sábado, 23 noviembre 2024

El asesoramiento nutricional a pacientes oncológicos repercute sobre su calidad de vida y mejora la tolerancia al tratamiento

Una alimentación adecuada en las personas con cáncer, además de contribuir a mantener un correcto estado nutricional y evitar la desnutrición, proporciona beneficios que les permiten sobrellevar mejor la enfermedad. Consciente de ello y del interés que la nutrición suscita en estos enfermos, la Fundación Jiménez Díaz ha celebrado recientemente una Jornada de nutrición para pacientes oncológicosEste enlace se abrirá en una ventana nueva con el apoyo de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), miembro de su Consejo Asesor de Pacientes.

«Una correcta alimentación ayuda al paciente a mejorar la tolerancia a los tratamientos, evita la pérdida de masa muscular y, como consecuencia, repercute sobre su calidad de vida, además de que favorece el correcto funcionamiento del sistema inmunitario dentro de cada casuística», afirma la nutricionista y dietista Marta Crespo, del Servicio de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz.

Para avanzar en estos deseados objetivos, en la jornada online organizada por el centro hospitalario, dirigida a pacientes, familiares y cuidadores, se ofrecieron claves generales para seguir una correcta alimentación y se explicó el ejercicio físico idóneo que estas personas deben practicar.

Seguimiento individualizado para cada paciente

En cuanto a las recomendaciones alimentarias, estas son muy variadas y deben realizarse de manera individualizada, teniendo en cuenta las características y necesidades de cada paciente, incidió la experta. Así -añade-, durante el tratamiento oncológico, «lo principal es mantener un buen aporte proteico; sin embargo, a lo largo del proceso pueden surgir muchos y diversos obstáculos que requieran realizar adaptaciones en diferentes momentos».

Todo ello hace necesario contar con un equipo multidisciplinar implicado en la correcta nutrición del paciente. «Dadas las particularidades de los afectados por cáncer, es necesaria la intervención de diferentes profesionales que adapten tanto la alimentación como el ejercicio físico al momento en que se encuentra el paciente», señala Crespo.

El Servicio de Endocrinología y Nutrición de la Fundación Jiménez Díaz cuenta con la participación de endocrinólogos y nutricionistas que realizan un estrecho seguimiento del paciente oncológico para mejorar su estado nutricional y adaptar las diferentes recomendaciones alimentarias a cada momento y caso concreto.

El Departamento de Oncología Médica, además, está en proceso de crear y automatizar vías clínicas por las que todo paciente en riesgo nutricional sea derivado automáticamente para una valoración precoz con los correspondientes especialistas, explica por su parte el Dr. Jaime Rubio, especialista de la citada área.

«Estamos ultimando detalles para organizar dos reuniones multidisciplinares a la semana con profesionales de Oncología Radioterápica y Endocrinología y Nutrición para valorar y discutir la creación de una guía de nutrición en pacientes en tratamiento de quimioterapia y radioterapia», añade. Asimismo, está prevista la implementación de nuevas herramientas tecnológicas y no presenciales (telemedicina) para favorecer la comunicación con los pacientes.

La importancia del ejercicio físico

Durante la jornada, la AECC, cuya coordinadora de Voluntariado en la Fundación Jiménez Díaz es María Salvador, señaló que la realización de ejercicio físico mejora la capacidad física y funcional de las personas con cáncer y contribuye a mantener y recuperar una adecuada composición corporal, con una recuperación de la masa muscular y una reducción de masa grasa.

Además, les puede ayudar a reducir los niveles de fatiga y mejorar su estado anímico general, sin olvidar que los pacientes con cáncer activos tienen mejor pronóstico y menor riesgo de volver a padecer cáncer u otras patologías, como las cardiovasculares», apunta Soraya Casla, responsable de la Unidad de Ejercicio Oncológico de la AECC en Madrid.

Como en nutrición, «el ejercicio físico debe ser personalizado e individualizado, planificando cada intervención de manera que atienda a las necesidades y objetivos de cada paciente, se adapte a sus limitaciones y se oriente a reducir los efectos secundarios concretos que pueda presentar en cada caso», concluye la experta.


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