Cualquier emprendedor acaba convirtiéndose en un experto en ventas, pero, aún así, siempre existe un cierto miedo o nerviosismo en el momento de hacer un primer contacto con un posible cliente. La venta a puerta fría es un tema sobre el que se ha escrito muchísimo, y quién pone un proyecto en marcha tiene que conocer sus secretos.
Lo que se busca con la primera toma de contacto es romper un poco el hielo. Presentarse, presentar brevemente el producto o servicio que se ofrece, e intentar conseguir una cita para realizar una presentación comercial mucho más completa. Si la primera impresión es positiva, las probabilidades de conseguir una venta se incrementan notablemente.
1Investigar antes del primer contacto
Hacer una labor comercial a puerta fría no implica necesariamente hablar con el cliente “a ciegas”, sin saber nada de él. De hecho, esto es un grave error. La clave para poder tener éxito es conocer lo mejor posible a la empresa o persona a la que se le quiere vender el producto o servicio.
Si además conocemos a la persona concreta con la que hay que hablar, mucho mejor. Esto nos ayudará a saber cosas importantes como cuándo es el mejor momento para contactar, con qué empresas trabaja, etc. Lo bueno es que hoy en día gracias a LinkedIn podemos hacer una aproximación mucho más directa al perfil de los responsables de compras.