Menos coches y autobuses, líneas cerradas, escaleras en mantenimiento, pero el mismo precio del billete para los usuarios -hasta 131 euros-. Esta es la situación del transporte público en Madrid, durante los meses de verano. Metro, Alsa y Renfe Cercanías se ‘van de vacaciones’ gracias a los horarios fijados por el Consorcio Regional de Transporte. Da igual los miles de madrileños que sí tienen que trabajar en agosto. Los millones de turistas que visitan la capital tampoco importan en esta ecuación. En la época estival, el transporte de Madrid no vuela, abandona.
En estos últimos días ha sido la huelga del taxi la que ha concentrado toda la atención mediática del sector del transporte. Su lucha contra Cabify y Uber ha puesto en jaque a muchos madrileños y turistas que han visto como la Castellana era bloqueada por los afectados. Ante esta situación y la ausencia de taxis, el transporte público ha adquirido una mayor importancia, pero éste no ha respondido -aunque nadie tenía demasiadas esperanzas en que así fuera-.
Descenso del tránsito de coches en el Metro, horarios recortados en los autobuses interurbanos de Alsa -también otras compañías menos importantes- y los mismos problemas en Renfe Cercanías. «Es un infierno moverse en transporte público en agosto», afirma un ciudadano de la periferia que trabaja en el centro de la capital.
‘Cerrado por vacaciones’. En la actualidad, este el cartel más visto en Madrid, por delante incluso del ‘se alquila’, a pesar de la supuesta burbuja generada en el arrendamiento de viviendas. En el Metro, Alsa y Renfe Cercanías no cuelga este cartel, pero como si lo hiciera. Porque las tres compañías han abandonado a la suerte de los nuevos horarios estivales a sus usuarios. Aunque lo cierto es que la desatención de estas empresas son sólo una consecuencia del cumplimiento estricto de los horarios fijados por el Consorcio Regional de Transportes. «Me tengo que levantar antes que otro mes cualquiera para llegar a mi puesto de trabajo», afirma un madrileño enfadado por esta situación.
Los más afectados por la llegada del verano -sobre todo de agosto- son los ciudadanos de la periferia de Madrid. Las poblaciones del Corredor del Henares que tienen su puesto de trabajo en la capital sufren las ‘vacaciones’ de Alsa y sus autobuses interurbanos. Torrejón de Ardoz, Alcalá de Henares o Coslada -la primera casi alcanza los 200.000 habitantes, la segunda supera los 100.000 y la última se queda muy cerca de esta cifra- son municipios donde sus ciudadanos han de variar sus hábitos si quieren llegar a tiempo al trabajo.
En algunas líneas de los interurbanos los recortes acarrean la salida de un autobús menos por hora, en otras incluso dos. En este sentido Alsa tiene claro quién es el culpable de esta situación, el Consorcio Regional de Transportes de Madrid. «Nosotros -tampoco ninguna otra operadora- fijamos los horarios. Esta es una labor que le corresponde al consorcio», afirman a MERCA2 desde la compañía de autobuses. «Ellos adecuan los horarios en función de la demanda para reducir, pero también para aumentar si así fuera necesario», explican desde Alsa.
Preguntado sobre la posibilidad de que la empresa pudiera aumentar estos horarios fijados por el consorcio Alsa se muestra tajante: «No podemos hacer más o menos, sólo lo que nos marcan». Además, afirman «desconocer» si se han producido más quejas de lo normal por esta reducción de horarios.
OCHO MINUTOS DE ESPERA EN HORA PUNTA EN EL METRO
La odisea de los ciudadanos de la periferia que han de trabajar en agosto no acaba a la hora de coger un autobús que les traslade hasta la capital. A su llegada comparten frustraciones con los usuarios del Metro de Madrid. Durante el año es habitual las averías, los retrasos y los cortes en algunos tramos de la red. Pero en agosto esta situación se agrava con el descenso de la cadencia de coches. Hasta ocho minutos esperan muchos usuarios en hora punta. «Es inaceptable esta espera cuando hay muchos madrileños que todavía no nos hemos ido de vacaciones o que ni siquiera lo haremos en todo el mes», explica un ciudadano que trabaja en una de las cuatro torres.
2 de agosto 7:05 de la mañana.
Así están los andenes de @metro_madrid ¿es esto normal? No puede ser que la frecuencia de los trenes sea cada 8 minutos como poco… Nos hacéis la vida imposible @ppmadrid pic.twitter.com/q3dSdCUvFz— Madrid Da Asco (@AscoMadrid) 2 de agosto de 2018
En este caso, Metro también se rige por los horarios fijados por el Consorcio Regional de Transportes. Pero Metro no ha atendido la consulta de MERCA2 para debatir sobre el problema que esta situación genera en los madrileños. De todos modos, Metro también ha de preocuparse por todo aquellos usuarios que no sólo sufren los nuevos horarios estivales, sino también el cierre de líneas -como la 7B- o la ausencia de aire acondicionado en algunos coches, como denuncia una cuenta de Twitter de afectados por la pésima situación del Metro de Madrid.
Resumen de trenes @metro_madrid que han generado quejas por mal o nulo funcionamiento del aire acondicionado las últimas semanas que nos ha remitido un usuario. (Datos basados solo en las quejas en Twitter) @bcarabante @RosaliaGonzalo @angelgarridog @ComunidadMadrid @012CMadrid pic.twitter.com/mOfqbJEDCq
— Sufridores del Metro (@SufridoresMetro) 1 de agosto de 2018
RENFE CERCANÍAS, NI EN PINTURA
La otra alternativa para llegar a la capital es Renfe Cercanías. Pero esta opción es la que más evitan los trabajadores. ¿Por qué? Muy sencillo, su servicio es uno de los que más quejas registran a lo largo del año y en verano -amparada por los horarios fijados por el consorcio- la situación se vuelve insoportable. «Coger el tren ya es una lotería en muchas ocasiones por la cantidad de retrasos -injustificados- que sufren, pero en verano es como jugar a la ruleta rusa«, afirma un habitual cliente de Renfe Cercanías.
HASTA 131 EUROS POR UN SERVICIO CON MENOS PRESTACIONES
Ante un servicio menos eficiente y de menor calidad muchos usuarios se preguntan porqué tienen que pagar el mismo precio por su abono transporte durante los meses de agosto. Al final, las empresas se lavan las manos como Poncio Pilato y vuelven a señalar -al igual que en el tema de los horarios- al Consorcio Regional de Transportes. La realidad es que este organismo es quien regula los precios y el único que puede actuar en este sentido. Multitud de madrileños consideran un «abuso» pagar entre 54,60 euros -el abono más barato- a 131,80 euros -el más caro- por un servicio que no es el mismo que en cualquier otro mes. MERCA2 ha intentado recoger la opinión sobre toda esta problemática del Consorcio Regional de Transportes, pero al término de la redacción de este artículo no ha obtenido respuesta alguna.