Estados Unidos. Los teléfonos de emergencia se saturaron y las personas utilizaron la app para socorrer a los vecinos y ponerse en contacto con bomberos y policía.
En la actualidad Nextdoor está presente en más de 200.000 vecindarios de Estados Unidos, Francia, Alemania, Reino Unido y los Países Bajos. Ahora acaba de aterrizar en España donde, en el periodo de prueba, han conseguido que se registraran más de 20.000 usuarios, se han creado 250 barrios, de los cuales 90 han sido en Madrid.
“El 94% de los españoles está dispuesto a destinar una hora mensual a su barrio”, comenta el cofundador. De ahí que estén ilusionados en su caminar. “En Estados Unidos, el 28% de las personas no sabe el nombre de sus vecinos. En España, el 50% sabe el nombre de diez o más vecinos”, añade.
Con una plantilla de más de 200 personas, sus ingresos provienen de la publicidad. “Internet no es sólo Amazon. Cada barrio dispone de sus propios establecimientos”, concluye Sarah Leary.