Todas las empresas tienen la obligación de respetar el medio ambiente y fomentar un desarrollo sostenible. Pero dicha responsabilidad aumenta con el tamaño de las compañías. Un ejemplo es Cellnex Telecom. El principal operador de infraestructuras de telecomunicaciones inalámbricas de Europa lleva varios años seguidos con un gran crecimiento. Eso ha provocado que, en paralelo, eleven su compromiso en materia ‘verde’.
A veces, de manera involuntaria, todo el mundo mira a las compañías energéticas para que aminoren su impacto medioambiental. Pero es una tarea de todos. Da lo mismo el sector industrial, todas las empresas deben asumir la transición ecológica como un reto particular.
En este contexto, Cellnex ha presentado su primer ‘Informe de Medioambiente y Cambio Climático’, certificado por un tercero independiente, en el que somete a escrutinio su actividad en los 12 países en los que opera para hacer balance de los logros conseguidos y establecer objetivos futuros.
De este modo, si hasta no hace mucho el ‘Informe Anual’ con los hitos y detalles económicos del ejercicio era uno de los principales elementos de análisis de los grupos empresariales, los informes de actividad social o, más recientemente, de impacto medioambiental, han ido cobrando mayor importancia en un mundo cada vez más preocupado por la sostenibilidad y la huella que deja cualquier actividad.
En concreto, y a nivel particular, Cellnex es consciente de que la expansión de su actividad solo es posible a través de un desarrollo sostenible de su negocio, gestionando el impacto que su actividad genera no solo sobre clientes, empleados y proveedores, sino también sobre el medio ambiente y el entorno social y económico en el que desarrolla su actividad.
Es por ello que desde sus inicios como empresa independiente, Cellnex ha trabajado en integrar dentro de la estrategia general la gestión del medio ambiente y cambio climático, para garantizar que en cada uno de sus proyectos y actuaciones se considere el equilibrio entre la generación de rentabilidad y el desarrollo social y ambiental, promoviendo la generación de valor sostenido a corto, medio y largo plazo.
ACCIÓN DE PRESENTE, REPERCUSIÓN DE FUTURO
El operador neutro de telecomunicaciones ya se somete a esta evaluación y pertenece a cuatro de los grandes índices de sostenibilidad: SUSTAINALYTICS, CDP, MSCI y FTSE4Good que, adicionalmente, “permiten identificar mejoras para avanzar como líderes en el sector”, explican desde el grupo. En este objetivo incide el informe presentado por la compañía, realizado teniendo en cuenta los principales marcos y normas de referencia internacionales y avalado por un informe de verificación independiente de Deloitte. Sobre seis pilares básicos de la actividad, el documento hace un repaso a los logros conseguidos hasta la fecha y al tiempo identifica oportunidades que le ayudan a renovar sus objetivos.
El sentido de acelerar en esta materia es porque Cellnex, como parte de su cultura empresarial y de sus valores, considera esencial desarrollar una estrategia que incorpore la sostenibilidad como un elemento más a tener en cuenta en el proceso de toma de decisiones de la compañía.
En este contexto, la estrategia articula las acciones globales de Cellnex en relación con su política de sostenibilidad, la cual se adapta a sus unidades de negocio.
Siguiendo esta línea, tras la conclusión del Plan RSC 2016- 2020, Cellnex ha fijado nuevos objetivos en el nuevo Plan Director ESG 2021-2025, que fue aprobado por el Consejo en diciembre del pasado año, y que contempla seis grandes líneas estratégicas que se desplegarán a través de 92 accciones concretas, cada una de ellas vinculada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. La compañía dedicará sus esfuerzos para alcanzar un consumo energético 100% verde para 2025; incrementar la presencia de mujeres en puestos directivos hasta el 33%, frente a un 24% en 2020, y un 40%-50% de mujeres en puestos no ejecutivos del consejo; la representación en la sede del Grupo de, al menos, un 50% de las nacionalidades que componen Cellnex; aumentar la contratación de talento joven un 30%; y elevar el porcentaje de consejeros no ejecutivos formados en capacidades ESG hasta un 100%.
En definitiva, el cambio climático, para muchos el mayor desafío al que se enfrenta la humanidad, es una preocupación de primer orden para Cellnex, que ha realizado un estudio con diferentes escenarios y se compromete a reducir su huella de carbono un 50% antes de 2030 y un 100% antes de 2050. Además de las acciones de mitigación, la compañía trabaja en la adaptación al cambio climático, a partir de mejoras en la resiliencia de sus infraestructuras y adaptación de sus actividades, en línea con los ODS.