sábado, 14 diciembre 2024

La sequía disparó el uso del carbón en 2017

La sequía que sufrió España en 2017 provocó un aumento del consumo de energía procedente del carbón del 28,5 %, el mayor crecimiento relativo en el ámbito mundial, según se desprende del informe BP Statistical Review of World Energy 2018.

Si no hay agua en los ríos, las presas no abren sus puertas y las centrales hidroeléctricas no generan energía. En cifras, la energía consumida procedente de centrales hidroeléctricas en España bajó un 49,1 % el año pasado, hasta pasar a representar poco más del 3 % de la energía total consumida.

De esta manera, el mix de consumo de energía quedó reflejado de la siguiente manera: petróleo (46,7 %), gas natural (19,8 %), renovables (11,3 %), carbón (9,7 %), energía nuclear (9,5 %) y, en último lugar, energía hidroeléctrica (3 %).

Estas cifras contrarrestan con cómo se produce la energía en España. De acuerdo al informe presentado por BP, el 25,23 % de la electricidad generada el año pasado procedió de fuentes renovables, por delante del gas natural (22,9 %), nuclear (21,09 %), carbón (16,37 %), hidroeléctrica (6,71 %) y petróleo (6,42 %).

La diferencia entre las fuentes de energía y las de consumo se establece por el difícil almacenamiento de la electricidad producida a través de fuentes renovables (eólica, solar, etc.). “Queda bastante tiempo para poder guardar a gran escala la electricidad procedente de las renovables”, ha indicado el presidente de BP España, Luis Aires. El directivo ha presentado el gas natural como la solución temporal a cubrir los huecos de intermitencia de las renovables. “Emite la mitad de CO2 que el carbón y permite su almacenamiento sin grandes inversiones”, ha argumentado.

EL CARBÓN Y SU RELACIÓN CON EL CO2

A más carbón, más CO2. El Avance del Inventario de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), presentado por el Ministerio para la Transición Ecológica recientemente, estima un nivel global de emisiones de 338,8 millones de toneladas de CO2-eq, lo que supone un aumento del 4,4 % respecto a 2016.

Este incremento está relacionado con la generación de electricidad. Aumentó sus emisiones un 18,8 % debido a la mayor producción de electricidad en centrales de carbón y ciclos combinados. También contribuyeron a este aumento las emisiones del sector industrial (+3,2 %), del transporte por carretera (+2,5 %) o de la agricultura (+2,9 %). Las principales bajadas se registraron en el sector residencial (-2,8 %) y en el uso de gases fluorados (-17,2 %).

El sector con más peso en la emisión de gases contaminantes es el del transporte (26 %), seguido del de la generación eléctrica (21 %), las actividades industriales (19 %) y la agricultura (10 %). Por gases, el CO2 supone un 81 % de las emisiones totales de GEI, seguido del metano (11 %).


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