La Central de Abasto de la Ciudad de México es mucho más que la distribuidora de alimentos mayor del mundo con cerca de doscientas cincuenta hectáreas; es mucho más que sus decenas de miles de almas que trabajan las veinticuatro horas, los trescientos sesenta y cinco días del año. Ese macro establecimiento que nunca duerme es el depositario de la rica y variada cocina mexicana.
De la Central de Abasto de la Ciudad de México salen los mejores productos, tanto en cantidad como en calidad para surtir a los restaurantes más reconocidos de toda la República, un país que escala peldaños cada día para convertirse en referente mundial de la gastronomía.
Este mercado de mercados, lleno de magia y rodeado por la ciudad más poblada del mundo, dispone de autobuses para recorrerla. Algo normal cuando hablamos del Principado de la alimentación. Una línea de esos autobuses está diseñada para turistas y público en general, y la otra para chefs, cocineros y profesionales de la industria de la gastronomía.
Porque la Central de Abasto de la Ciudad de México no es sino un espejo de lo que representa la inmensidad del país. Un país con treinta y dos estados, con treinta y dos Méxicos diversos pero unidos; un país con recovecos tan bellos como desconocidos; un país con una gente extraordinaria, entrañable, valiente, trabajadora y alegre, con un alma elevada como es la propia República mexicana, como lo son las doscientas cincuenta hectáreas que es ese Principado de la alimentación en la Central de Abasto de la Ciudad de México donde se puede encontrar el más amplio surtido de alimentos de primera calidad; sí de calidad como la calidad de los mexicanos que luchan y se levantan un día sí y otro también para aportar un granito de arena a ese México que llevo siempre grabado en el alma
Los que tengan pensado viajar a México no pueden perderse una visita a la Central de Abasto. Es la esencia de ese gran país que es México