Durante la elaboración de distintos reportajes sobre los episodios de elevada contaminación de Madrid, en Merca2 nos pusimos en contacto con la Asociación de Garajes y Párkings de Madrid (AMEGA), quienes nos enviaron esta carta dirigida a Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, que -por su interés- reproducimos literalmente:
En respuesta a su amable petición de expresar nuestro parecer sobre las medidas tomadas unilateralmente por el Ayuntamiento de Madrid para reducir el tráfico rodado en periodos de alta contaminación, consideramos un poco pronto la valoración de las mismas hasta no ver su aplicación en escenarios y fases sucesivas. Hasta ahora a los aparcamientos afectados más directamente le puede suponer una subida puntual del 40% de la recaudación, pero que a la larga es previsible la reducción de la recaudación por una menor circulación y rotación de vehículos, sobre todo en los niveles 3 y 4.
Sin duda, el rebajar las exigencias para activar los protocolos de reducción del tráfico, nos supone a la larga un perjuicio evidente: el problema se agrava por la intervención del Ayuntamiento sin contar ni coordinar sus medidas con la oferta de plazas de aparcamiento público distinta del SER. Somos parte de la solución planteada tanto a la movilidad como la contaminación que sufre Madrid. Pero desde el Consistorio no se escucha a nadie.
Movilidad no es sinónimo de Medio Ambiente limpio
Ya a primeros de mes tuvimos la primera noticia desagradable de los cortes de tráfico para acceder a la zona centro de Madrid. Las declaraciones de la alcaldesa, Manuela Carmena en Onda Cero, en las que decía que “estudia la peatonalización de forma permanente de la Gran Via”, pero que es “algo imparable”, son sumamente preocupantes. Vamos que nosotros tenemos la impresión de que ya tiene tomada la decisión de “peatonalizarla”, a pesar de que diga que lo “estudia”. Para llegar a tal decisión toma unos argumentos fáciles, y el hecho de que los taxistas y los grandes comercios están encantados. Son, claro, los únicos beneficiados, pero, ¿cuándo terminen las fiestas también los estarán?
Desde el Ayuntamiento no se ha consultado a ninguno de los sectores afectados por los “cortes de tráfico” de la llamada Zona Centro, que por supuesto son más amplios que la Gran Vía. La Concejal de Medio Ambiente, Inés Sabanés, saca un decreto que entra en vigor a los 7 días, sin escuchar a nadie, y solo el mismo día de su entrada en vigor, con prisas, emplazan los técnicos municipales a algunos de estos sectores de comerciantes y vecinos afectados- que no a todos- por los cortes de tráfico a una reunión “informativa”.
La gente huirá del centro de la ciudad para ir a comprar al extraradio con el consiguiente perjuicio para la economía
El caos circulatorio fue una realidad el lunes y el martes de la primera semana de cortes en el Puente de la Constitución. Los aparcamientos públicos afectados perdieron un 50% de su recaudación habitual en estas fechas: y es que si bien las restricciones al tráfico no son totales- esto es, que se puede circular por esas vías pero “con condiciones”- la precipitación o falta de previsión municipales, la falta de información y publicidad clara desde el Consistorio, causaron el caos. Y lo que es peor: la discrecionalidad con la que “pueden” actuar los agentes de movilidad conforme la norma municipal les permite, lleva a una auténtica situación de Estado policial, propio de otros tiempos, pero no de un Estado de Derecho. Vamos que lo que dice un agente de movilidad es ley, y no se puede discutir: prohibido pasar, prohibido circular, salvo que yo te lo permita. ¿Por qué no se utilizan los aparcamientos públicos existentes para dejar ahí los vehículos, bajo tierra, donde no molestan?
Y decía que los argumentos de la Alcaldesa no nos sirven por:
1º) Los pequeños y medianos comercios de las vías no principales del Centro languidecen hasta que se ven obligados a cerrar sus puertas. El Centro de Madrid corre el serio peligro real de convertirse en un gran gueto, vacío a diario, sin vida, que solo el fin de semana parece cobrar algo de vida: paseen a diario por Lavapiés, Embajadores, Rastro, Barrios de las Letras, y además áreas de prioridad residencial, y verán un Madrid desolado, triste y vacío. Nuestra Alcaldesa ha cometido el mismo error que sus antecesores en el cargo: no escuchar la voz de la calle ni entrar en contacto con la realidad de la calle. En lugar de buscar apoyo en quien se lo puede dar- los aparcamientos públicos- para favorecer una movilidad sostenible, su pretensión es acabar con ellos.
2º) Caminar o pasear por el Centro de Madrid en Diciembre, es una pesadilla, un caos debido a la gran afluencia de personas, que hacen de la “movilidad” una quimera. La mejoría de la economía y el aumento del turismo conllevan un aumento del consumo en los grandes centros comerciales del Centro, en fechas señaladas como estas. Pero eso no quiere decir que esto vaya a ser así siempre. La peatonalización no es “un fenómeno mundial”, como dice Carmena, sino el uso de vehículos no contaminantes: no confunda usted “movilidad” con “medio ambiente limpio”. El fracaso de BiciMad le debería hacer reflexionar al Ayuntamiento, y no tomar decisiones a la ligera. Por mucho que le parezcan “imparables” determinadas situaciones.
vivimos una situación de Estado policial en Madrid propia de otras épocas y no de una Democracia
Ahora la activación de medidas restrictivas del tráfico y de la movilidad llevará a que no se utilice el vehículo, salvo que sea eléctrico o hibrido, y por ello a que se reduzca la rotación de vehículos en los aparcamientos que están situados en la almendra central. La recaudación seguro que se resiente, sobre todo si tenemos en cuenta que solo circularán la mitad de vehículos y en un futuro parece que solo van a poder circular los coches eléctricos o híbridos, que además pueden estacionar en superficie sin pagar nada, con el perjuicio tanto para los aparcamientos privados de uso público como para las arcas municipales que ven los parquímetros vacíos.
Del anuncio y aplicación del protocolo de medidas “especiales” cualquier ciudadano puede opinar y valorarlo, pero nos parece que la seguridad jurídica no es la deseable y que en muchos casos, por el acortamiento de los plazos, pueden darse supuestos de “infractores” de las normas restrictivas, por no conocerlas ni estar anunciadas con la antelación y publicidad suficientes, y aplicarse sanciones y multas ·injustas”. Hay colectivos de profesionales que necesitan su vehículo, sin otra alternativa posible, y que se van a ver seriamente dañados patrimonialmente. El efecto que podemos prever es que se incentive el que la gente ·huya” del Centro, que compre y viaje hacia las afueras, con el mayor gasto para las familias que eso supone, con el deterioro del centro de la ciudad, y que la recaudación en los garajes y aparcamientos del Centro se vea reducida drásticamente.
Como en tantas otras cosas, se puede hacer mejor si se pregunta y consulta a los expertos, profesionales y afectados, y se hacen las cosas con calma y diálogo.