viernes, 13 diciembre 2024

El BCE alerta de los riesgos para la estabilidad y la independencia de no emitir una moneda digital

El Banco Central Europeo (BCE) ha advertido de los riesgos para la estabilidad y la autonomía que podrían producirse en caso de que un banco central decida no ofrecer una moneda digital, dejando que los pagos nacionales y transfronterizos estén dominados por proveedores no nacionales, incluidos gigantes tecnológicos extranjeros.

«Se debe prestar atención a los riesgos para la estabilidad que podrían surgir si un banco central no ofrece una moneda digital», señala la entidad en un informe dedicado a analizar la relevancia internacional del euro, que se mantiene cómodamente en segunda posición por detrás del dólar.

En este sentido, el BCE señala que una preocupación podría ser la situación en la que los pagos nacionales y transfronterizos estén dominados por proveedores no nacionales, incluidos los gigantes tecnológicos extranjeros, que podrían ofrecer monedas artificiales en el futuro.

«Esto no solo podría amenazar la estabilidad del sistema financiero, sino que tanto los individuos como los comerciantes serían vulnerables a un pequeño número de proveedores dominantes con un fuerte poder de mercado», apunta.

Asimismo, el BCE advierte de que bajo tal hipótesis también se socavaría la capacidad de los bancos centrales para cumplir con su mandato monetario y con su papel como prestamistas de última instancia.

La emisión de una CBDC (moneda digital de banco central) ayudaría a mantener la autonomía de los sistemas de pago nacionales y el uso internacional de una moneda en un mundo digital», afirma.

En cualquier caso, la entidad presidida por Christine Lagarde asegura que impulsar el papel internacional del euro «no es una motivación primordial para emitir un euro digital», aunque admite que si se permitiera el uso de un euro digital en los pagos transfronterizos, una decisión que queda por tomar, «esto también tendría implicaciones para el papel internacional del euro».

Por otro lado, considera que el atractivo de esta CBDC para los no residentes dependería en gran medida de las características de su diseño para ser usada como medio de pago, unidad de cuenta y/o depósito de valor.

De este modo, sostiene que, si bien una CBDC serviría de apoyo al uso de una moneda en pagos transfronterizos, esto no supondría necesariamente un cambio en las reglas del juego, sino que la estabilidad de los fundamentos económicos y el tamaño, seguirán siendo los factores más importantes para la relevancia internacional de la moneda.


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