El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha avanzado este martes que el número de personas en expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) bajará de los 600.000 esta semana «por cómo van las cifras».
Así lo ha anunciado durante la rueda de prensa para presentar los componentes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de su Ministerio.
El número de trabajadores en expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) se situó a 29 de abril en 638.283 personas, lo que supuso 36.621 trabajadores menos que en marzo en la serie revisada y 105.345 menos en función de la fecha de notificación, según informó el Ministerio recientemente.
Según Escrivá, cuando se mira la estructura, las personas que están en ERTE están muy concentradas en sectores cuya recuperación a va a ser «muy fuerte» en los próximos meses «con toda seguridad».
«Hablamos de restauración, comidas y bebidas y actividades de alojamiento, que son la mitad de esos 600.000 ERTEs, pero es cierto que en algunas partes de estos sectores podría ocurrir que haya cambios en la estructura de la demanda y se ponga de manifiesto la necesidad de algún tipo de ajuste y ahí podremos tener una oportunidad de aplicar el mecanismo de flexibilidad interna para las empresas», ha resaltado Escrivá.
Para el ministro, «es perentorio disponer de un mecanismo permanente que permita a las empresas adaptarse a las caídas transitorias de actividad sin recurrir a los despidos, que impulse la formación y facilite la transición de los trabajadores afectados por los procesos de cambio estructural».
Escrivá ha recordado que en periodos de crisis económica, las empresas han recurrido tradicionalmente a ajustes de empleo a través de la finalización de contratos temporales y despidos, pero que, sin embargo, en esta crisis sanitaria los mecanismos de ajuste interno (ERTE) han demostrado su capacidad de limitar la pérdida de empleo ante caídas de actividad y recuperar dicho empleo con rapidez.
En la reforma número seis del componente 23, se promueve el establecimiento de un mecanismo de flexibilidad interna para las empresas, de carácter permanente, que impulse la estabilidad en el empleo y la recualificación de trabajadores en transición entre empleos y sectores.
Según se recoge en el Plan, no hay inversiones asociadas a esta reforma. «Se prevé la creación de un Fondo Tripartito para financiar el mecanismo, cuyas contribuciones públicas podrían proceder de préstamos del Fondo de Recuperación-Next Generation», según Escrivá.
Este mecanismo incorpora dos modalidades, por un lado una modalidad de flexibilidad interna que permitirá, ante caídas transitorias o cíclicas de la actividad de las empresas, minimizar el recurso al despido, salvaguardar el vínculo contractual con la empresa y facilitar la reactivación, pero también reducir la elevada contratación temporal y reforzar la formación de los trabajadores durante el período de baja actividad.
Por otro lado, el mecanismo incorpora una modalidad de transición para utilizar en momentos de cambio tecnológico o de transición hacia nuevos modelos de producción, de naturaleza permanente, que facilitará la movilidad de los trabajadores sin necesidad de pasar por el desempleo.
Escrivá ha apuntado que ambos mecanismos servirán para reducir el tiempo de búsqueda del empleo y contribuirán a disminuir el paro estructural.