sábado, 23 noviembre 2024

Sin Imserso, los balnearios apelan a la reserva directa para salvarse

El Imserso lleva jugando al despiste con el programa de viajes para mayores desde el mes de junio, cuando envió la primera carta a pensionistas y jubilados. Después, una cascada de recursos judiciales y obstáculos burocráticos impedían llevar a efecto los deseados viajes. La siguiente novedad que recibían los mayores, hace unos días, hablaba de un alentador «avance» en el proceso de contratación. No debía ser tal, porque los balnearios se descuelgan y, pese a las concesiones «provisionales», contactan con los visitantes de campañas anteriores para ofertarles promociones paralelas y ajenas al Imserso, del que ya no se fían ni unos ni otros.

Resulta incomprensible que una actividad con presupuesto disponible no pueda llevarse cabo por la falta de voluntad de activar los trámites burocráticos que la pongan en marcha. Está pasando con el programa de termalismo del Imserso y pone en peligro, no sólo el bienestar de los mayores que lo contratan, si no también 7.000 empleos en el sector y 58.000 plazas disponibles de octubre a diciembre. Conviene recordar que estos paquetes vacacionales son terapéuticos y recomendables para muchos mayores.

La historia de este retraso administrativo que pone contra las cuerdas al sector se remonta meses atrás. El Instituto de Mayores y Servicios Sociales, dependiente del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, comunicaba a los mayores, primero en junio y luego en agosto, que se había puesto en marcha el proceso para iniciar una nueva temporada del Programa de Turismo (2021-2022) con la previsión de que comience en el último trimestre de este año, especificando que sería «a partir de octubre como es habitual». Bueno, pues nada más lejos de la realidad.

Tal y como trasladaba el propio Ministerio hace días, para que los viajes del Imserso se pudieran reanudar tras interrumpirse por la pandemia, debían darse dos condiciones imprescindibles: que existiera una situación de seguridad en relación al covid-19, que se ha logrado gracias a la baja incidencia acumulada y al avance de la vacunación, y la existencia de una oferta turística suficiente que permitiera el impulso de la nueva contratación. Las condiciones se cumplen, pero el compromiso no.

La mala gestión del Imserso ha agotado la resistencia de los balnearios y la paciencia de los mayores

Pese a todo, desde el Gobierno se mantiene que el programa de termalismo «está en proceso avanzado de contratación de establecimientos para atender a la demanda de plazas por parte de los usuarios y se comunicará en las próximas semanas quienes son los beneficiarios de este programa».

Pero la mala gestión del programa subvencionado de viajes ha agotado la resistencia de los establecimientos y la paciencia de los mayores que hace ya tiempo, recelaban de la viabilidad de la oferta pública, y optaban por otras alternativas promovidas a iniciativa privada, a precios de Imserso, por parte de turoperadores, agencias y asociaciones de mayores.

De hecho, en el caso concreto de los balnearios, pese a estar contemplados en la lista del programa de Termalismo del Imserso 2021, un buen número de establecimientos está contactando directamente con los mayores que les visitaron en campañas anteriores para ofrecerles sus propias promociones.

Desde los primeros días de octubre, los establecimientos termales están tratando de captar clientes para cubrir las plazas de este mes, a sabiendas de que el período de reserva del Imserso no se cerrará a tiempo pese a los insistentes anuncios del Gobierno.

Pero esta estrategia tampoco está resultado demasiado efectiva para los balnearios, habida cuente de que, no sólo se eleva el precio (más del doble) respecto a las tarifas del Imserso, sino que, en muchos casos, se reducen los días de estancia (de 10 a 7), por lo que cuesta todavía más que les salgan las cuentas a los interesados.

En cuanto a Balnearios de España (Anbal) también se mantiene expectante, pese a que las novedades no terminan de llegar. Los viajes del programa de termalismo no llegan y la patronal del sector no dispone de información adicional «a la que tiene todo el mundo».

SIN GARANTÍAS PARA 2021

Si bien los pronósticos más esperanzadores apuntan a que noviembre podría ser el mes de despegue del programa de termalismo del Imserso, las voces menos optimistas señalan que, cómo mínimo, habrá que esperar a 2022 para poder garantizar su inicio. Malas noticias para un sector cuyos costes de mantenimiento por permanecer abierto, pero sin clientes, resulta difícilmente asumible.

Los balnearios españoles necesitan del programa del Imserso, pero cada día que se retrasa la decisión del Gobierno es un día de pérdidas para ellos, que tienen que mantenerse abiertos pero sin asegurar las reservas, porque de forma oficial no saben qué día empezarán a llegar los mayores del Imserso y tienen reservadas sus plazas para ellos.

Este retraso impedirá cubrir la totalidad de las plazas disponibles en toda España en unos establecimientos que se consideran «los más castigados económicamente por la pandemia». Y no son los únicos perjudicados, ya que la Asociación Nacional de Balnearios cifra en 58.000 plazas las concertadas de octubre a diciembre en el Programa de Termalismo, que se podrían ver reducidas a 25.000 al no comenzar el programa en octubre.

De hecho, el Gobierno, con su inacción, se arriesga a recibir demandas por parte del sector, «los propios balnearios, además de emprender las acciones que en derecho les correspondan, se verán liberados para adoptar las decisiones de gestión empresarial de todo tipo que se deriven del incumplimiento en cuanto a la puesta en marcha del programa de Termalismo en las fechas anunciadas», afirmaban recientemente desde la patronal.

El efecto de arrastre de este retraso administrativo tiene un alcance en algunas de las zonas rurales más desfavorecidas. Los balnearios se ubican en lugares caprichosos, donde existen manantiales de agua mineral natural en torno a los cuales se levantan villas termales.


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