La crisis del Covid ha ampliado las diferencias que separan a hombres y mujeres en lo que respecta a las tasas de paro y horas efectivamente trabajadas, aunque ha reducido la brecha entre sus respectivas tasas de actividad, según un artículo del Banco de España en el que se analiza el impacto de la crisis por sexos en el mercado de trabajo español.
CAÍDA DE EMPLEO
Particularmente, la institución, utilizando datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), constata que la caída del empleo, de la población activa y de las horas de trabajo efectivas fue más intensa para las mujeres que para los hombres en los primeros trimestres de la crisis, si bien desde finales de 2020 estas variables mostraron un comportamiento algo más favorable para las mujeres.
En cualquier caso, apunta que entre el cuarto trimestre de 2019 y el segundo trimestre de 2021 la disparidad entre ambos colectivos se habría ampliado en términos de la tasa de paro y de las horas efectivas trabajadas, aunque se habría reducido en lo referente a la tasa de actividad.
Antes de que estallara la pandemia, con datos correspondientes al cuarto trimestre de 2019, la economía española contaba con 19,97 millones de personas empleadas, de los que 10,81 millones eran hombres y 9,16 millones, mujeres.
La tasa de paro de las mujeres era por entonces 3,3 puntos superior a la de los hombres, del 15,5% frente al 12,2%, mientras que su tasa de actividad era 10,7 puntos inferior (53,5% frente a 64,2%).
Entre el cuarto trimestre de 2019 y el segundo trimestre de 2021, el número de mujeres desempleadas se ha incrementado más que el de los hombres, un 13% frente a un 8,9%.
Así, hasta el segundo trimestre de 2021, la crisis sanitaria provocó un incremento mayor de la tasa de paro femenina que de la masculina, 1,8 puntos frente a 1,2 puntos, lo que situó sus respectivas tasas de desempleo en el 17,4% y el 13,4%, ampliando la brecha que ya existía en esta variable antes del comienzo de la pandemia.
No obstante, el Banco de España hace aquí algunas precisiones: esta ampliación de la brecha en las tasas de paro por sexos, especialmente intensa entre finales de 2019 y finales de 2020, se ha ido reduciendo ligeramente en los dos últimos trimestres, y se debe en, gran medida, al mayor dinamismo de la población activa de las mujeres en los últimos trimestres.
Aunque en los primeros trimestres de la crisis, la caída del empleo y de la población activa fue sensiblemente más intensa para las mujeres que para los hombres, desde finales de 2020 tanto el empleo como la población activa han mostrado un comportamiento más favorable para las mujeres que para los hombres.
En términos de la participación en el mercado laboral, en el caso de las mujeres ya se superaban los registros prepandemia tanto en número de personas como en porcentaje de la población en edad de trabajar en el segundo trimestre de este año.
ERTE Y HORAS
En su artículo, el Banco de España también analiza el impacto sobre el empleo y las horas trabajadas que ha tenido en ambos sexos el recurso a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) y a los ceses temporales de actividad en el caso de los trabajadores autónomos.
En este sentido, la institución señala que tanto los hombres como las mujeres se han beneficiado «de manera muy considerable» del uso relativamente generalizado que se ha dado a los programas de mantenimiento temporal del empleo en esta crisis.
Así, en el promedio del segundo trimestre de 2020 las mujeres acogidas a ERTE vinculados al Covid suponían un 17,9% del total de las mujeres afiliadas en la Seguridad Social, mientras que, en el caso de los hombres, este porcentaje era del 15,5%.
Si se tiene en cuenta el porcentaje de empleados que no trabajan ninguna hora en una semana determinada por suspensión temporal de empleo o por encontrarse en un ERTE, el porcentaje también ha sido ligeramente superior para las mujeres que para los hombres a partir del segundo trimestre de 2020.
En lo que respecta a la evolución de las horas de trabajo efectivas, el Banco de España apunta que, cuando se tiene en cuenta la mediana de la distribución de esta variable para hombres y mujeres, la caída resulta «especialmente intensa» para las mujeres en el segundo trimestre de 2020.
«Desde entonces, el comportamiento de las horas efectivas trabajadas ha sido algo más favorable para las mujeres que para los hombres, lo que, sin embargo, aún no ha permitido cerrar la brecha entre ambos colectivos que se abrió en esta variable tras el estallido de la pandemia», afirma el organismo.
HERNÁNDEZ DE COS
La institución que preside Pablo Hernández de Cos vincula este mayor descenso en el número de horas de trabajo para las mujeres con el impacto asimétrico que ha tenido la pandemia sobre los distintos sectores, pues algunas de las ramas que se han visto más afectadas por el Covid y las restricciones presentan una proporción relativamente elevada de empleo femenino.
Es el caso de la hostelería, el comercio y las actividades artísticas y recreativas, las llamadas industrias sociales, donde las caídas en la mediana del total de horas de trabajo efectivas respecto al cuarto trimestre de 2019 fueron especialmente pronunciadas para las mujeres.
El término industrias sociales recoge el comercio, la hostelería, la educación, las actividades artísticas y recreativas, otros servicios, hogares como empleadores y organismos extraterritoriales. En el cuarto trimestre de 2019, un 47,6% de las mujeres empleadas trabajaban en industrias sociales, frente a un 30,5% en el caso de los hombres.