El Institut de Recerca en Energia de Catalunya (Irec) ha asegurado que la posibilidad de un apagón global es «muy baja» porque considera que la red eléctrica presenta una gran fiabilidad. El instituto de investigación también ha argumentado que la estructura del sistema eléctrico europeo se divide en zonas independientes entre sí para evitar un colapso.
Sin embargo, ha sostenido que los países con más posibilidades de sufrir un apagón son aquellos que importan gas y otros combustibles fósiles de países de fuera de la Unión Europea como Argelia, Marruecos o Rusia para generar electricidad.
El responsable de grupo de sistemas eléctricos de potencia del Irec, José Luís Domínguez, ha explicado que esto ocurre si hay una gran necesidad de importar estos combustibles para mantener un nivel de generación.
«Cuando se produce el fallo y no tienes otras opciones para cubrir esta demanda, tienes un problema y necesitas que los vecinos te puedan vender los excedentes», ha añadido.
Entre las posibles causas, según el Irec, están la falta de potencial de suministro energético de los combustibles por una cierta generación existente en el sistema, la baja producción renovable y la falta de sistemas de ‘back-up’.
SISTEMAS DE RESERVA
Domínguez ha destacado que la red eléctrica tiene mecanismos para aislar el fallo eléctrico y reconducir la electricidad en pocas horas.
También ha recordado que las redes eléctricas, al tratarse de infraestructuras críticas, están diseñadas para aguantar la pérdida total de uno o dos sistemas sin dejar de funcionar.
Además, existen planes para asegurar la energía en edificios críticos como hospitales y parques de bomberos, en caso de que no se pudiera conseguir la generación necesaria para cubrir la demanda.
LA RED ESPAÑOLA, «FIABLE EN ALTO GRADO»
El responsable de grupo de sistemas eléctricos de potencia del Irec también ha asegurado que en España la red eléctrica «es fiable en un grado alto».
El Irec está trabajando en varios proyectos para mejorar la resiliencia de la red eléctrica a nivel regional y, desde un punto de vista del cambio climático y la ciberseguridad, pretende prevenir el problema.
Por ello, también apuesta para desarrollar técnicas de mitigación del impacto, a través del aprovechamiento de las energías renovables distribuidas, la creación de microredes para trabajar de forma aislada la red y la utilización de la digitalización e inteligencia artificial.