El Juzgado de Trabajo de Lisboa ha citado a Banco Santander Totta y a los sindicatos portugueses este jueves, 14 de octubre, por el conflicto sobre el despido colectivo que pretende llevar a cabo este año la filial portuguesa del grupo que preside Ana Botín.
Banco Santander Totta abrió este verano un plan voluntario para reducir su plantilla en 685 empleados, al que se apuntaron un total de 475 personas, tras lo que comenzó a preparar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para las 210 posiciones restantes.
Los sindicatos portugueses Mais Sindicato, SBC y SBN acudieron al Juzgado de Trabajo de Lisboa para tratar de frenar el despido colectivo del banco, al considerar que no hay una causa justa objetiva para el ajuste.
La vista para que el juez escuche a las partes se ha fijado para este jueves. Después de que los representantes sindicales y del banco presenten las pruebas que consideren oportunas, el juez tendrá un plazo para deliberar y decidir si atiende a las pretensiones de los sindicatos y frena el ERE o si, por el contrario, avala el proceso de despido colectivo que quiere ejecutar el Santander en Portugal.
Dicho ERE podría afectar a un máximo de 210 trabajadores, aunque estos empleados todavía pueden negociar individualmente con el banco acogerse al plan voluntario que ofreció la entidad, que en su momento aseguró en un comunicado interno que las condiciones eran las mejores ofrecidas por ninguna empresa en el país.
Por ello, es posible que el número de potenciales afectados por el ERE se haya reducido en las últimas semanas y siga haciéndolo, aunque por el momento no hay una cifra actualizada.
En cualquier caso, Mais Sindicato, SBC y SBN han asegurado que harán «todo lo posible» y utilizarán «los medios a su alcance» para evitar el despido colectivo.
Según denuncian, Santander Totta ha reducido su plantilla en más de 1.100 empleados en el último año, que han salido de la entidad tras negociar acuerdos individuales no recogidos en convenio.
Las últimas cifras oficiales de Santander Totta, correspondientes al segundo trimestre de 2021, muestran que la filial portuguesa del grupo que preside Ana Botín contaba con 6.049 empleados al cierre de junio, 533 menos que a finales de 2019, antes de la pandemia del coronavirus. En dicho periodo, bajó la persiana a 124 oficinas, el 22% de su red, manteniendo 418.
Esos datos no recogen todavía la salida de los 475 trabajadores que aceptaron adherirse al plan de ajuste para 685 personas, pues el proceso voluntario de adhesión se abrió en julio e irán saliendo progresivamente hasta final de año