En los últimos años ha habido una revolución ‘verde’ que ha obligado a las empresas a cambiar su relación con el medio ambiente. Así, entre un contexto de obligación, y una pizca de convicción, las grandes compañías han ejecutado planes para llevar a cabo una transición ecológica en sus modelos de producción. Aunque no todo va tan deprisa como parece.
En plena crisis energética, de contenidos y de pensamiento, ha trascendido un informe de la consultora KPMG que deja en evidencia dicha velocidad. En concreto, solo 17 de las 125 empresas del mercado continuo español (un 14%) tiene planes para alcanzar cero emisiones netas antes de 2050. Esto quiere decir que más de ocho de cada diez compañías de este mercado (108, es decir, un 86%) ni siquiera tiene a día de hoy planes para lograr la neutralidad climática.
Este análisis llega justo cuando se empieza a cuestionar si las exigencias ‘verdes’ han sido demasiado elevadas con respecto a la realidad social y económica. Es decir, las grandes empresas han asumido que se debe dar un giro para avanzar con criterios responsables hacia el medio ambiente, ¿pero con tanta premura?
En este contexto, según las datos que arroja KPMG, de esas 17 compañías que sí han hecho público su compromiso Net Zero, tan sólo siete lo han respaldado con un plan de transición público que guíe su estrategia de descarbonización. La mitad de ellas han establecido el horizonte temporal en 2040 y el resto, en 2050. El factor común a todos sus planes es el establecimiento de medidas y acciones concretas para minimizar la totalidad de la huella de carbono, incluyendo objetivos de reducción de emisiones a corto, medio y largo plazo y definiendo medidas de compensación cuando sea necesario.
Solo 17 de las 125 empresas del mercado continuo español (un 14%) tiene planes para alcanzar cero emisiones netas antes de 2050
De las diez compañías restantes que sí cuentan con compromiso Net Zero pero todavía no cuentan con un plan de transición o no lo han publicado, seis sí han desarrollo planes o estrategias que incluyen medidas para descarbonizar las operaciones, pero no cubren las emisiones indirectas de la cadena de valor ni contemplan mecanismos para neutralizar emisiones.
UN DESARROLLO DESIGUAL
Por sectores, son los de tecnología y telecomunicaciones, construcción y servicios financieros los que presentan un mayor grado de avance. En este contexto, Ramón Pueyo, socio responsable de KPMG Impact y Transformación Sostenible, advierte de que «la existencia de planes robustos de transición hacia la neutralidad climática es clave para las compañías, no sólo desde el punto de vista regulatorio sino también desde el de la creciente presión de los inversores».
Asimismo, estima que «por eso, todas, independientemente de su modelo de negocio, deberían asumir cuanto antes objetivos de reducción y neutralización de emisiones. De acuerdo con el último estudio de Energy & Climate Intelligence Unit y Oxford Net Zero, de las 2.000 empresas cotizadas más grandes del mundo, solo una quinta parte (21%) cuenta con compromisos Net Zero».
Una vez las compañías son capaces de cuantificar la totalidad de su huella de carbono, es necesario establecer objetivos de reducción de gases de efecto invernadero alineados con los modelos climáticos de calentamiento global. Para ello existen diversas iniciativas. La más notoria es la Iniciativa de Objetivos Basados en Ciencia (SBTi por sus siglas en inglés) firmada por más de mil compañías en todo el planeta. Del mercado continuo español, únicamente 22 compañías (18%) participan en ella. Y del IBEX 35, lo hacen 17 (40%). Por comparación, la adhesión a SBTi supera el umbral del 50% tanto en el principal índice de la Unión Europea, el EURO STOXX 50 (56%), como en el del Reino Unido, el FTSE100 (53%).