Naturgy ha marcado esta semana un hito en su planta Cerdanyola del Vallés (Barcelona), al convertirse en la primera empresa en inyectar gas renovable procedente de vertedero en la red de distribución de gas de España, informó la compañía.
Esta planta de gas renovable de la energética, situada el Parc de l’Alba, junto al vertedero de residuos Elena, ha representado una inversión de 2,2 millones de euros.
El grupo presidido por Francisco Reynés tiene como objetivo que en 2050 todo el gas que circule por sus redes sea de origen renovable. La compañía está digitalizando toda su infraestructura de distribución con la vista puesta en la entrada masiva de gases renovables, y ha presentado proyectos de biometano e hidrógeno por valor de 4.000 millones de euros, a las diferentes Manifestaciones de Interés para impulsar proyectos tractores en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
La planta de Cerdanyola del Vallès producirá 12 gigavatios hora (GWh) al año de biometano, lo que equivale al consumo anual de 3.200 hogares, y evitará la emisión a la atmósfera de 2.400 toneladas de CO2/año, una cantidad equivalente a plantar unos 5.000 árboles.
Parte del gas que se inyectará a la red se utilizará para ser suministrado como combustible a vehículos en las estaciones del grupo Naturgy, ya que es una alternativa totalmente viable para la movilidad sostenible.
Naturgy indicó que el biometano producido permitirá un aprovechamiento energético que contribuye a la economía circular, en línea con la Ley de Cambio Climático y con los objetivos del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC).
Este tipo de proyectos refuerzan también el apoyo de Naturgy a la producción local de energía, muy cerca de las principales áreas potencialmente generadoras de biometano (vertederos, granjas de purines y estaciones depuradoras de aguas residuales).
El grupo apuesta por el desarrollo del gas renovable a escala comercial y tiene experiencia adquirida en proyectos puestos en marcha en los últimos años como Methamorphosis, en Vilasana (Lleida), que cuenta con financiación de la Unión Europea, o como el ubicado en la estación depuradora de aguas residuales de Bens, en A Coruña, cofinanciado por la Xunta a través de fondos FEDER para producir biometano procedente de aguas residuales con fines de movilidad.