Coca-cola lleva 132 años comercializando el producto más vendido del mundo. La dificultad para innovar con nuevos sabores o menos azúcares ha llevado a la multinacional a lanzar otro tipo de bebidas a base casi de cualquier sustancia, como el cannabis y la kombucha. Estas se suman a la lista de excentricidades de la multinacional, algunas de las cuales quedaron para la historia como auténticos fracasos.
En el año 1994, Coca-Cola sacó al mercado Fruitopia, para abrirse paso en el mundo de las bebidas sin gas. La compañía apostó de tal manera por este producto que puso máquinas de Fruitopia en colegios, institutos y grandes almacene. Pero a finales de los 90 desapareció del mercado porque ya existía por aquel entonces otras alternativas, como el Radical,el refresco de zumo de frutas sin gas de PepsiCo.
Otros de los fracasos fueron la Coke 2, que se creó en 1985 introduciendo un cambio en la fórmula y la versión Black (2006), mezclando cola y café. De hecho, estas joyas estrelladas forman parte del museo del Fracaso, un curioso lugar en la ciudad de Helsingborg (Suecia) donde se rinde homenaje a los fracasos más llamativos.
Asimismo, Coca-Cola Vanilla fue una versión con sabor a vainilla de Coca-Cola introducida en 2002, pero posteriormente suspendida en Norteamérica y el Reino Unido en 2005. Muchos años antes, también lanzó New Coke, pero fue un auténtico fracaso. No obstante, las variantes Zero o sin cafeína si han tenido éxito.
Al margen de los intentos fallidos por mejorar su bebida estrella, la compañía se ha metido en otros negocios como el del agua, el café –con la compra de la británica Costa Cofee este verano– o del té.
España es su mejor ejemplo para ello. En abril, Coca-Cola sucumbió a la moda de los productos saludables y lanzó en el mercado español la marca Honest, té y café ecológicos listos para tomar, y la gama de bebidas vegetales AdeS con ocho referencias pasando a tener un total de 18 marcas y 100 productos. También introdujo a nivel nacional del refresco a base de zumo de manzana Appletiser –ya comercializada en las Islas Canarias- y el reciente lanzamiento del agua Glacéau smartwater.
Y tras el anuncio de entrar en el mercado de las infusiones de cannabis, la multinacional estadounidense adquirió hace unas semanas Organic&Raw, el fabricante australiano que elabora la kombucha. Se trata de una bebida preparada con té fermentado de ligero sabor ácido. Se la conoce como ‘hongo del té’, especialmente en China.
AUGE DEL CANNABIS
La posible incursión de Coca-Cola en el sector de la marihuana se produce en momentos en que las productoras de refrescos buscan agregar el cannabis como ingrediente de moda mientras sus negocios tradicionales se desaceleran, según analista del Bloomberg. Así, hace un mes la cervecera de Corona Constellation Brands anunció que invertirá 3.800 millones de dólares (3.253,7 millones de euros) para aumentar su participación en Canopy Growth, productor de marihuana canadiense.
Asimismo, Molson Coors se ha aliado con Hydropothecary para elaborar bebidas con cannabis en Canadá. En tanto, Diageo, que produce la cerveza Guinness, mantiene conversaciones con al menos tres productores canadienses de cannabis sobre un posible acuerdo. Y, por último, la unidad de elaboración artesanal de Heineken lanzó una marca especializada en bebidas no alcohólicas con THC, ingrediente activo de la marihuana.
Y de la industria de las bebidas al de las cremas. Shepora lanzará cremas de belleza a base de cannabinoides de la marca emplea un extracto de la planta de cáñamo, aceite de semillas de cannabis.
Detrás de todos estos intereses está el auge de las acciones de firmas de marihuana, que se expande en toda la industria, como con Tilray, cuyas acciones se han multiplicado por 13 en los últimos meses.