El Banco de España (BdE) ha señalado que el repunte de la inflación está siendo «más intenso y persistente» de lo anticipado, pero espera una moderación a medio plazo, dado que la fuerte subida de los componentes energéticos y los cuellos de botella deberían comenzar a remitir a lo largo de 2022, si bien advierte de que el impacto del IPC en precios y salarios puede «requerir de la actuación de la política monetaria».
El director general de Economía y Estadística del BdE, Óscar Arce, ha indicado, durante el seminario ‘La economía española en los próximos 5 años’, de UNIR La Universidad en Internet, que a mayores incrementos de precios y salarios, mayor es el riesgo de aumento de las expectativas de inflación, mecanismo a través del cual un fenómeno inflacionista transitorio puede, eventualmente, adquirir una mayor persistencia y, eventualmente, requerir de la actuación de la política monetaria.
En este sentido, Arce ha destacado que es preciso analizar en qué medida los márgenes empresariales absorberán los aumentos de costes de factores productivos y en qué medida las demandas salariales tenderán a incorporar el mayor crecimiento de los precios de consumo y, a su vez, los precios de los productores los eventuales mayores costes laborales (los conocidos como ‘efectos de segunda vuelta’).
«La holgura cíclica existente en los mercados de productos y en el mercado laboral debería tender a actuar como factor mitigador deesos efectos indirectos y de segunda vuelta», ha advertido Arce, quien ha señalado que a mayores incrementos de precios y salarios, mayor es el riesgo de aumento de las expectativas de inflación.
Asimismo, ha señalado que existen, además, otros factores de diversa naturaleza que pueden incidir sobre la senda de inflación, algunos son coyunturales, como el ritmo al que los hogares puedan decidir gastar el ahorro acumulado durante la pandemia o la evolución del tono de la política fiscal, mientras que otros tienen un carácter más estructural.
Aunque los fenómenos que subyacen al repunte de la inflación tienen una esencia «aparentemente transitoria y un origen externo» a laeconomía española (cuellos de botella, efectos base, pecios energéticos), Arce ha avisado de que la magnitud de su traslación a los precios de consumo en España dependerá del grado de persistencia de esos shocks externos transitorios y de la reacción de los agentes nacionales.
No obstante, el Banco de España apunta a que el nuevo marco estratégico para la política monetaria dota al BCE de las herramientas adecuadas para afrontar este episodio: nuevo objetivo de inflación simétrico (2%), orientación de medio plazo, vigilancia permanente, actitud paciente y capacidad de anticipación ante eventuales desarrollos desfavorables.