El miedo al cambio ha sido un arma muy potente para los operadores de telefonía. Durante años embarcarse en una portabilidad era un proceso bastante pestoso. Y eso aumentó en la parte fija con la llegada de la fibra óptica. Pero la gente ha cambiado de mentalidad, ahora no hay miedo a irse de una compañía. Incluso, hay quien lo hace un par de veces al año. Eso lo están notando, y la única de las grandes que consigue mantener la dignidad es Movistar.
Según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), en el mes de mayo se volvió a sobrepasar la cifra de 600.000 portabilidades móviles (cambio de compañía). Algo que empieza a ser habitual, puesto que en enero se llegaron a rozar las 700.000 fugas de abonados.
Para poner la situación en perspectiva, sobre lo que era la tónica en los últimos años, según la CNMC, en mayo de 2015 hubo 414.000 portabilidades móviles; en 2016 (427.000); y en 2017 (487.000). Así, desde mediados del año pasado se ha disparado, y ya nadie tiene miedo a cambiarse de compañía, tanto en el segmento móvil como en la banda ancha.
En este escenario, la preocupación de los operadores empieza a ser por retener clientes. Sobre todo porque se añade el efecto MásMóvil a la fiesta. Al final todavía tiene margen, y debe tenerlo, para utilizar importantes promociones y captar clientes. Los demás todos deben ir a la defensiva.
MOVISTAR PARECE RESISTIR
De enero a febrero, según datos de la CNMC, en España hubo 133.163 abonados nuevos de banda ancha. Y casi todos, en términos de saldo neto, se fueron a parar a MásMóvil, que tuvo un bagaje positivo de 174.000 clientes.
Por su parte, Vodafone tuvo un saldo negativo de 33.000 usuarios, Orange cayó en 14.000 y Movistar se dejó casi 1.000 por el camino. Así pues, parece que ahora mismo nadie aspira a tener más clientes en su cartera de abonados y, simplemente, mantener lo que tienen es suficiente. Eso, claro, y conseguir aumentar la factura en vista de que no llegan nuevas altas netas.
EL MÓVIL, MISMA HISTORIA
En el segmento móvil, todo se repite. MásMóvil arrasa sin mesura; y Movistar mantiene la cabeza. Aquí, incluso, consigue un saldo positivo de clientes al aumentar su cartera en más de 58.000 altas.
Por su parte, Orange pierde 104.000 usuarios y Vodafone hace lo propio con 74.000. Un claro síntoma de que las reglas del juego han cambiado. No tanto por el efecto MásMóvil, que más pronto que tarde se estabilizará, sino porque los usuarios han perdido el miedo por completo. Además, pese a que los operadores insisten en que el factor precio no es tan determinante, lo cierto es que existen diferencias importantes.