Ni Apple se libra. Susnuevos iPhone son una muestra de cómo, incluso la mayor empresa del mundo, tiene que rendirse a las órdenes del importante mercado chino.
Los modelos iPhone Xs incluyen una tarjeta electrónica (eSIM) que permite utilizar dos servicios de telefonía móvil que se pueden cambiar entre ellos fácilmente. Pero la tecnología no estará disponible en China, Hong Kong ni Macao. En su lugar, la empresa ofrecerá ranuras para dos tarjetas SIM físicas, que obligan a identificar y autentificar el número de teléfono del usuario.
China es el segundo mercado de Apple además de su principal centro de fabricación para los iPhone e iPad
Es raro que Apple diseñe sus productos para mercados específicos, porque prefiere estandarizar sus diseños lo más posible para hacer más eficiente su producción. Pero la empresa estadounidense tiene mucho en juego en China, su mayor mercado después de Estados Unidos y su principal centro de fabricación para los iPhone e iPad. Su posición de mercado está ahora, además, bajo amenaza, por la competencia de firmas con productos a menores costos como Huawei y Xiaomi, que emplean servicios más locales.
“El uso de las tarjetas electrónicas permitirá a los consumidores cambiar entre proveedores más fácilmente, algo que los operadores chinos no quieren”, dijo James Yan, analista de Counterpoint Research.
LOS SACRIFICOS DE APPLE
La decisión de ceder respecto a la tarjeta electrónica muestra que Apple está dispuesta a hacer sacrificios para acceder al mayor mercado del mundo para teléfonos móviles e Internet. La firma estadounidense, que tiene el mayor valor de mercado del mundo, obtuvo 45.000 millones de dólares de ingresos en China y sus territorios en el año 2017, lo que representa un 20% del total de sus ventas.
Apple no explicó por qué su tecnología eSIM no estará disponible en el país asiático, ni respondió a los requerimientos de Bloomberg al respecto. La razón podría estar relacionada con las restricciones y regulaciones del mercado chino.
En el país asiático, el mercado de telefonía móvil está dominado por un trío de operadores con respaldo estatal, liderados por China Mobile. China controla y sigue estrictamente el uso de teléfonos móviles, así como el registro de sus usuarios, en lo que es solo un aspecto de la obsesión de Pekín por controlar toda actividad en internet.
El año pasado, el diario Wall Street Journal informó que los operadores inalámbricos cortaron abruptamente el acceso a los usuarios del reloj de tercera generación de Apple. El dispositivo tiene su propia tecnología eSIM y analistas de la industria dijeron al diario que ésta podría hacer más difícil para los operadores y reguladores controlar la identidad de los usuarios.
Apple ha cedido en el pasado para cumplir con la legislación china y apoyar a sus empresas. En 2016, Pekín ordenó a la empresa cerrar sus tiendas iBooks e iTunes. El año pasado, Apple tuvo que retirar cientos de aplicaciones de su tienda online, que permitían a los usuarios esconder su ubicación y con ello evadir los esfuerzos del gobierno para bloquear ciertos sitios de internet.