sábado, 14 diciembre 2024

Coche compartido: la libertad, autonomía y eficiencia que nos lleva lejos

La ciudad del futuro requiere modelos de transporte más eficientes, económicos y con mayor libertad de movimiento. La opción de compartir coche sigue ganando terreno como una pieza necesaria para completar el puzle de la movilidad sostenible. Viajar con otros pasajeros optimiza el coste en combustible y emisiones, evita las ataduras del aparcamiento cuando el vehículo es propio y permite desplazamientos de puerta a puerta, a destinos concretos, por muy apartados o mal conectados que estén por transporte público.

Y la ciudad de hoy ya lo agradece. El modelo de carsharing disminuye el número de vehículos en circulación, por tanto, contribuye a reducir las emisiones y también los atascos, con todos sus inconvenientes, de forma que incrementa la calidad del aire. Las alternativas de movilidad compartida también descongestionan las vías públicas, lo que acaba redundando en un aumento de las zonas peatonales, ajardinadas o de carril bici, que facilita los desplazamientos libres de emisiones.

Si, además, esta nueva forma de moverse ofrece ventajas para los usuarios en una ciudad de tráfico complicado como Madrid, las opciones de que prospere son mayores, porque los beneficios inmediatos los reciben, directamente, los ciudadanos.

Adrián, residente en la capital, destaca la comodidad del servicio en un entorno en el que la mayoría de desplazamientos requieren planificación: «No pensaba que sería tan sencillo encontrar un coche cerca de donde estés y poder manejarlo con sencillez, además de la limpieza interior y exterior con la que los mantienen los vehículos. Yo ya soy un usuario habitual y siempre lo recomiendo», señala.

wible foto Merca2.es

Precisamente en la demarcación madrileña, el operador de carsharing puesto en marcha al 50% por Repsol y Kia, Wible, propone una oferta versátil para competir en el mercado de la movilidad con una propuesta de economía colaborativa.

Este servicio que permite circular y aparcar en el centro de la ciudad con todas las ventajas de sus vehículos catalogados como Cero Emisiones por la DGT, pero también da cobertura a los habitantes de la periferia y permite viajes más largos, gracias a los 600 kilómetros de autonomía de los Kia Niro híbridos enchufables que forman su flota.

«La idea de ‘ir más allá’ gracias a la autonomía de los vehículos y a la tarifa flexible, tiene tracción entre nuestros clientes», afirma Carlos Blanco, director general de Wible, que da la clave que diferencia este carsharing.

MADRID, CAPITAL DEL COCHE COMPARTIDO

Una ciudad como Madrid reúne las características perfectas para poner en práctica el modelo de coche compartido por «sus características geográficas y demográficas», con una forma concéntrica y alta densidad de población; por «el impulso a este tipo de movilidad por la administración local», que permite a los vehículos Cero Emisiones el libre tránsito y el estacionamiento gratuito en las zonas reguladas; «y por la buena acogida que está teniendo el carsharing entre los madrileños», asegura Siridia Berenguer, directora de desarrollo de Nuevos Negocios de Repsol.

En un escenario de crecientes limitaciones para los vehículos privados en las grandes ciudades europeas, este modelo de movilidad es una opción al alza. Tanto es así, que el informe Car Sharing in Europe de Deloitte asegura que, a día de hoy, los servicios de coche compartido cuentan con 15 millones de usuarios en nuestro continente. «Nos dirigimos a lo que llamamos el usuario multimodal», continúa Blanco, porque, en una gran urbe como Madrid, sus habitantes tienen diversas opciones de transporte, «y según sus necesidades, se desplazan en su vehículo, en transporte público, moto y bicicleta o en nuestro carsharing, generalmente en recorridos más largos o desde fuera de Madrid».

Las cifras, «confirman una tendencia de nuestros usuarios hacia los trayectos más prolongados, tanto en tiempo como en distancia», afirma Blanco. En plena transformación de la cultura de la movilidad, impulsada por la conectividad, el consumo colaborativo y las nuevas formas de energía (electricidad, ecocombustibles…), la oferta de pago por uso de compañías de coches compartidos «es una gran alternativa para quienes no quieran o no puedan comprar un vehículo nuevo en tecnologías que aún tienen un precio elevado», pero sí están interesados en su usar un vehículo en momentos concretos.


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