France Télécom aprovechó las medidas liberalizadoras Felipe González y José María Aznar para instalarse en España en diciembre de 1998. La compañía francesa intentaba pescar contratos en el mercado español y lanzó Uni2, hoy Orange. Aun así no son días de celebración para la filial española, dirigida desde hace dos años y medio por Laurent Paillassot. Es evidente que Orange no atraviesa sus mejores momentos de cara a su veinte aniversario y su política respecto al fútbol le podría costar más que un disgusto. Del tren de las subastas suicidas han saltado Euskaltel y Vodafone, pero a la teleco francesa le ha podido el miedo y no se ha atrevido a emprender una nueva fase sin la Liga y la Champions. La renuncia de Vodafone le supondrá un coste adicional por el prorrateo de costes de 80 millones de euros anuales, pero aun así Paillassot pretende amortizar esta inversión intentando robarle los 400.000 abonados futboleros que dispone Vodafone, que en agosto retuvo más del 90% de los mismos.
Para ello ha Orange emprendido una agresiva política comercial, pero no ha podido rebajar el precio del deporte, que sufre una subida desde los 19,95 euros de la temporada pasada a los 22,90 euros de la presente. La combinación de este aumento de precio y las pretensiones galas se encontraron con un problema: Vodafone está regalado ocho encuentros ligueros por jornada a sus abonados, situación que podría evitar el éxodo masivo pretendido por Telefónica y Orange. Es por ello que la teleco francesa está ofertando a coste cero la Liga a los abonados de su paquete de Cine y Series, que disponen de El Partidazo por tan solo 3 euros adicionales.
MÁS MÓVIL COMPLICA EL FUTURO DE ORANGE
El CEO de Orange explicaba en Nobbot hace unas semanas que la política televisiva de Orange es acercarse a un «modelo de agregador y distribuidor de contenidos», contemplando un horizonte de parrilla «abierta y flexible». No parece que esté logrando sus objetivos porque HBO sigue sin estar disponible en la compañía, situación que provoca una evidente cojera en la teleco. Orange es consciente de su debilidad televisiva, ya que solo cuenta con 600.000 abonados, cifra que se queda lejana de los casi 4 millones de Movistar y de Vodafone, que cuenta con HBO y le duplica en contratos.
Para compensar este hándicap, Orange está lanzando sus redes en otros mares más propicios: en agosto comenzó a ofertar un contrato especial para estudiantes, contemplando interrupciones voluntarias del servicio. Pero su verdadero quebradero de cabeza es Más Móvil, que agrupa marcas como Yoigo, Pepephone o Llamaya. Esta compañía logró robarle en 2017 ni más de ni menos que 400.000 líneas a Movistar, Vodafone y Orange y para 2018 pretenden emular este hito. Esta crisis de Orange se evidencia con un dramático saldo de portabilidad que no se sufría en la compañía desde 2007, situación que no está dejando en demasiado buen lugar a Paillassot por su evidente incapacidad para frenar la sangría.
A ORANGE SE LE ACUMULAN LOS PROBLEMAS
Marcos Sierra denunciaba en Voz Pópuli una de las debilidades más palpables en Orange, que cuenta con el precio más caro en el servicio de llamadas 902: 0,60 euros el minuto para fijo o móvil más 0,18 del establecimiento de llamada. Cabe recordar que el Tribunal Superior de Justicia Europeo dictaminó en marzo de 2017 que el coste de las llamadas no pueden ser superiores a los del coste estándar, siendo ilegal esta injusta política. Mientras Orange desoye a Europa, su CEO no deja de exigir que las OTT cumplan las normativas europeas para equiparar sus obligaciones en cuanto a contenidos y publicidad al de los operadores tradicionales.
FACUA HA DENUNCIADO LOS EXCESOS DE ORANGE ESPAÑA EN VARIAS OCASIONES
Tampoco están demasiado felices en Orange con FACUA, que este año ha denunciado la subida de precio al unísono de la teleco gala junto a Vodafone y Movistar. La organización de consumidores también denunció que la compañía dirigida por Paillassot elevó el precio de su tarifa Love sin respetar siquiera la permanencia de los contratos que se habían firmado. En estos veinte años Orange también ha sido acusada de publicidad engañosa, de cobrar de forma improcedente y de incumplir sus promociones. Aun así el dardo que más ha dolido en esta teleco es la multa impuesta en 2012 por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia de 29,95 millones de euros por el abuso de posición al aplicar precios excesivos en el servicio mayorista que prestan los operadores virtuales por el envío y recepción de SMS y MMS en el mercado español, sanción que fue ratificada por el Supremo en 2015.