Hace apenas cinco meses Pedro Sánchez visitó el acto inaugural de la XXXIII Feria Nacional del Queso de Trujillo, quizás sin ser todavía consciente que apenas un mes después iba a ser investido como presidente del Gobierno. En la localidad cacereña sacó pecho por el vínculo emocional que le une a la tierra donde realizó el servicio militar y se sumó a la reivindicación regional sobre el tren.
Por aquellas fechas Mariano Rajoy seguía en la poltrona y Pedro Sánchez parecía cerrar un curso que abrió en el hotel pacense Zurbarán, donde parafraseó a Rodríguez Ibarra al grito de «¡me comprometo a romper cristales por Extremadura!» justo antes de prometer que el día que alcanzase La Moncloa iba a impulsar el AVE. Pero el AVE a día de hoy sigue en los sueños del Oeste español.
UN VÍDEO DE OBLIGADO VISIONADO PARA PEDRO SÁNCHEZ
El curso escolar ha comenzado en Extremadura con decenas de alumnos compartiendo en el recreo el vídeo viral que corre como la pólvora por los WhatsApps de la región. La pieza reivindicativa se titula «Kit para viajar por Extremadura» y ofrece irónicos consejos para tomar con paciencia un tren por estas tierras. Esta particular guía de viaje señala que para viajar por ferrocarril hay que llevar en la maleta una brújula, un extintor, un ventilador de mano, una botella de agua, una virgen de Guadalupe y hasta un orinal.
Con esta lista particular el colectivo Milana Bonita quiere llamar la atención porque la red ferroviaria extremeña registró 61 incidencias solo en agosto. Antes, en junio, muchos pasajeros salieron despavoridos del tren de media distancia Huelva-Madrid porque el convoy estaba ardiendo. Unas semanas después 156 pasajeros del Talgo Madrid-Badajoz acabaron esperando en la intemperie más de dos horas a un autobús por un problema del aire acondicionado en la cabina de un tren que se detuvo en Navalmoral de la Mata.
LA RED FERROVIARIA EXTREMEÑA REGISTRÓ 61 INCIDENCIAS SOLO EN AGOSTO
UNA MANIFESTACIÓN EN LA CAPITAL
La estación de Atocha se convirtió hace un año en el escenario de ‘Los santos inocentes’. El tren, que une los 400 kilómetros que separan Badajoz y Madrid en 6 horas, llegó con retraso de más de treinta minutos, dando así veracidad a la representación colectiva que mostraba el enfado bajo el disfraz de la España marginal que dibujó con tanta pericia Miguel Delibes. Con tan llamativa performance el pueblo extremeño irrumpió a la fuerza en unos informativos televisivos volcados con «el problema catalán».
El problema extremeño era otro: un tren que circulaba por una vía, en muchos tramos a 40 kilómetros por hora, sobre traviesas y raíles que en amplios tramos han cumplido 125 años. Unas semanas después, 40.000 extremeños convocados por el Pacto Social y Político por el Ferrocarril en Extremadura abarrotaban la madrileña Plaza de España. No quiso perderse la petición el presidente de la región, Guillermo Fernández Vara, al que el tema le ha agotado la paciencia.
EL PUÑETAZO EN LA MESA
En junio Fernández Vara señaló en Twitter que «se acabó la paciencia» porque «Extremadura no aguanta más» tras ver como decenas de viajeros arrastraban las maletas por un secarral tras soportar una línea de tren que lleva más de 300 incidentes en lo que llevamos de año. La indigna odisea acabó con puñetazo del presidente extremeño: «Este Gobierno no tiene culpa pero si la responsabilidad de resolverlo. Pedro Sánchez recibió el acuse de recibo y telefoneó con celeridad a Fernández Vara, que se vio unos días después con el ministro de Fomento José Luis Ábalos con la intención de llegar a acuerdos urgentes.
«MIENTRAS SE LLEGA A MADRID EN AVE DESDE EL SUR Y DESDE EL ESTE, EL OESTE PENINSULAR, EXTREMADURA SOBRE TODO, LLEGA EN TRENES DE MIERDA QUE UNOS DÍAS SE PARAN Y OTROS ARDEN»
Las razones del enfado las explicaba Fernández Vara en su blog: «Mientras se llega a Madrid en AVE desde el sur y desde el este, el Oeste peninsular, Extremadura sobre todo, llega en trenes de mierda que unos días se paran y otros arden». Con esta rotundidad el presidente regional exigía las tres demandas existentes en la región: la puesta en marcha de la línea de AVE Madrid-Badajoz-Frontera, fijada para el próximo verano, la modernización de la red convencional y la remodelación de las comunicaciones interiores.
Pedro Sánchez tiene su palabra sobre la mesa, aunque por lo pronto se han acelerado los parches: Renfe inició en agosto, un mes antes de lo previsto, la renovación del parque de trenes extremeños con el inicio de la sustitución de los convoyes de la serie S-598 por los de la S-599, situación que mejora la prestación, seguridad y plazas de los trenes. Hace unos días Renfe instaló láminas de control solar en 20 trenes de la ruta Madrid-Extremadura para reducir el calor. Ambas medidas son simples parches, pero en Extremadura esperan que sean síntomas del inicio del fin de la deuda histórica.