El fundador de Facebook, Marck Zuckerberg, se fija todos los años un reto personal. El de este era crear un asistente virtual, basado en Inteligencia Artificial, que controlara su hogar. Una especia de Jarvis en Iron Man. El objetivo, según explica el propio Zuckerberg en un post, es «aprender sobre la IA y ver en qué punto nos encontramos, ya que estamos más avanzados de lo que la gente se piensa.
Así que durante estos 365 días el creador de Facebook se ha dedicado -durante 100 horas- a perfeccionar un completo asistente domótico que es capaz de controlar por completo su casa. Lo puede controlar a través del móvil o el ordenador, regula la temperatura, las luces, el nivel de música, la seguridad del hogar, los electrodomésticos… Y no sólo eso, este Jarvis ‘facebookiano’ aprende nuevas palabras, sobre los gustos de la familia Zcukerberg, etc.
El propio Zuckerberg reconoce que le ha resultado más sencillo de lo que se había imaginado, aunque también asume que ha tenido que sortear varias problemas. «Empezando por el que no todos los dispositivos de una casa están conectados a Internet, por lo que tuve que recurrir a interruptores que sí tenían esa conectividad para poder avanzar en los distintos pasos», relata. Todo ello acompañado por crear un código diferente para cada dispositivo, ya que no todos «hablan el mismo lenguaje» y, por tanto, es necesario que ‘Jarvis’ sea capaz de hablar distintas lenguas para controlar toda la casa.
Uno de los elementos que más ha llamado la atención del fundador de Facebook ha sido la capacidad de la Inteligencia Artificial para aprender de los gustos. Algo que ha podido comprobar en la música. Al final, una luz o una tostadora sólo puede encenderse o apagarse. Sin embargo, cuando se trata de ocio la cosa cambia. Así, Jarvis ha conseguido entender si la música la pide el propio Zuckerberg o su mujer Priscilla; no sólo eso, es que adapta los temas a los gustos de cada uno, e incluso le basta con pedir un determinado tipo de música para que el sistema ofrezca las canciones que mejor se adapten a ese patrón.
La tercera pata del robot pasa por la Inteligencia Artificial. Zuckerberg ha llenado de cámaras la puerta y la entrada de su casa para captar la cara de cualquier persona que se acerque. El objetivo es que el ordenador pueda reconocer a todo aquel que llegue hasta su domicilio. De este modo, una vez que detecta que hay una persona y la tiene identificada, es capaz de avisar de quién se trata, siempre y cuando la tenga en su base de datos. De ese modo, no sería necesario que alguien tenga que llamar al timbre, puesto que antes de que lo haga el sistema ya ha notificado que está esperando a que se le abra.
Zuckerberg se comunica con Jarvis a través de un bot de messenger de Facebook. Aunque puede hacerlo a través del sistema de voz -que el sistema interpreta- el fundador de la red social dice que prefiere los mensajes de texto. Responde a una preferencia que ya vemos en WhatsApp o Messenger, en donde el volumen de mensajes escritos crece mucho más rápido que el volumen de comunicación por voz», explica. Y esto es porque -en muchas ocasiones- la voz puede resultar molesta cuando se está haciendo una actividad. Por ejemplo, relata, en una reunión con amigos o mientras se escucha música.
Ahora bien, reconoce que la voz jugará un papel importante en el futuro, ya que en muchas ocasiones es más cómodo dirigirte al sistema. De hecho, el asistente poco a poco va aprendiendo y ya es capaz de bromear con Max, el hijo pequeño de Zuckerberg. Sin embargo, asume que todavía le queda mucho tiempo para ser perfecto.