El buen momento que está viviendo el sector residencial se puede ver empañado por la escasez de suelo finalista para las empresas. Ahora mismo está en pleno crecimiento en todas sus variables. La demanda de vivienda, el precio y las transacciones han superado los niveles registrados en el año 2019. Pero, a pesar de los buenos resultados registrados en estos aspectos, tiene todavía algunos retos por delante que pueden hacerla tambalear.
Uno de ellos es la escasez de suelo. La materia prima de la que se nutren las promociones está registrando un alza en sus precios debido sobre todo a la falta de suelo de calidad a unos precios razonables. Esto posiblemente seguirá tensionando al alza el precio del suelo en dichas zonas durante los próximos meses. Desde el segundo trimestre del año 2021 los precios medios han recuperado rápidamente el terreno hasta alcanzar, en junio de 2021, un valor medio de 162 euros el metro cuadrado. Igualmente, este valor se encuentra muy próximo a los niveles que se registraban en la época anterior al Covid, y que era de 164 euros el metro cuadrado.
Otro de estos principales retos a los que se tiene que enfrentar el sector son dos anteproyectos de ley que el gobierno espera aprobar durante este próximo año. Se trata de la ley de Arquitectura y la ley de Vivienda. Es esta segunda normativa la que genera más incertidumbre en el sector, sobre todo por las inversiones, y que los expertos destacan que generará incertidumbre a los inversores.
«La Ley de Vivienda, tal y como se plantea en el anteproyecto pendiente de aprobación, es la que más incidirá en el normal funcionamiento del mercado residencial por las medidas intervencionistas», explica Michel Echavarren, CEO de Colliers. El directivo añade que «estas medidas han hecho saltar las alarmas respecto a la seguridad jurídica necesaria para cualquier inversor y suman una incertidumbre adicional con la propuesta de incrementar la fiscalidad de las socimis españolas».
El anteproyecto de la ley de Vivienda genera incertidumbre dentro del sector
CRECIMIENTO CONSTANTE DEL SECTOR
La demanda de vivienda en este primer semestre del año ha registrado unos niveles de crecimiento que la han situado como el mejor en toda la serie histórica desde el año 2008. El número transacciones de vivienda fue un 63,7% superior al año 2020 y un 10,67% superior al primer semestre de 2019. Este incremento ha venido tanto en las operaciones de vivienda nueva como de la usada.
Así mismo, desde Colliers para el segundo semestre se espera una continuidad en los actuales niveles de demanda que podrían hacer cerrar el año 2021 con 640.000 operaciones de viviendas, de las cuales 75.000 unidades procederían del mercado de obra nueva y 565.0000 unidades del mercado de segunda mano.
En cuanto la demanda extranjera, durante el primer semestre del año 2021 se ha observado una importante reactivación que ha permitido que el número de viviendas compradas por extranjeros casi alcancen los niveles pre-covid. Alicante sigue siendo la provincia más elegida por los extranjeros, ya que el 17,6% de las compras de viviendas realizadas por extranjeros se registró en esta ciudad.
AUMENTO DE PRECIOS
Por otro lado, también están creciendo los precios de las viviendas a la par que la demanda. Esto está provocado por la falta de oferta, que en estos momentos es limitada en las principales ciudades de nuestro país. Pero no en todas las capitales crecen igual, ya que en Barcelona han acumulado descensos en los últimos años. A fecha de junio de 2021, el precio de venta ha caído del 4,2% en la Ciudad Condal. Uno de los factores que ha provocado este descenso son las regulaciones del Ayuntamiento de Barcelona en materia de vivienda, según Colliers.
Por su parte, Madrid ha registrado un crecimiento constante en los últimos años. Desde Colliers afirman que «de acuerdo con nuestros modelos predictivos estimamos un incremento adicional de los precios del 1% al 2% para el cierre del año 2021, tanto en obra nueva como vivienda usada. Para el año 2022 observamos cierta estabilidad de precios en términos generales, aunque se podrían producir incrementos de entre el 5% y el 10%, más en vivienda nueva que usada, en algunas de las zonas donde la demanda está creciendo con fuerza».