Los bancos de todo el mundo siguen registrando, en general, una rentabilidad financiera (ROE) «poco atractiva» para los inversores, con entidades que cotizan por debajo de su valor en libros, según se desprende del informe anual sobre banca elaborado por McKinsey.
En concreto, el 51% de los bancos en el mundo operan actualmente con un ROE inferior al coste de los fondos propios (COE), mientras que el 17% está por debajo del COE en más de cuatro puntos porcentuales.
«En un sector con elevados requerimientos de capital y que opera en un entorno de bajos tipos de interés, la creación de valor para los accionistas es un reto estructural, señala el socio senior de McKinsey & Company de Servicios Financieros de Iberia.
Además, recoge que los casi 2,8 billones de dólares de capital que fueron inyectados por accionistas y gobiernos en la banca durante los últimos 13 años han erosionado entre tres y cuatro puntos porcentuales el ROE.
Así, el grupo del 17% de bancos con la rentabilidad más baja «no estaría creando valor ni siquiera con los niveles de capitalización anteriores», mientras que un 34% habría logrado cumplir con los ratios de capital regulatorio, pero continuaría con dificultades para cumplir con la necesidad de crear valor para los accionistas.
El informe señala que los retos a los que se enfrenta la industria bancaria en un entorno de de tipos bajos «también se manifiestan en las valoraciones». Así, un 47% de los bancos estaría cotizando por debajo del valor en libros, una infravaloración que persistiría incluso después de un periodo en el que el sistema financiero ganó alrededor de 1,9 billones de dólares, más del 20%, en capitalización de mercado, entre febrero de 2020 y octubre de 2021.
Paixão Moreira ha señalado que esta situación se justifica en que, de las 599 instituciones financieras analizadas, solo 65 acumularon todas las ganancias bursátiles durante la pandemia. El 50% de esas ganancias se dirigió a las empresas especializadas: en pagos, agentes de bolsa, bancos de valores y de inversión, entre otros.
«Algunos bancos globales también ganaron, pero la gran mayoría obtuvieron pequeñas ganancias en el precio de su acción o perdió valor», ha destacado Paixão Moreira.
El informe señala que existen cuatro fuentes de divergencia. Las tres primeras: geografía (los principales mercados del banco), escala (su tamaño) y base de clientes (segmento objetivo), se heredan y son más difíciles de cambiar. Sin embargo, el cuarto, el modelo de negocio, está «firmemente» al alcance de los bancos, cada vez cobra mayor relevancia, y es donde estos deberían centrarse para poder adaptarse, según el estudio.
«En cualquier carrera, algunos corredores lideran el grupo, la mayoría son de nivel medio, y unos pocos van por detrás. Además, hay un momento decisivo en el que los líderes se separan del resto. Esa es la naturaleza de la competencia y lo mismo ocurre con las empresas», ha señalado João Paixão Moreira.
En el caso de los bancos, a medida que se movían al unísono en años recientes enfocándose sobre todo en la optimización de costes y la gestión del riesgo, «sus ofertas se convirtieron en productos básicos, mientras que las expectativas de los clientes fueron incrementándose».
El informe de McKinsey refleja que, en un mundo de bajos tipos de interés, un modelo de negocio «comoditizado» basado en el balance produciría menos ingresos y no aportaría ninguna diferenciación al cliente.
Si dividimos los ingresos entre los generados por el balance y los que proceden de la originación y las ventas, como la distribución de fondos de inversión, pagos y la financiación al consumo, la tendencia es clara: el crecimiento y la rentabilidad se están desplazando hacia esta última categoría, que tiene un ROE medio del 20% –cinco veces superior al 4% del negocio impulsado por el balance– y que ahora aporta ya más de la mitad de los ingresos de los bancos», ha explicado el directivo para Iberia de la consultora.
Igualmente, el análisis muestra que dos tercios del valor generado durante todo el ciclo de recuperación económica se crea durante los dos primeros años después de una crisis. Para el sector en su conjunto, estima una recuperación que podría situar la rentabilidad de los fondos propios (ROE) entre el 7% y el 12% en 2025.
LA RENTABILIDAD DE LAS FINTECH ES MAYOR
En cambio, resalta que las fintech y los proveedores de servicios financieros especializados en pagos, financiación al consumo o gestión de patrimonios están generando una rentabilidad «mucho mayor que la mayoría de los bancos».
Concretamente, algunas fintech están alcanzando una valoración de 1.000 millones de dólares (unos 890 millones de euros) en pocos años, entre ellos, también algunos bancos «que se están desviando mucho de sus semejantes».
La evaluación de McKinsey señala tres elementos comunes de las instituciones financieras con mejores resultados, como la vinculación integral con el cliente y servicios financieros digitales; un modelo económico eficiente que fomente el crecimiento de la originación (no solo de negocio financiero) y que no se base únicamente en el balance (stock); y, por último, innovación «continua» con un rápido lanzamiento e implementación «gracias a la tecnología y al talento.
«En este contexto, el informe concluye que los dirigentes bancarios que quieran convertirse en líderes a seguir deberán atraer a los inversores con un modelo económico menos intensivo en capital y más centrado en el crecimiento; ofrecer una experiencia distinta y personalizada a través de canales digitales; e invertir –tanto orgánicamente como mediante adquisiciones o alianzas– y atraer a los mejores talentos», ha explicado Paixão Moreira.