En nuestro país uno de cada diez kilómetros de carreteras presenta deterioros graves en más del 50% de la superficie del pavimento. Son datos de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) y de la Asociación de Carreteras (AEC), que alertan de la grave situación grave a nivel económico, medioambiental y de seguridad.
Los daños son importantes: grietas en las rodadas, agrietamientos gruesos, desintegraciones, deformaciones y grietas erráticas son algunos de los peligros de los que alerta la AEC. Todo esto puede llegar a afectar a la comodidad, eficiencia y seguridad de la circulación, así como incrementar las emisiones de gases a la atmósfera.
En cuanto a las emisiones, en total han sido 25 millones de toneladas más de CO2 a la atmósfera durante los últimos diez años por la falta de conservación. Estas carreteras acumulan un déficit de mantenimiento que alcanza los 7.463 millones de euros, inversión que se necesitaría para conservar todo el conjunto.
La patronal de la construcción atribuye esta falta de mantenimiento de las vías a la ausencia de fondos destinados a conservación y seguridad vial, ya que en la última década los recursos se contrajeron un 76% debido a los recortes presupuestarios.
Desde la última auditoría, realizada en 2017, las necesidades de conservación de las carreteras españolas se han incrementado un 5,7%, dando al traste con un tercio de su valor patrimonial, valorado en 215.000 millones de euros. Una factura de 71.000 millones de euros que los españoles también habrán de asumir, y que se añade al aumento de las emisiones y al incremento en los consumos de combustible, que diversos estudios cifran en 1.200 millones de euros.
NUEVO MODELO DE FINANCIACIÓN
Desde la AEC apuestan por un nuevo modelo de pago para la utilización de estas infraestructuras. El llamado “bono de movilidad” está asociado al pago por el sobreuso de las vías. Según AEC “solo se pagaría a partir de un determinado número de kilómetros recorridos o por razones ambientales” y lo recaudado iría para “conformar un fondo exclusivo para carreteras y transporte que permitiera acabar con el déficit, realizar acondicionamientos puntuales, minimizar emisiones”.
REDUCIR DESIGUALDADES
Mientras tanto, el modelo vigente en la red vial de Europa es totalmente lo opuesto a España. Si bien aquí el 82% de la red viaria interurbana de alta capacidad (la más extensa de toda la Unión Europea) no contempla el pago por uso de estas infraestructuras, 23 países de la UE tienen tarifado el 100% de su red vial.
Además, desde la CNC insisten en que esta implantación de la tarifa por uso contribuirá a reducir la desigualdad entre las propias comunidades autónomas, ya que cuatro de ellas concentran más de la mitad de la red de peajes. Pero, ante todo, el sistema debe tener en cuenta las circunstancias de cada territorio y sus infraestructuras.