Este año 2017 comienza fuerte en lo que a subidas de precios se refiere. Multitud de empresas subirán los precios aprovechando la recuperación del empleo, y la leve mejora en la economía después de años en los que han tenido que contener los precios.
En 2016 hemos visto como el precio del petróleo se ha incrementado considerablemente, haciendo que suba el precio de los carburantes.
A comienzos de año el barril llegó a situarse por debajo de los 30 dólares y actualmente el precio se sitúa en los 57 dólares. Parece que debido a los acuerdos para reducir la producción el precio seguirá en estos niveles o incluso subirá. Esto impulsa el precio de las gasolinas y a su vez hace que crezca el IPC (Índice de precios al consumo). Este índice se ha incrementado de forma considerable por el peso de los combustibles y el aumento de los precios de las energías.
El IPC interanual de noviembre de 2015 a noviembre de 2016 es de 0,7%.Y la tendencia no es a reducirse, sino que podrían subir los precios aun más en 2017.En el IPC también tienen un peso importante las subidas en la luz, el agua y el gas.
La electricidad aumenta de precio en una especie de responsabilidad compartida entre el Estado y las empresas eléctricas. Estás e
mpresas controlan menos de un 40% de la factura ya que el estado a través de los impuestos y peajes tiene controlado más del 60% del precio del KWh. Poco consiguen las presiones de diferentes grupos sociales pidiendo una luz o unos recibos más asequibles para la población. El rechazo de la sociedad se centra principalmente en las empresas eléctricas, pero sería más acertado pedirle al Estado que disminuya el nivel de impuestos que impone a las energías. A esto hay que sumarle que el precio sufre un incremento debido a que más de la mitad de la factura eléctrica son sobrecostes, entre los que se encuentran, las ayudas a las renovables, el déficit de tarifa, las compensaciones a la generación insular…
Pero mientras ellos discuten nosotros pagamos, y aunque España no se encuentra (aun con el nivel de impuestos actual) entre los países más caros para el consumo de energía eléctrica, el precio se ha incrementado desde 2008 alrededor de un 40%, lo que supone un gasto muy duro a final de mes.
Fuente: Eurostat
También ahora que estamos en invierno en España hay un mayor consumo de gas, esto hace que haya dificultades en muchas familias para hacer frente a este gasto. Si miras tu factura de gas podrás ver dos partidas que encarecen el precio: el impuesto de hidrocarburos sobre el gas natural y el IVA.
El impuesto de hidrocarburos sobre el gas natural es un impuesto especial, puesto con la intención de que se tenga un consumo responsable y respetuoso con el medio ambiente (igual que se hace con la electricidad). El impuesto entro en vigor en 2013 y grava el consumo de gas en cada hogar y supone un incremento del precio de esta energía en un 5%.
Para que se hagan una idea, desde la implantación del impuesto de hidrocarburos, en un hogar que posee un consumo medio de alrededor de 6.350 kWh al año se pagarán 20 euros más en 12 meses. Sin olvidar que además a este impuesto hay que sumarle el IVA, por lo que el precio que se incrementa su factura será de unos 25 euros al año.
Para viviendas en las que convivan 4 personas el consumo medio de electricidad es de 3.300 KWh y de gas 6.350 KWh. Suponiendo que el KWh de luz se sitúe en torno a 0,12, el precio que tendremos que pagar anualmente con este gasto en electricidad será de unos 400 euros sin impuestos. El precio del gas es algo inferior, ya que no llega a 0,05 euros el KWh.
¿No podría el estado bajar los impuestos de los suministros?
Ya que el estado domina más de un 60% de la tarifa de la luz, ¿por qué no reduce esa factura? ¿Por qué no en épocas de crisis reduce los impuestos a los grupos más vulnerables?
Los impuestos reducen nuestra capacidad de pago, y nos dejan menor cantidad de dinero en el bolsillo, lo que en economía se llama renta disponible. Con menos renta disponible el consumo de las familias será inevitablemente menor.
Y no es sólo la luz, el agua, el gas o la gasolina, el IVA encarece todos los productos que consumimos. El IVA y los impuestos especiales han aumentado un 4% desde 2015 hasta situarse en 81.112 millones de euros.
En tiempos en los que mucha gente está pasando por dificultades es cuando el Estado tendría que moderar su política de impuestos. El problema surge cuando nos damos cuenta que nos hemos endeudado demasiado y se necesita ingresar urgentemente. El estado tiene que recaudar sea como sea. ¿Cuál es la solución a esto? El Estado tiene que gastar de una forma más eficiente y perder peso, para de esta forma poder dedicar más esfuerzos a disminuir la factura en la parte que depende de ellos.