Peugeot sigue la estela de Volkswagen y Renault en el caso ‘dieselgate’. La justicia francesa ha imputado a la marca por supuesto fraude en la venta de vehículos diésel Euro 5 comercializados en Francia entre 2009 y 2015.
En un comunicado emitido por Stellantis, matriz de Peugeot, ha explicado que han tenido que pagar una fianza de diez millones de euros, ocho por eventuales daños y multas y dos por posibles costos de representación ante los tribunales. Además, han presentado una garantía bancaria de 30 millones por si tuviera que hacer frente a indemnizaciones. La casa no descarta recurrir la medida.
Peugeot no es la única marca de Stellantis que ha tenido que comparecer ante los tribunales por esta investigación. Citroën y Fiat también han tenido que acudir y no se descarta que tengan que asumir penas similares. Citroën tiene que defenderse hoy ante el juez y Fiat lo hará el próximo mes de julio.
Desde el grupo insisten en que “las empresas creen firmemente que sus sistemas de control de emisiones cumplieron con todos los requisitos aplicables en aquellos momentos y continúan haciéndolo y esperan la oportunidad de demostrarlo”. Añaden que cooperarán plenamente con la justicia para que este asunto se resuelva rápidamente.
EL CASO ‘DIESELGATE’
El denominado caso ‘dieselgate’ investiga la presunta utilización de programas para encubrir las emisiones contaminantes de algunos motores diésel de generaciones precedentes. Este escándalo estalló en Estados Unidos cuando las autoridades encargadas del control de la contaminación se dieron cuenta de que Volkswagen había instalado programas para encubrir la contaminación de sus motores diésel en condiciones reales de conducción.
Este amaño consistía en que los dispositivos detectaban el protocolo de pruebas. En esta fase los motores trabajan a un ritmo que sí permitía limitar las emisiones de partículas y respetar las normas de contaminación. Sin embargo, durante la conducción real estas emisiones se disparaban.