La utilización de combustibles altamente contaminantes y de tecnología obsoleta suponen un riesgo grave para la salud. En Europa tienen lugar alrededor de 400.000 muertes anuales a consecuencia de este problema
La mala calidad del aire es una realidad que, a día de hoy, urge tomar medidas de forma inmediata. Hace apenas unos meses, la Comisión Europea amenazó a España con llevarla ante el Tribunal de Justicia si continúa incumpliendo la normativa de calidad del aire. El aviso del organismo comunitario trata de prevenir una contaminación atmosférica que provoca –en nuestro país– picos de polución históricos.
La contaminación es un problema ineludible en términos de salud. El incesante tráfico, unido a la actividad de fábricas que apenas controlan sus emisiones, están transformando el aire que se respira en una densa nube de humo tóxico, y los niveles de partículas contaminantes sobrepasan en muchos lugares el límite de seguridad establecido por la OMS. De hecho, solo en Europa tienen lugar alrededor de 400.000 muertes anuales a consecuencia de este problema.
De modo que conviene tomar medidas y tomarlas de manera urgente. Algunas ciudades españolas como Madrid y Barcelona ya han avanzado en sus políticas medioambientales, han impulsado la renovación del parque automovilístico sacando de las carreteras los vehículos más contaminantes; sin embargo, la iniciativa particular de un puñado de ciudades se antoja insuficiente. ¿Qué pasa con las zonas rurales?
En España las zonas rurales ocupan el 90% del territorio y comportan el 30% de la población. Por lo que tienen una función relevante en el cuidado de la calidad del aire, pero en muchos casos no están capacitados para atender esa responsabilidad. Ocurre que en el entorno rural se consume una gran cantidad de gasóleo, leña y carbón, así como energías altamente contaminantes con tecnologías antiguas e ineficientes.
Existe un claro vacío de recursos en estas regiones. La solución a la contaminación en las zonas rurales pasa por una alternativa energética más limpia, y ahí es donde empresas como Primagas intervienen ofreciendo una solución energética como el gas. En este sentido,
PRIMAGAS suministra gas, una energía más limpia y eficiente, que puede llegar a cualquier zona geográfica y ser utilizada tanto a nivel doméstico como industrial, el una gran variedad de sectores. El principal problema de estas zonas es que están fuera de la canalización de red y, por ello, se ven obligados a consumir otro tipo de soluciones energéticas más contaminantes ya que disponen de menos alternativas energéticas. El gas supone una solución 5 veces más eficiente que otros combustibles tradicionales tanto para particulares como para negocios, grandes y pequeños. Además, la sustitución a gas tiene un impacto inmediato en la mejora de la calidad del aire y en la reducción de emisiones de CO2.
Además, permite a los agricultores afrontar el reto de ser competitivos y adaptarse a las nuevas tecnologías en el sector agrícola sin tener que arrasar en el proceso sus recursos naturales. El Gas Licuado se utiliza en la crianza de animales, para secar cultivos, en procesos de incineración, como repelente de insectos, para calentamiento de espacios y agua o como carburante de vehículos agrícolas.
Por último, siguiendo las recomendaciones de la Comisión Europea a los países miembros, cabe señalar que el Gas Licuado –al ser un combustible gaseoso– se adapta especialmente bien a los aparatos de bajo consumo, lo que permitirá acelerar un 20% el proceso para alcanzar el objetivo comunitario de aumentar la eficiencia energética antes de 2020
Fuente Comunicae