sábado, 14 diciembre 2024

Eléctricas y Gobierno, enemigos necesarios ante un precio de la luz sin control

El pasado mes de enero, tras el paso del temporal ‘Filomena’, MERCA2 publicó un artículo en el que se aventuró a predecir lo que pasaría seis meses después. El Gobierno intentaría intervenir el recibo de la luz (como ha hecho) y que, sobre este asunto, habría un nuevo rebrote polémico por el aumento en la factura (como ha sucedido). La situación es complicada para todos, pero mejor llevarse bien, que el interés para ambos bandos es mutuo.

Es cierto que se ha sumado el cambio tarifario. No se puede obviar. Pero los pasos dados esta semana en el sector energético siguen una ruta fijada por todas las partes. El Gobierno juega su papel: hace todo lo que puede para abaratar la luz; las eléctricas desempeñan el suyo: no es su culpa, sino del sistema; y la oposición su labor: cuando ellos gobiernen cambiarán todo (aunque saben que no podrá ser).

El problema es que todo sigue como en enero. Al menos en el funcionamiento del mix energético. Con una mayor cantidad de renovables cada año, sigue necesitando energías de respaldo que, en el mercado mayorista de precios, terminan fijando el coste. Casi siempre es el gas. Por este motivo, y hasta que las tecnologías de almacenamiento (todos señalan al hidrógeno) puedan ofrecer ayuda al sistema, las renovables por si solas (energías baratas) necesitan respaldo de otras como la nuclear (costes constantes pero cosida a impuesto) y sobre todo el gas (materia prima cara y que eleva precio por las emisiones de CO2).

Complejo, sí. Pero también explicable. Además, en esta polémica se olvida añadir a la coctelera otro factor: no afecta a todos los ciudadanos por igual. Algo muy importante, como también ha sucedido ahora con el cambio de la factura de la luz. España cuenta con 29,5 millones de puntos de suministros de luz entre domésticos, empresariales e industriales. Dentro de esa cifra, 11 millones lo hacen en el sistema regulado (PVPC) y 18,6 millones en el mercado libre.

La diferencia es que a los clientes que tienen PVPC sí les afecta de manera directa los vaivenes del mercado mayorista. Los precios de sus recibos están gestionados por el Gobierno que fijan el coste a través de las grandes eléctricas de referencia que marca el regulador y, a su vez, varían de manera indexada con el mercado mayorista. Si éste sube, sube la factura. En cuanto al mercado libre, son las propias compañías -de diversos tamaños-, las que ponen sus precios y hacen ofertas a los clientes con promociones especiales, tarifas planas, etc. Éstas también se ven afectadas por este mercado mayorista, lógicamente, pero el consumidor contrata tarifas fijas, y ya sabe lo que va a pagar.

LAS MEDIDAS DEL GOBIERNO

Ante este panorama, el Gobierno ha decidido intervenir. La explicación oficial la ha dado este martes la ministra para la Transición Energética y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. El Consejo de Ministros ha acordado iniciar la tramitación de un anteproyecto de ley con el que reducir los llamados ‘beneficios caídos del cielo’ (‘windfall profits’) de las nucleares y las hidráulicas, que supondrá un recorte de unos 1.000 millones de euros en la retribución que reciben las eléctricas con el fin de abaratar entre un 4% y un 5% la factura de la luz de los consumidores domésticos.

En concreto, la propuesta, que abre ahora el trámite de audiencia pública para su aprobación, pasa por un mecanismo de mitigación de parte del dividendo de carbono que perciben las tecnologías no emisoras anteriores a 2005 (hidráulica y nuclear).

En rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, Ribera defendió la necesidad de que los beneficios por el alza de los precios de dióxido de carbono (CO2) repercutan también en los consumidores domésticos e industriales y no solo en «las cuentas de resultados de las empresas». «Es legítimo maximizar su beneficio por las compañías, pero debemos velar como Gobierno por el interés de los españoles», dijo.

Esta medida va de la mano del Fondo Nacional para la Sostenibilidad del Sistema Eléctrico (FNSSE), con el que se prevé sacar de la tarifa eléctrica el coste de las primas renovables más antiguas (en torno a 6.500 millones anuales) y repartirlo entre todos los sectores energéticos, con el objetivo también de abaratar el recibo, que ha sido elevado también este martes por el Consejo de Ministros a proyecto de ley para su remisión a las Cortes, tras superar el periodo de consulta pública. Con ambas medidas, el Gobierno prevé abaratar el recibo de la luz para los consumidores en torno a un 15% al final de un horizonte de cinco años, ya que la aplicación del denominado ‘fondo verde’ es gradual -un 20% cada uno de los cinco años-.

Y LA OPOSICIÓN A LO SUYO

En esta composición ya anticipada, no podía faltar la oposición. El PP ha reclamado este martes la comparecencia de Teresa Ribera por la nueva factura de la luz que entra en vigor este mes de junio, pues considera que el sistema «ni es serio ni es responsable». «La única propuesta que ha hecho el Gobierno es que no conciliemos el sueño y dediquemos las noches a las tareas domésticas para controlar la factura», ha dicho su portavoz en la Cámara Baja, Cuca Gamarra.

En una rueda de prensa celebrada en el Congreso de los Diputados tras la Junta de Portavoces de este martes, Gamarra ha asegurado que este sistema es una muestra de «ineficacia y negligencia del Gobierno que los españoles pagan de su bolsillo». Respecto a la evolución ascendente de los precios, la portavoz de los ‘populares’ cree que es «consecuencia de la mala política energética del Gobierno y de la falta de alternativa».

¿EL FUTURO?

Por el momento las empresas guardan silencio. No necesitan entrar en este barro. Asumen su papel de malos en la película, pero el Gobierno sabe que no es así. Son los aliados necesarios para la descarbonización del mix energético y la aceleración en la entrada de renovables.

De este modo, en unos días bajará la temperatura, al menos la política. Luego subirá la real -la que desespera en verano-, aumentarán el consumo y los precios. Vuelta a la polémica. Pero nos sumergiremos en lo más profundo de las vacaciones. Piscina. Y tranquilidad con el problema energético hasta que llegue el invierno. Entonces volveremos a citar este artículo.


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