El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, contempla medidas para proteger la vivienda y planea llenar las ciudades de alquiler público. Pinchar la burbuja del arrendamiento es su propósito. Los fondos, tiemblan. Por su parte, Podemos se postula en contra de las socimis, que gozan de grandes ventajas tributarias.
Se acabó el especular con la vivienda. Esta es la empresa más importante de Ábalos desde que tomó posesión de su cargo de ministro de Fomento. Durante la recesión económica que asoló a Europa muchas administraciones españolas decidieron hacer caja con la venta de vivienda pública a fondos buitre. Una fórmula que ha salido muy cara a comunidades autónomas como Madrid. De hecho, el propio presidente regional, Ángel Garrido, ha reconocido recientemente el error.
Por este motivo, Ábalos no quiere seguir la senda de sus antecesores y se ha fijado el objetivo de proteger la vivienda en un tiempo en el que sector comienza a notar los síntomas de la recuperación. La propuesta del Gobierno estará dirigida a evitar que los fondos especulativos puedan vaciar de contenido la función social de la vivienda protegida.
En este sentido, el ministro pretende evitar a toda cosa operaciones como las de Ana Botella con el fondo de inversión Blackstone. La antigua alcaldesa de Madrid vendió por 128 millones de euros 1.860 viviendas de protección oficial (VPO) con inquilinos en su interior. En este 2018, esos mismos pisos se han revalorizado un 134%, un auténtico ‘pelotazo’ urbanístico de este fondo, que cuenta con una gran cartera en el ladrillo. De hecho es el que más tiene que perder con la nueva política de Ábalos.
De todos modos, el Ejecutivo de Sánchez tiene claro que estas medidas no están reñidas con una actividad económica fluida del sector. «Para ser eficaces, hay que ser rápidos», asegura el propio Ábalos. En este sentido y como muestra de colaboración con el sector privado el ministro quiere estudiar la posibilidad de aportar financiación pública para la reforma de pisos de grandes tenedores, como bancos y fondos de inversión a cambio de que estos alquilen las viviendas a un precio por debajo de mercado, con el fin de que puedan salir al mercado 20.000 viviendas más de alquiler asequible.
Precisamente esta medida de las 20.000 viviendas todavía no se ha concretado y varias fuentes ya señalan que esto era sólo un globo sonda. El Psoe y los globos sonda… Real o no, el plan de Fomento es intentar pinchar la burbuja que se ha creado en el alquiler en ciudades como Madrid o Barcelona. Para ello, Ábalos tiene entre sus proyectos ceder terrenos a promotores para construir más vivienda para alquiler. El Ministerio del ramo intentará frenar esa escalada y «que la gente no tenga que dedicar todo su salario a pagarlo.
De esta manera, el Gobierno Central pretende desmarcarse de las voces críticas que afirmaban que iba a ser la Administración quien fijara los precios de alquiler. El Ejecutivo pretende influir en el precio, pero sólo a través de la construcción de más viviendas. Aunque en este sentido, también le han llovido las reprobaciones. Los detractores de esta idea afirman que no es buena idea que el Gobierno se convierta en la mayor inmobiliaria del país.
IGLESIAS, EN CONTRA DE LAS SOCIMIS
Por su parte, Pablo Iglesias, líder de Unidos Podemos y socio imprescindible de Pedro Sánchez para aprobar los presupuestos, ha puesto su foco de atención en las socimis. «Hay que acabar con privilegios fiscales como sociedades mercantiles que operan en el mercado inmobiliario tributando al cero por ciento”, afirmó Iglesias a los medios antes de reunirse con Pedro Sánchez hace tan sólo unos días. En la actualidad, las socimis controlan 15.000 millones de euros en propiedades destinadas al alquiler. Esto traducido al total del mercado sólo representa un 3%, pero esta situación incomoda al ‘número uno’ de la formación morada.
Además, habrá que esperar si Pedro Sánchez se atreve a ‘meter mano’ a las socimis, cuando la creación de este tipo de sociedades fue idea de Zapatero con el objetivo de revitalizar el mercado inmobiliario. Premisa que a tenor los datos se ha cumplido. La influencia de éstas en el alquiler es mínimo, como lo demuestra la cuota del 3% de mercado que abarca.