Quien la hace, la paga. La frase, todo un clásico por ejemplo en el mundo del séptimo arte, bien podría aplicarse a la política llevada a cabo por Banco Sabadell respecto a su filial británica: TSB.
Tantos quebraderos de cabeza ha supuesto la operación a Banco Sabadell, debido a una migración tecnológica con más fallos de los esperados, que incluso desde la City se llegó a especular con la posible venta de TSB por parte de Banco Sabadell, según informó el Financial Times.
La adquisición de TSB costó a banco Sabadell 2.350 millones de euros más otros 226 millones que costó la migración
Jaume Guardiola, consejero delegado de TSB, durante la presentación de resultados del primer semestre de 2018, negó la mayor al respecto. “Los planes con TSB no cambian”, afirmó categórico Guardiola. Pero sí dejó claro que estaban inmersos en un proceso de investigación de las causas. Y dicho proceso se ha cobrado su primera víctima: Paul Pester deja su puesto como CEO. Richard Meddings, actual presidente no ejecutivo de TSB, asume las funciones de presidente ejecutivo, según ha informado la entidad a la CNMV.
LOS COSTES PARA BANCO SABADELL
La adquisición de TSB costó al banco con sede en Alicante 2.350 millones de euros. Desde que se dio el pistoletazo de salida a la migración tecnológica, más de 130.000 incidencias con los clientes han provocado malestar e inquietud en la entidad presidida por Josep Oliu. Incidencias que han traído consigo un fraude de unos 35 millones de euros.
Pero ha habido más ‘daños colaterales’. El margen de intereses y comisiones, por ejemplo, para retener clientes insatisfechos ha sido de 35,9 millones de euros, ya que la entidad incrementó el tipo de interés de algunas de las cuentas del 3% al 5%. También ha habido que dedicar 92,4 millones en provisiones para así compensar futuras quejas; 35,9 millones en margen de intereses y comisiones; y 39,8 millones en otros resultados de explotación.
Por tanto, la ‘broma’ le ha salido cara a Banco Sabadell: 203 millones de costes extraordinarios por la integración de TSB. Según la entidad, se absorberán en este ejercicio. A ello habría que añadir los 226 millones que costó la migración.
“La migración ha tenido una enorme complejidad técnica, con poco parangón, ya que no se ha producido ninguna otra igual. Pero estamos tristes, preocupados y decepcionados porque ha habido esos problemas con los clientes. No hemos pasado la prueba de la manera que hubiéramos querido”, entonaba el mea culpa Jaime Guardiola durante la presentación de resultados. ¿Su deseo? Que a principios de 2019 todo funcione a la perfección. Si no, habrá más ‘manu militari’.