El litoral mediterráneo vuelve a sufrir a causa de las fuertes precipitaciones de los últimos días, lo que comúnmente se llama como Gota Fría. Y es que, cientos de litros de agua han caído sobre el lecho de los ríos, inundando las cuencas limítrofes de los mismos y creando corrientes de agua que han arrasado muchos municipios desde Murcia hasta Valencia. Por ahora, el bagaje de víctimas de estos flujos de agua se ha llevado a dos personas por el camino.
Pero, ¿es posible hacer algo para que esta situación no se repita? o, sin llegar a una solución universal ¿se puede conseguir minimizar los daños económicos, sociales y humanos causados por estas inundaciones?
No hace falta remontarse demasiado en el tiempo para recordar una situación parecida en nuestro país. En 2015, WorldWildlife Foundation (WWF), una de las Organizaciones No Gubernamentales para el cuidado del medio ambiente más importante e influyente del mundo se hizo eco de las posibles soluciones a las inundaciones de terreno producidos por el desbordamiento del cauce del río Ebro.
La propia organización suiza recordaba que los ríos cuentan con una zona inundable natural, contra la que no se puede hacer nada, ya que la naturaleza siempre sigue su curso. Los problemas se producen cuando estas zonas son utilizadas como espacio urbano y se desarrolla actividad humana alrededor.
Entre las causas que pueden estar detrás de estos sucesos, según explicaban, se encuentra la falsa sensación de seguridad que puede ofrecer a veces la construcción de presas y embalses.
“Recordamos que la única forma de reducir el riesgo es respetar la naturaleza de los ríos, en vez de intentar dominarlos y controlarlos”, aseguraba el secretario de la ONG en España, Juan Carlos del Olmo por aquellas fechas.
«La única manera de reducir el riesgo es respetar la naturaleza de los ríos, en vez de intentar dominarlos y controlarlos»
Por su parte durante el mes de marzo del ejercicio anterior, en ecologista, la revista de otra de las ONG´s medioambientales más importantes de nuestro país, Ecologistas en Acción, se publicaba un artículo que recordaba que las Directrices Europeas se han centrado en los últimos años en recuperar el espacio natural de los ríos a través de la ordenación urbana. Ese, debería ser el camino a seguir, en lugar de dirigirse hacia las construcción de nuevas infraestructuras de ingeniería –necesarias, pero en su justa medida-.
En este mismo sentido, se refería el experto sobre el tema Antonio Gallegos, de la Universidad de Málaga (UAM), quien presentó un estudio en 2015 que defendía este tipo de medidas.
El profesor Gallegos llegó a asegurar por aquél entonces que es imprescindible comprender que el caudal de los ríos debe desbordarse, por lo cual «es mejor favorecer estas zonas con áreas de inundación controlada, antes que dejar que se produzcan en zonas urbanizadas»
En España, se llevan a cabo estos planes a través de la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos (ENRR)
En este sentido, en España actúa la Estrategia Nacional de Restauración de Ríos (ENRR) que ya ha llevado a cabo, entre otras actuaciones, con éxito la restauración de la rivera del curso fluvial de uno de los corrientes de aguas dulces más importantes en nuestro país: la del Duero.
Entre los objetivos que se buscan desde esta asociación pública se encuentran las siguientes: fomentar la integración de los ecosistemas fluviales en las políticas de uso y gestión del territorio con criterios sostenibles; Contribuir a la mejora de la formación en temas de gestión sostenible de los ríos y su restauración; o no menos importante conseguir que la ciudadanía sea partícipe de este cambio de paradigma.