Como ocurre todos los veranos, Metro de Madrid cierra unas cuantas líneas del suburbano –este año hasta cinco– para reparar problemas de funcionamiento o simplemente subsanar los errores en la construcción de algunos tramos. El periodo estival siempre es el elegido porque perjudica a menos usuarios. Sin embargo, los retrasos, los riesgos para la salud y los perjuicios económicos para las empresas de autobús han convertido las obras en un caos.
Una de las cinco líneas de metro cerradas es la línea 9. Esta suspendió el servicio el 30 de junio para acometer las reformas en cuatro fases con la previsión de reabrir el 1 de septiembre. Y es precisamente la última fase de su remodelación, la que mantiene suspendido el tramo entre Arganda del Rey y Estrella desde el 20 de agosto, la que más problemas está ocasionando.
Un grupo de maquinistas de Metro de Madrid se vio obligado a emplear mascarillas por las molestias que les genera el polvo y humo procedentes de las obras en este tramo. De hecho, un maquinista acudió esta semana a los servicios de Urgencias ante el malestar generado por exposición a humo, tal y como recoge Europa Press. Los usuarios del suburbano también se vieron perjudicados por estas molestias.
A este problema se suma uno de índole económica. Con el cierre temporal de algunas líneas Metro de Madrid pone un servicio especial de autobús que realiza el mismo trayecto que hace el suburbano. Este servicio es gratuito para los usuarios de metro. Hasta aquí todo perfecto, sin embargo, muchas personas usan estas líneas en detrimento de los autobuses urbano e interurbanos para los que este servicio supone una competencia.
Es lo que ocurre con el cierre de Metrosur. Los trabajos de renovación mantienen cerradas las 14 estaciones comprendidas entre El Casar y Universidad Rey Juan Carlos desde el 28 de julio hasta el 14 de octubre. En Leganés, este servicio especial es usado por muchos usuarios cuando la empresa de autobuses Martín realiza recorridos parecidos. La diferencia es que el billete en esta empresa cuesta 1,5 euros mientras que el servicio especial de metro es gratuito. Un claro perjuicio para dicha empresa.
No obstante, no ocurre en todas las líneas. El cierre de la línea 2 entre Sol y Retiro –del 28 de julio al 1 de septiembre– no cuenta con este servicio porque está cubierto por líneas de autobuses de EMT.
LOS RETRASOS EN ALGUNAS OBRAS
Otro de los grandes quebraderos de cabeza de las obras en el metro son los retrasos. Y aquí Metrosur también es una de las grandes damnificadas. En un principio, la línea 12 tenía previsto cerrar el 23 de junio para estar operativa ya en el mes de septiembre. Sin embargo, la UTE compuesta por dos filiales de OHL, que resultó ganadora de uno de los dos lotes en los que se dividió el proyecto, renunció al proyecto por “cuestiones de plazo”.
La consecuencia fue que las obras, cuyo coste asciende a 24 millones de euros, se retrasaron un mes, hasta el 28 de julio. Por lo que la mitad de la línea no tendrá restablecido el servicio hasta el 14 de octubre. El retraso afectará al inicio del curso escolar y la vuelta de vacaciones de muchos trabajadores. Según explicó inicialmente Metro se va a acometer “una actuación integral que incluye la reparación de la plataforma de hormigón mediante inyecciones y zanjas transversales, además de la reparación de la canal central y canaletas transversales. Además, se llevará a cabo la sustitución de tacos elásticos por placas de fijación directa”.
Igual de afectados se están viendo los aficionados del Atlético de Madrid que han comenzado la temporada sin poder usar el suburbano por las obras de la línea 7B que comenzaron el 16 de junio y se extienden hasta el 15 de septiembre entre el Hospital del Henares y Estadio Metropolitano.
Al cierre de la estación de Gran Vía y la suspensión en las líneas 2, 7B, 9 y 12 se suma ahora la del tramo Tribunal-Sol de la línea 1, entre el 22 y el 29 de agosto. Estos trabajos forman parte del Plan de Desamiantado de la Comunidad de Madrid, que va a invertir 140 millones hasta 2025.