Toca tirar de calculadora para preparar el verano. Según los precios de los últimos días, con la gasolina 95 rondado los 1,45 €/l en las gasolineras de Madrid del grupo Repsol y alrededor de 1,48 € en las de Cepsa, y el diésel a 1,29 € y 1,31 €, respectivamente, el que más y el que menos prepara la cartera ante unas vacaciones en las que los desplazamientos por carretera se van a encarecer. Si en la antesala del verano se avanzó un nuevo recibo de la luz que se pagará más caro en julio, el progresivo encarecimiento del precio del petróleo también invita a recalcular el gasto en el período estival.
Los españoles tendrán este verano otra fuga en sus bolsillos en un momento en el que las cosas no están, precisamente, como para tirar cohetes en el plano económico. En el segundo verano en pandemia, en el que se espera una elevada demanda del turismo nacional, que se decantará por destinos de proximidad, con trayectos más cortos y por carretera, el continuo encarecimiento del combustible, que no se prevé que cese a corto plazo, supone un nuevo mazazo a las economías de las clases menos pudientes.
Aquellos que estén pensando en acudir a su destino vacacional en automóvil deben contar con previsiones pesimistas en cuanto al coste de los carburantes. El precio del petróleo crece de forma imparable y lo va a seguir haciendo en las próximas semanas. El barril de Brent cuesta en la actualidad algo más de 70 euros, pero las previsiones lo sitúan en el entorno de los 80 euros en los próximos meses. El WTI (West Texas Intermediate) no alcanza todavía los 70 euros, pero se espera que los supere a no mucho tardar.
El petróleo no para de subir y las tasas que se pagan por emitir dióxido de carbono a la atmósfera tampoco. El coste del CO2 encarece la energía que procede de los combustibles fósiles, y todo ello repercute en el bolsillo de aquellos que llenan el depósito de su vehículo, ya sea diésel o gasolina.
Los vehículos diésel son los más numerosos en el parque automovilístico español. La última actualización de datos de 2019 reflejaba 13,5 millones de este tipo de motores frente a los 10,9 millones propulsados por gasolina.
Desde comienzos de 2021 el precio de los carburantes ha subido más de un 10%. La gasolina un 12,6% y el gasóleo un 11,5%. Hace unas semanas, la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ya informó de que si continúa al alza el mercado de los carburantes los españoles podrían ver elevado el gasto por automóvil en 180 euros al año.
Y, por supuesto, cuantos más desplazamientos se registren este verano, mejor les irá a las distribuidoras de combustible, que suelen estar muy atentas a la hora de repercutir las subidas del precio del crudo en sus gasolineras, pero no tanto a la hora de hacerlo cuando baja (efecto pluma y cohete). No les vendrá mal de todas formas este anunciado repunte de desplazamientos para compensar mínimamente lo ocurrido el año pasado.
Si bien durante el más estricto confinamiento, con unas severas restricciones de movilidad que impedían el movimiento de conductores en busca de las estaciones de servicio con mejores precios, en España los precios del carburante se movieron en función de la demanda.
Pese a todo, y en el marco de los malos resultados registrados en 2020, por hablar solo de las dos grandes, hay que recordar que Repsol informó de unas pérdidas netas en 2020, por motivo de la pandemia, de 3.289 millones de euros, mientras que Cepsa perdió 919 M€ el año pasado como consecuencia del covid-19.
Repsol cuenta con más de 3.500 estaciones de servicio distribuidas por toda España, mientras que Cepsa tiene unas 1.700 repartidas entre España, Portugal, Andorra y Gibraltar.
PRECIO DEL PETROLEO NEGATIVO EN 2020
Con los precios del crudo subiendo desde hace meses, cabe recordar lo ocurrido hace poco más de un año en el momento más duro del confinamiento, cuando el precio del barril de petróleo WTI, el de referencia en el mercado americano, se desplomó hasta cotizar en negativo, llegando a los -40,32 dólares por barril.
Esto ocurrió fuera de nuestras fronteras, el lunes 20 de abril de 2020, un día histórico, en el que a los compradores se les pagaba por adquirir los barriles del crudo americano. El mercado americano a corto plazo es un mercado con entrega física y esto exige que, tras negociar con anterioridad un precio de compra y de venta, el comprador debe retirar los barriles y llevárselos.
Pero como el mundo estaba completamente parado, había excedente reservas y los compradores no tenían literalmente espacio para almacenar los barriles adquiridos, por lo que se produjo un efecto en cadena, con todos los compradores queriendo quitarse de encima el crudo adquirido y pagando a quien se lo quisiera llevar. Algo inaudito que dejó el barril en precio negativo.
Al día siguiente las aguas volvieron a su cauce y el petróleo WTI cotizó en positivo, a precios muy bajos, pero en positivo, igual que el Brent, pero para la historia quedará que un día se pagó por llevarse el petróleo.
ESPAÑA: IMPUESTO AL DIÉSEL PARA 2022
Y si las noticias sobre los precios de los combustibles en este 2021 no son buenas, para 2022 serán previsiblemente peores. El Gobierno de España ha intentado sin éxito subir el impuesto al diésel en los últimos meses. La idea es elevarlo en 3,8 céntimos el litro por lo que el gravamen estatal pasaría a los 34,5 céntimos por litro desde los 30,7 céntimos actuales. Y ya hay fecha para esta subida: el cuarto trimestre de 2022.
Ya el año pasado se hablaba de esta idea del Ejecutivo de Pedro Sánchez, que hizo que muchos consumidores pusieran el grito en el cielo. Los primeros, las asociaciones de trasportistas, pero junto a ellas, muchos más colectivos que veían como se les quería aumentar los costes del carburante de los vehículos que utilizan para trabajar.
Al final, primero el PNV y luego Ciudadanos (C’s), consiguieron paralizar la propuesta de Sánchez y los suyos, pero solo por un tiempo. Las últimas semanas se volvía a hablar del tema y, si este año se podrá evitar, parece que en octubre del 2022 ya no habrá quien pare esta medida.