Ha llegado la hora del coche eléctrico. Quizá no de su venta, puesto que todavía sigue muy lejos de los niveles de los vehículos de combustión o, incluso, de los automóviles híbridos. Pero el escenario es favorable para posicionarse. Entre las firmas que lo tienen más claro se encuentran Mercedes o Volvo.
Y es que el escenario empieza a cambiar. Hasta ahora los grandes fabricantes tenían preocupación a la hora de elaborar sus hojas de ruta. Una mezcla de inseguridad jurídica y una falta calendario coordinado entre países justificaba todo. Pero eso va tocando a su fin. Según las estimaciones de la consultora Oliver Wyman, hay varios factores que inciden de manera directa, siendo el tratamiento de los combustibles uno de ellos.
En concreto sobre las restricciones de diésel. “En España también se están implementando ya medidas en este sentido, principalmente en las grandes ciudades. Por ejemplo, en Madrid, aunque todavía no esté definido cuándo, se prevé que el centro de la ciudad se convierta en una zona libre de coches, que se aumenten las tarifas de aparcamiento para los automóviles de combustión interna e, incluso, que se prohíba el uso de automóviles con motor diésel hasta 2025”, señala Joern A. Buss, socio de la práctica de Automotive & Manufacturing de Oliver Wyman en Detroit. “Además, en Barcelona se está impulsando el uso del coche eléctrico, habilitando el uso de los carriles bus para este tipo de vehículos y promoviendo políticas de estacionamiento gratuito”.
Ante esta perspectiva cabe analizar por qué hasta ahora cuesta tanto la penetración de los coches totalmente eléctricos en casi todos los países del mundo. El primer motivo viene del lado de la demanda y es que, simple y llanamente, se trata de un tipo de vehículo que no ha resultado por ahora interesante para los consumidores. Por precio, desconocimiento, o lo que sea, la demanda es baja.
Por lo que respecta a la oferta, los propios fabricantes han sido reticentes. Según aclaran desde Oliver Wyman, los márgenes de rentabilidad han jugado un papel esencial. La venta de vehículos deportivos y de alta gama, de combustión, tienen un público fiel y dispuesto a pagar importantes sumas. Esto ha provocado que por ahora nadie tuviera excesivas ganas de bajar dichos márgenes.
Asimismo, y juntando oferta y demanda, los incentivos públicos a nivel económico han sido tan escasos que tampoco han alentado el consumo de este tipo de automóviles. Aunque algo empieza a sonar de manera distinta.
MERCEDES, VOLVO… ENTRE LOS MÁS ACTIVOS
Varias compañías automovilísticas con sede en Europa -entre ellas Mercedes Benz, Jaguar Land Rover y Volvo- ya se han comprometido a apostar por los modelos eléctricos durante los próximos cuatro años, y el fabricante asiático ha dejado de priorizar la fabricación con motores diésel, para contar con recursos para promover el coche eléctrico.
El único país que parece estar viajando en dirección opuesta es Estados Unidos, pues sus políticas gubernamentales han sido mixtas durante el último año: si bien la devolución de impuestos federales para los automóviles eléctricos sigue vigente, la reciente legislación fiscal lo limitó a las primeras 200.000 unidades vendidas por cada fabricante. Después de alcanzar ese umbral, el incentivo desaparece.
De acuerdo con Oliver Wyman, si combinamos estos movimientos con la cantidad de gasolina a bajo coste, se entiende por qué tanto los fabricantes de automóviles estadounidenses como los consumidores siguen siendo reacios a alejarse de los automóviles impulsados por combustión interna.
Mientras las compañías europeas, los productores japoneses y los surcoreanos están aprovechando este tiempo hasta que se implementen estas medidas para avanzar y desarrollar nuevas gamas de coches eléctricos que se adapten a las necesidades de los consumidores, las empresas chinas van un paso por delante y han desarrollado ya docenas de modelos de vehículos eléctricos a precios razonables.
LAS ÚLTIMAS CIFRAS DEL SECTOR
A la espera de que movimientos como los de Mercedes y Volvo se hagan notar en la calle, lo cierto es que la movilidad eléctrica empieza a presentar mejor cara mes a mes. En concreto, las matriculaciones de vehículos eléctricos en España alcanzaron un volumen de 5.906 unidades en los seis primeros meses del año, lo que supone un aumento del 99,39% en comparación con los datos del mismo período de 2017, según datos publicados por la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).
En junio, las entregas de este tipo de vehículos en España alcanzaron un volumen de 1.426 unidades, lo que representa un incremento del 85,4% respecto a las 769 unidades comercializadas en dicho mes del ejercicio pasado.