Cepsa, la compañía controlada por el fondo Mubadala y participada por The Carlyle Group, trabaja en la revisión estratégica de su negocio de Química, considerado como una de las ‘joyas de la corona’ del grupo, informaron fuentes conocedoras de la operación.
A tal fin, ha fichado a Citi como asesor para una eventual operación sobre esta división, que podría desembocar en una alianza, una venta o la incorporación de un socio, entre otras alternativas.
Esta revisión se inscribe en el proceso de transformación estratégica emprendido por la compañía para aumentar su peso en energías renovables y acelerar su descarbonización, por el cual analiza diferentes alternativas para sus negocios, a la vez que potencia el crecimiento de los mismos.
Cabe recordar que BP, uno de los gigantes europeos del sector, se desprendió en junio de 2020 de su negocio de PetroQuímica por 5.000 millones de dólares al objeto de financiar su crecimiento en energías verdes.
En cualquier caso, no se espera un movimiento inminente de Cepsa en este sentido, dado que la compañía está pendiente de la incorporación el próximo 1 de enero de su nuevo consejero delegado, Maarten Wetselaar, que será a quien corresponda adoptar las decisiones estratégicas de calado de la compañía. El actual CEO, Philippe Boisseau, permanecerá en la empresa tras el traspaso como asesor del consejero delegado y del consejo.
El negocio de Química de Cepsa, que cuenta con una plantilla de unas mil personas, continúa ofreciendo unos resultados muy sólidos, con un Ebitda de 355 millones de euros en los nueve primeros meses del año, que ha supuesto un aumento del 39% frente a septiembre de 2020 (y del 91% frente al mismo periodo de 2019), impulsado principalmente por la repercusión positiva de una estrategia comercial mejorada, unida a una tendencia sostenida de rendimiento operativo récord desde 2019.
Durante el tercer trimestre del año, este negocio logró un hito importante con la producción de los primeros volúmenes de LAB, materia prima para producir detergentes biodegradables, a partir de aceites vegetales.
Cepsa, que antes del verano aprobó su nuevo plan estratégico, obtuvo un beneficio neto en los nueve primeros meses según las normas de contabilidad internacional (NIIF) de 498 millones de euros, gracias, fundamentalmente, al aumento de los precios del crudo, de la producción y de los márgenes, frente a las pérdidas de 810 millones de euros registradas en el mismo periodo de 2020.
Los resultados de la firma se vieron afectados en el pasado ejercicio por el deterioro de activos, el entorno de precios bajos y la reducción de la demanda.
El beneficio neto ajustado (Clean CCS) durante los nueve primeros meses del año fue de 295 millones de euros, lo que supone multiplicar por más de 9,5 los 31 millones de euros registrados en el mismo periodo del año anterior.
El resultado bruto de explotación (Ebitda) se situó en 1.346 millones de euros hasta septiembre, lo que supone un aumento del 48% respecto a los 910 millones del mismo periodo de 2020, impulsado por la subida de los precios del petróleo y el aumento de la producción de crudo, la mejora de los márgenes y el aumento de la producción de refino, y el consistente desempeño tanto del área Comercial como de Química.