Está considerado como una de las tres grandes formas de discriminación de nuestra sociedad, por detrás del racismo y el sexismo. El edadismo, término acuñado por Robert Butler en la década de los 60 para referirse a los estereotipos y prejuicios existentes en relación a la edad, es un problema que afecta a todos los países del mundo, paradójicamente cuando la esperanza de vida cada vez es mayor.
Hace casi ya dos décadas, en abril de 2002, el Plan Internacional de Acción de las Naciones Unidas tildaba como violación de los Derechos Humanos Universales el maltrato hacia las personas mayores. Sin embargo eso no ha conseguido reducirlo, ni dar más visibilidad al problema en los últimos 20 años.
Se asocia la edad avanzada con fragilidad, dependencia o deterioro físico y mental, lo que hace que en muchos casos se tienda a excluir o ignorar a este cada vez más nutrido grupo de edad. Así como los medios de comunicación no dejan de publicar y emitir noticias sobre el machismo o el racismo en la sociedad, la presencia del edadismo es casi nula o simplemente testimonial.
La sociedad parece asumir la vejez como un mal necesario, por lo que no extraña que la gente se resista a sentirse vieja. Nos bombardean con anuncios de productos antiedad, de recetas para prolongar la juventud. La arruga dejó de ser bella, fuera de las colecciones de Adolfo Domínguez. Realmente quizás solo la veamos bella en esas colecciones de moda, porque la realidad es que cuando nuestras pieles empiezan a perder elasticidad, la preocupación suele crecer en nuestros cerebros.
El derecho a una vida independiente de las personas mayores aparece reconocido en el artículo 25 de la Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea y en el artículo 23 de la Carta Social Europea. Sin embargo, la realidad es otra muy diferente. La opinión de las personas mayores parece no ser tenida tan en cuenta y, en muchas ocasiones, la edad biológica se asocia a la pérdida de autonomía y al crecimiento de los problemas en las familias.
¿Conocen las entidades bancarias los problemas de las personas mayores para mantener una relación online con ellas? ¿Y las empresas de telefonía? La digitalización, cada vez mayor, y potenciada al máximo durante la pandemia del Covid-19 puede poner la puntilla a autonomía de las personas mayores. ¿Quién piensa en ellos?
ESPERANZA DE VIDA VS EDADISMO
En España, el tercer país del mundo con la esperanza de vida más alta, por detrás de Japón y Suiza, se debería trabajar para evitar los efectos nocivos del edadismo, pero los estereotipos construidos en torno a lo que significa ser mayor, parecen justificar un tratamiento diferenciado en el ámbito social, en las políticas y el Derecho.
Pocos nos ponemos en la piel de los mayores, hasta que no estamos cerca de serlo. Sin una política inclusiva en la que de verdad no se deje a nadie atrás, será difícil que los mayores puedan disfrutar de una vida plena de oportunidades y de derechos.
Unos 500.000 españoles, es decir, el 12,5 de la población activa, de entre 55 y 64 años, está en el paro, y no tiene muchas opciones de encontrar un trabajo en breve. Las empresas buscan millennials que les ofrecen volumen de trabajo (horarios infinitos) por menos dinero, despreciando la experiencia de una generación que sufre una clara discriminación del mercado laboral por razones de edad.
El Ministerio de Sanidad propone las siguientes herramientas para luchar contra el edadismo en España: comprender el envejecimiento como una etapa más de la vida; contrarrestar los conceptos negativos y estereotipados con el reconocimiento de la diversidad en la vejez, es decir, los cambios debidos a la edad deben ser objeto de respeto; participación informada de las personas mayores en la toma de decisiones, especialmente en aquellas en las que están implicadas.