La pandemia del coronavirus ha dejado un reguero de pérdidas en el sector hotelero de Barcelona. La falta de turismo extranjero y la elección de escoger zonas más tranquilas, con menos bullicio, ha afectado intensamente al sector hotelero de Barcelona.
Mientras en algunas de las zonas de la Costa Brava y de la Costa Daurada alcanzaban ocupaciones del 85% de la capacidad máxima permitida, los hoteles de Barcelona permanecían cerrados o bien con pobres datos. De hecho, a finales de 2020 tan sólo estaban abiertos menos del 25% de estos establecimientos, si bien, algunos de ellos se han convertido en hospitales para contagiados leves.
Tras 18 meses cerrados, el sector hotelero en Barcelona ha perdido cerca de 2.700 millones, mientras que mantiene en ERTE a más de 17.000 personas, según los datos del Gremi de Hotels de Barcelona, presidido por Jordi Clos.
EL MWC, LA PRIMERA GRAN ESPERANZA PARA LOS HOTELES
«La cancelación de ferias, como el Mobile World Congress, y las listas negras que han incluido a España como país de alto riesgo» han sido dos de las principales causas de estas pérdidas, según han asegurado fuentes del sector a MERCA2. No obstante, los mismos hoteleros ven la luz al final del túnel y esperan un mejor año de cara al 2022.
Por este motivo han aplaudido la decisión de Reino Unido de volver a abrir los vuelos y rutas hacia España, mientras que los empresarios han reclamado a la Generalitat tratar de llegar a un consenso para hacer realidad la ampliación de El Prat, que cuenta con el rechazo de ERC y Unidas Podemos, dos fuerzas que son cruciales para el PSOE para sacar adelante los Presupuestos.
La venta de hoteles de Barcelona han pasado de convertir en una excelente inversión, a ser la única solución para paliar la falta de liquidez
Los números ofrecidos por Clos dejan una cruda realidad de la que esperan remontar de cara a febrero del próximo año, un mes crucial antes de la apertura de la temporada turística porque es cuando se producen las reservas hoteleras. Entre ellas destaca, una ocupación de tan sólo el 20% en los establecimientos en la capital catalana, mientras que el precio por habitación se ha desplomado un 50%.
Estos números son los que ha manejado el sector desde el inicio del verano y tan sólo es la confirmación oficial de un desastre sin precedentes en un sector que prometía en 2019, con récord de ocupación y precios.
LA APERTURA DE LOS PAÍSES Y LA CAÍDA DE CONTAGIOS ACOMPAÑAN A LOS HOTELES
En este 2021, el Mobile World Congress apenas ha tenido repercusión. La feria de las startupss apenas ha congregado a 20.000 personas, con la ausencia de las principales marcas y fabricantes. Para 2022, los promotores de esta feria esperan un regreso por todo lo alto en marzo y los hoteles también. En este sentido, el turismo irrumpiría en Barcelona, si las cifras de contagios y la flexibilización de las restricciones lo permiten, con más fuerza respecto a los dos últimos años. Además, buscan cerrar estos meses de otoño e invierno con mejores notas que los meses anteriores.
Numerosos hoteles no han podido aguantar a la pandemia. Los traspasos y ventas han sido la tónica del sector en Barcelona, a diferencia de otras zonas de Cataluña. Las plataformas de compraventa de inmuebles tienen en venta cerca de medio centenar de este tipo de establecimientos, algunos de ellos por unos 33 millones de euros. Hotel Nobu, Hesperia Presidente, NH Calderón y Apolo son algunos de los hoteles que han cambiado de manos en este 2021.
Las ventas han sido la única solución para los hoteleros que no han aguantado la crisis. La banca ha dado cerrojazo al crédito y a los avales, mientras en la SEPI se acumulan peticiones de más de 1.100 millones de empresas turísticas. Junto a aerolíneas y navieras, grupos hoteleros como Hotusa, Room Mate y Hesperia han solicitado el rescate junto con otras cinco entidades, como Hoteles Playa, Soho Hotels, Abba Hotels, Hotelatelier y Selenta. Este último grupo hotelero es propiedad del anterior presidente del Gremi de Hotels de Barcelona, Jordi Mestre. El resto de grupos ha solicitado entre 25 y 30 millones de euros para poder continuar operando el negocio.
LA VENTA, ÚNICA SOLUCIÓN DURANTE LA PANDEMIA
La situación del grupo durante este verano ha sido muy dura, un ejemplo de que la falta de liquidez echa por tierra cualquier negocio. Sin ingresos y la acumulación de deuda obligó a su propietario a pedir una ayuda de 50 millones de euros, al tiempo que negociaba la venta de varios hoteles a los fondos de inversión, que han adquirido varios establecimientos a precios de saldo.
El pasado mes de julio cerró la venta de cuatro hoteles al fondo Brookfield, dos de ellos en Barcelona -Expo y Sofía-, por 440 millones. El fondo alemán ASG compró Nobu por 80 millones t tan sólo quedó sin vender el Expo Valencia.
Con la negativa de la banca a conceder más créditos, los hoteles sólo han encontrado en los fondos de inversión su única tabla de salvación. Los fondos han registrado elevados niveles de liquidez y antes de abalanzarse sobre los hoteles han dejado que los efectos de la pandemia hicieran sus estragos para poder comprar y negociar mejores condiciones, en detrimento de los propietarios. Por otro lado, la banca ha vendido deuda de hoteles, como ha hecho Banco Santander con Hesperia para evitar tener que colocarla en mora. Hubieran sido 136 millones en caso de mantener esta deuda, que debería provisionar y por tanto empeorar los ratios.
El último informe de Cushman & Wakefield señalaba a Barcelona como el epicentro de la compraventa de hoteles. En una de sus conclusiones, la consultora ha indicado que es «la ciudad más atractiva para inversión hotelera en Europa. La venta de hoteles de Barcelona han pasado de convertir en una excelente inversión, a ser la única solución para paliar la falta de liquidez.